La estrategia de YPF para el avance petrolero en el Mar Argentino: “Desvirtuar la cuestión de fondo y ridiculizar los reclamos”
Por Redacción La tinta
Antes que se ofendan: esto no es un posteo contra la empresa estatal YPF. Tampoco es un texto que aborde la explotación de recursos naturales en Argentina. Nos interesa abrir el debate respecto a las tácticas de las corporaciones (petroleras, mineras, laboratorios de agroquímicos, etc) para lograr la licencia social de sus proyectos, y el peligro de tildar a los ciudadanos que se oponen como «guerrilla ambiental».
En las últimas horas, se filtró un documento interno de la empresa estatal YPF en el que queda expuesta la estrategia de manipulación de la opinión pública para el avance petrolero offshore en el Mar Argentino y la desacreditación de los reclamos ambientalistas.
La organización XR Argentina hizo público el plan de comunicación que la consultora EONIA realizó para que YPF consolide el lobby petrolero y de una imagen de licencia social en Argentina.
Las maniobras corporativas van desde el ataque mediático directo a quienes se oponen, hasta la construcción de un relato que imponga «condiciones favorables» y consolide la aceptación en «formadores de opinión».
Incluso, en la etapa inicial de «Rechazo», el plan contempla «mitigar la influencia de quienes se oponen», desgastando el mensaje, el emisor y la percepción del reclamo. Y para ello, proponen RIDICULIZAR.
«Debemos convertir esa moda (de sumarse a protestas ambientales) en un miedo profundo de quedar en ridículo, empatándolo con los reclamos más descabellados y con las formas más incómodas. Detener la contaminación suena bien, pero… Quiero ser de esos chicos que le tiran salsa a un cuadro?», afirma cínicamente la agencia.
Como sostiene el abogado ambientalista Enrique Viale, esta estrategia de ridiculización del ambientalismo tiene concordancia con las operaciones de cancelación y estigmatización que se vieron durante los últimos meses.
El plan de influencia en la opinión pública, contempla además «cápsulas informativas de aparente Neutralidad» para que no se reduzca a «petroleras vs ambientalistas, porque las condiciones no son favorables» y pasar a la ofensiva con un discurso nacionalista, obviando que las transnacionales Shell y Equinor también están detrás de la exploración marítima del pozo CAN-100.
«No podemos permitir que manipulen así a la opinión pública para imponer la profundización del modelo extractivista colonial. Que nos engañen, tergiversen y mientan sobre un tema que está en juego no solo la cuestión ambiental sino también la soberanía de nuestro país», concluyó Viale.
La resistencia al caso de Monsanto en Córdoba, las mineras de Esquel, la Ley del Agua en Mendoza y las pasteras de Gualeguaychú, entre otros casos, comprueban algo indiscutible: sin activismo ambiental, no se cuida el ambiente.
La Asamblea General de las Naciones Unidas ha señalado recientemente su preocupación porque las personas defensoras de los derechos humanos y ambientales corren el riesgo de ser, y ya son, víctimas de violaciones y abusos de sus derechos. Y América Latina es la región más peligrosa del mundo para quienes defienden el medioambiente.
Por esa razón, Argentina y una decena de países son parte del Acuerdo de Escazú, de rango constitucional, que busca garantizar los derechos de acceso a la información, la participación y la protección a defensores ambientales.
Por esa razón, es totalmente erróneo y peligroso etiquetar como «guerrilla ambiental» a las personas que se manifiestan en contra del avance petrolero offshore de empresas nacionales y multinacionales en el Mar Argentino.
Por Redacción La tinta