Mariposas rebeldes
Mariposas guerreras, blancas y enormes o diminutas y oscuras,
compañeras aladas revoloteando desde el tronco,
produciendo las ramas, floreciendo.
Compañeras en círculo y en las calles,
en las letras y en los cantos.
Bailaoras de danzas desfachatadas,
pecadoras todas de la desobediencia,
sabedoras todas de los dolores en la carne y en el alma,
y de los castigos al impulso de la libertad.
Tan llenas de rebeldía.
Preguntadoras de todo.
Reidoras en el amanecer.
A tres de las Mirabal las mataron a palos.
Dede las habló con su voz dulce,
las dijo luchadoras, deseosas de saber, peleadoras,
y las habló madres, esposas, cuidadoras de la vida.
Rebeladas.
A Elena le robaron hasta el cuerpo muerto, pero
la Tota la buscó hasta el final.
Y nosotras la llevamos con nosotras,
ondeando en violeta.
Comprendan que
por cada una de nosotras que llore,
encontraran otra que responda.
Por cada una que maten,
nacerá otra que saldrá a la calle.
No nos interesa tener miedo
aunque lo tengamos muchas veces
Basta de ese insulto que llamas piropo y
de esa mano que nadie te pidió nunca.
Basta de matarnos,
para que quede claro.
Estaremos ahí, juntas y gritando fuerte
o en un silencio de negro que te calla la calle.
Por Rossana Blanco Falero para Zur / Fotos: Minervas