Inaugura el Primer Congreso sobre Violencia Institucional
Este jueves, en la Facultad de Derecho, comienza un evento que va más allá de lo académico. “¿Por qué continúa existiendo violencia institucional? ¿Qué políticas públicas pueden ensayarse para su prevención? ¿De qué manera los poderes judiciales y los ministerios públicos tienen responsabilidad en la conjuración? ¿Cuáles son las huellas de la violencia genocida que todavía perdura en democracia?”. Especialistas, organizaciones y activistas se encontrarán durante tres días para reflexionar y debatir en torno a una problemática que nos atraviesa a todes.
Por Redacción La tinta
“No existe manera de sostener la democracia si la violencia institucional es una práctica sistemática”, dicen les organizadores del Primer Congreso sobre Violencia Institucional. El evento, que se desarrollará desde este jueves y hasta el sábado, tendrá ponencias y mesas de debate que abordarán la este tipo de violencia desde varios planos.
Con la adhesión del CELS, la Defensoría General de la Nación, el Archivo Provincial de la Memoria y otras cátedras y organismos de DD. HH., el Congreso culminará con una conferencia del abogado penalista, juez, jurista, escribano, criminólogo y ex miembro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Raúl Zaffaroni.
Este encuentro no solo tiene como destinataries a académicxs de todos los claustros -docentes, estudiantes e investigadores-, sino que abre sus puertas también para activistas, organizaciones e instituciones sociales que trabajan en experiencias vinculadas directa o transversalmente a la violencia institucional.
“Cuarenta años de democracia es un tiempo más que suficiente para reflexionar sobre las rupturas y continuidades de la violencia que produce el Estado. ¿Por qué continúa existiendo violencia institucional? ¿Qué políticas públicas pueden ensayarse para su prevención? ¿De qué manera los poderes judiciales y los ministerios públicos tienen responsabilidad en la conjuración? ¿Cuáles son las huellas de la violencia genocida que todavía perdura en democracia?”.
“Las instituciones organizadoras del Congreso no son neutrales, están a favor de los derechos humanos y contra la violencia institucional”, enfatizan. “La violencia institucional no puede analizarse o definirse de forma unívoca. Las formas violentas del ejercicio del poder estatal mutan frecuentemente y se adentran en lo más profundo de las prácticas de los agentes estatales y en los argumentos de quienes ejercen el poder” , agregan les coordinadores.
Policía, género y cárcel
El congreso está focalizado en tres ejes. El primero es la Violencia Institucional y Policía, en el que se propone debatir y reflexionar sobre las diversas maneras en que las policías ejercen esta violencia: detenciones ilegales, gatillo fácil, “verdugueo”, hostigamiento policial, participación de las policías en redes de criminalidad compleja. ¿Es posible disminuir o evitar la violencia institucional policial? ¿Cómo? ¿Son suficientes los órganos de control disciplinario para prevenir y/o sancionar estos casos? ¿De qué forma se pueden mejorar?
El segundo eje tiene que ver con géneros: “Gracias a la labor activista de los feminismos, la violencia de género pudo ser desterrada de las problemáticas ‘privadas’ para pasar a ser un asunto público que requiere atención del Estado. Una de las formas en las que se manifiesta la violencia de género es a través de la violencia que ejercen representantes del Estado. Este eje entrecruza formas de violencia contra mujeres y personas pertenecientes al colectivo de la diversidad/disidencia sexo-genérica que recibe violencia por motivos de género”.
Por último, se discutirá en torno a la Violencia Institucional y Cárcel. Desde la organización, exponen que debido a la falta de control del mundo extramuros, los contextos de encierro suelen ser espacios propicios para la violencia institucional. “El aumento de la cantidad de personas detenidas como el efecto de los discursos punitivos que circulan en medios de comunicación y se hacen política criminal trajo aparejado el primer problema vinculado al hacinamiento de los lugares de encierro, que, de por sí, representan violencia institucional. Asimismo, otras formas de violencia como torturas, sobremedicalización, falta de atención médica, autogobierno de los pabellones serán parte de la discusión en este eje. Si el Estado debe garantizar que las cárceles sean sanas y limpias, si es garante de que se respeten los derechos de las personas privadas de la libertad que no estén vinculados a privación de la libertad ambulatoria, ¿qué sucede cuando, desde la institución encargada de cumplir este rol, se produce violencia por acción u omisión?”.
“Rebelde amanecer”, un homenaje a Osvaldo Bayer
Para finalizar, el sábado a la noche en ADIUC (la Asociación gremial de Docentes e Investigadores de la Universidad Nacional de Córdoba), habrá un espectáculo con radio en vivo que busca, a través de la música, la poesía y la palabra, rendir homenaje al escritor y periodista Osvaldo Bayer.
“Y queremos hacerlo recreando su pasión, su oficio y su inquebrantable compromiso militante. Un saxo, un piano, tambores, voces y las palabras de Zaffaroni convocarán a Osvaldo Bayer, seguramente como a él le hubiera gustado. Awka liwen significa, en lengua mapuche, ‘rebelde amanecer’. Actualmente, el pueblo mapuche mantiene su idioma, sus costumbres y su lucha por la recuperación de la tierra y el respeto a su cultura. El general Roca, quien comandara el peor genocidio contra los pueblos originarios después de 1492, no pudo con ello”, concluyeron desde la comisión organizadora.
*Por Redacción La tinta / Imagen de portada: Fernando Bordón para La tinta.
