El reclamo de la Orquesta Provincial de Música Ciudadana: «No somos seres abstractos, necesitamos nutrir nuestros cuerpos y acceder a recursos»
Creada en 1984, la Orquesta de Música Ciudadana (OPMC) es un organismo provincial que depende de la Agencia Córdoba Cultura (y por consiguiente, de la órbita del Ministerio de Coordinación de nuestra provincia). En septiembre del año pasado y tras la conflictiva salida de Nora Bedano -entre reclamos y escraches de lxs trabajadores-, Raúl Sansica asumió como presidente y Gastón Re, como vicepresidente.
Hace unos días y en plena presentación en el Teatro San Martín, quienes conforman la Orquesta leyeron un largo pliego de reclamos, encabezando la lista “la precarización del trabajo de muchos de nuestros compañeros y compañeras, sin los cuales este concierto no podría hacerse, al pagarles contratos que están por debajo de la línea de pobreza”.
La lectura de notas o determinadas acciones en los conciertos, explican, han sido reiteradas veces el único medio que tienen de manifestarse: “Hacer un paro, que en el común de los gremios suele ser una medida efectiva, en el caso nuestro, que trabajamos con tanta anticipación para los conciertos y de ellos dependen otros trabajadores del teatro (programación, prensa, iluminadores, sonidistas, etc.) y personal contratado, no suele ser una medida efectiva”.
Para conocer cómo funciona, lxs trabajadores explican que la Orquesta Provincial de Música Ciudadana es una agrupación dedicada a la difusión del tango y sus géneros afines, una orquesta típica ampliada, con dos cantantes solistas y una pareja de baile. “Somos unas 19 personas arriba del escenario, que habitualmente es el del Teatro San Martín, que es nuestra sede conjuntamente con otros cuerpos artísticos, pero que también, al ser uno de los grupos más pequeños, tiene históricamente la facilidad de traslado dentro de la ciudad o hacia el interior de la provincia. Tenemos dos registros discográficos, el último de ellos realizado con directores invitados y compositores de la actualidad”.
A partir de esa descripción, historizan y detallan lo que está sucediendo: “Esta grabación de la que hablamos data de hace 10 años, que debe haber sido la última vez que tuvimos tantos directores invitados, donde existía todavía una buena parte de nuestra programación en el interior de la provincia y en distintas locaciones en la ciudad. Progresivamente, esta programación ha ido mermando hasta llegar el 2023 con un solo concierto por mes, que nunca sabemos si se va a realizar hasta último momento, a veces por la contratación del sonido (que reclamamos desde hace más de 20 años que se compre definitivamente un sonido para completar el que ya existe en el teatro) o distintas razones que hacen que los conciertos no tengan publicidad, venta de entradas a último momento (que por ser organismos del Estado, tendrían que ser gratuitas o, al menos, populares), etc. Entonces, el primer reclamo sería una programación para la OPMC y los demás cuerpos artísticos. Esto tendría que formar parte de una buena política cultural, que es lo que nos hace falta desde hace tiempo”, remarcan.
Otro reclamo importante es terminar con los contratos basura, “que hacen que el personal contratado, a veces cumpliendo tareas de mucha responsabilidad, no cobre ni la mitad del personal de planta que ejerce la misma tarea o de menor exposición”, indican.
Desde la orquesta, explican que aunque el Sindicato de Músicos está llevando una negociación desde hace años en este sentido, por una u otra razón no se terminan concretando acuerdos. Entre los reclamos que fueron leídos en el concierto del pasado sábado 25 en el San Martín, también está un pedido de recategorización para la orquesta, “ya que dentro del personal músico tenemos cuatro categorías y nuestro cuerpo artístico es el único que no ha tenido acceso a la primera categoría, que sí tienen los organismos sinfónicos y corales. Asimismo, nuestros solistas están en una categoría menor que los solistas de los otros organismos. Esto nos parece claramente discriminatorio y los reclamos han sido presentados reiteradas veces a lo largo de estos años”.
Además, en el pliego leído, incluyen otras problemáticas “de índole doméstico, pero no así menos importantes”, como la falta de infraestructura y de condiciones indispensables, como un espacio de ensayo adecuado con los elementos necesarios para realizar la actividad, la carencia de insumos en el archivo, la dificultad en el alquiler de partituras orquestales y también hojas y tinta para imprimirlas, y el reconocimiento del importe de instrumentos e insumos para su mantenimiento cotizados en dólares y aportados por cada unx de lxs integrantes.
Los reclamos de lxs trabajadores de la cultura en la gestión cordobesista no son nuevos. “No somos seres abstractos, necesitamos nutrir nuestros cuerpos y acceder a recursos. Hace un año, con el cambio de gestión en la Agencia Córdoba Cultura, vimos con muy buenos ojos que esta recayera en alguien que venía de la gestión cultural como Raúl Sansica. A esta altura, nos encontramos con todo aún más grave, con la mayor parte de las gestiones trabadas y con una gran incertidumbre de cara a un nuevo equipo de gobierno, que no sabemos si retomará algunas de las tratativas ya iniciadas en pos de solucionar y poner de nuevo en relieve una política cultural sustentable”, concluyeron en diálogo con La tinta.
*Por Redacción La tinta / Imagen de portada: Orquesta Provincial de Música Ciudadana.