Colectivo Trans, Travesti, No binarie: sin salud integral, no hay salud posible
Conversamos con integrantes de Salud TTNB de Córdoba acerca del real acceso al sistema de salud público y privado. ¿Spoiler? Precariedad, transodio, burocracia, desgaste, abandono… Peeero: redes, rifas, apañe colectivo y un espacio de encuentro para reflexionar y accionar en el Desborda 2022, este viernes 4 en el CCEC.
Por Peu para La tinta
Para hablar de “salud integral”, podríamos partir de una concepción que la Organización Mundial de la Salud (OMS) mantiene desde 1948: “La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”. Es también uno de los derechos más fundamentales al que debería poder acceder cualquier persona para una vida plena.
En Argentina, a pesar de ser un país que se jacta de contar con salud pública y gratuita para toda su población e, incluso, para quienes lo transitan temporalmente, lo cierto es que no se garantiza el efectivo acceso a la salud integral y de calidad para todes. En cambio, factores sociales, económicos, geográficos o de género se constituyen injustamente como barreras y catalizadores de violencias sistemáticas hacia personas de algunos grupos, comunidades o identidades específicas cuando intentan acceder al sistema de salud.
En particular, ya en diciembre de 2019, señalábamos la dificultad que tienen las personas trans, travestis y no binaries para acceder a una salud integral por verse expuestes a situaciones de discriminación y vulneración constantes en el sistema médico hegemónico. Si ya las demoras para sacar turnos o atenderse en los hospitales, por falta de recursos materiales y humanos, afectan a gran parte de la población en general, en el caso de la comunidad TTNB, se agrega la falta de capacitación del personal de salud en cuestiones de género -que queda a criterio de cada profesional-, el transodio y el trato indigno recibido, entre otras gravedades.
En 2020, con la situación mundial desatada por COVID-19, algunos establecimientos de salud dejaron de brindar servicios específicos para personas trans, como los de endocrinología, interrumpiendo terapias de reemplazo hormonal e intervenciones quirúrgicas, entre otros. Después de dos años de pandemia, ¿qué cambió?
Desde La tinta, conversamos con personas de Salud Trans/Travesti/No Binarie (TTNB), un colectivo autoconvocado de Córdoba capital que se viene encontrando desde principios de año para dialogar acerca de sus experiencias en torno a la salud integral, visibilizar las problemáticas que les atraviesan y colectivizar las demandas para conseguir respuestas.
“Queremos cirugías, no carnicerías”
En este 2022, desde Salud TTNB, afirman que se han encontrado con más hostilidad de la ya conocida. En cuanto a terapias de reemplazo hormonal, alegan que “hay recortes y faltantes de hormonas todo el tiempo”, teniendo que recurrir a las redes comunitarias para “girarse” las dosis necesarias entre pares y, así, no interrumpir el proceso.
Además, enfatizan en que “el acceso a mastectomías y masculinizaciones de tórax están siendo toda una travesía desgastante para las transmasculinidades e identidades no binarias”. Quienes buscan acceder a una mastectomía -cirugía en la que se extirpa el tejido mamario o torácico- a través del sistema público, se encuentran con que no se están realizando y que hay listas de espera de entre 3 y 5 años, además de denuncias contundentes a los médicos a cargo por maltratos, transodio y mala praxis.
Hace ya poco más de un año, se conoció el fallecimiento de Karen Paz, primera enfermera trans de Córdoba recibida de la UNC. Algunos medios difundieron que falleció tras una complicación posquirúrgica, sin dar mayores detalles, pero otros dijeron que “murió luego de una cirugía por mala praxis y posterior abandono del médico Lucas Lesta en el hospital Florencio Díaz”.
Desde Aparición con Vida de Tehuel – Córdoba, se difundió un video de un escrache anónimo en el hospital que apoya esta última versión, denunciando el “asesinato” de Karen por mala praxis en una vaginoplastia realizada por Lesta. Además, se puede oír: “Karen murió este martes 28/9 tras agonizar durante días. Al día siguiente, anuncian que hoy se abre la lista de turnos para intervenciones quirúrgicas para personas trans a cargo de Lamorrata, cómplice de Lesta y denunciado por sus pacientes por el maltrato y el cuestionamiento a sus identidades, negándoles el acceso a cirugías. No vamos a permitir que sigan experimentando con nuestros cuerpos para llenarse de plata sus bolsillos y hacer sus tranzas con las obras sociales. No vamos a permitir que más personas caigan en manos de estos carniceros”.
También, se menciona que al menos otras 5 personas habrían sido “sometidas a torturas, prácticas vejatorias y posterior abandono”, quienes ya llevarían, hasta ese momento, “5 o 6 cirugías para tratar de arreglar las malas praxis que sufrieron en este hospital en manos de Lucas Lesta”. “Las autoridades del hospital y autoridades provinciales del sistema de salud en general, todos son responsables de la muerte de Karen”, concluye el video.
Desde Salud TTNB, si bien afirman que “casi nadie está en condiciones económicas realmente de pagar y sostener una obra social en el tiempo”, argumentan que la precariedad de la salud pública con sus tiempos de espera que se desfasan de las necesidades reales y urgentes de las personas, a veces, no deja otra opción.
“El problema central es que no hay profesionales capacitades ni responsables en el sector público y eso es lo que nos arroja -a pesar de nuestras economías precarizadas- a intentar acceder por las obras sociales, donde igualmente recibimos distintos tipos de violencias”, afirman desde Salud TTNB.
Excusas y dilaciones burocráticas
En el ámbito privado de la salud, las personas TTNB no corren con mejor suerte. En los últimos meses, se han conocido numerosos casos de maniobras transodiantes hacia el colectivo por parte de las obras sociales, tanto en Córdoba como en otras regiones del país.
Desde El Resaltador, en mayo, una nota denunciaba la negativa de obras sociales y prepagas a afiliar a personas trans y a costear sus intervenciones y tratamientos. Allí, el colectivo TTNB señalaba la patologización de sus identidades y la discriminación ejercida al aumentarles desproporcionalmente la cuota en caso de aceptar la afiliación, llegando a pagar hasta $200.000.
Además, desde este mismo medio, se difundieron dos casos de personas trans que contrataron Prevención Salud, de Sancor Seguros Argentina, para poder realizarse una mastectomía, ambos con diferentes desenlaces, pero con los mismos rodeos y prácticas ilegales por parte de esta obra social.
Uno es el caso de Ramón, que denunció manejes confusos, dilatorios y en incumplimiento de la Ley de Identidad de Género por parte de Prevención Salud a pocos días de realizarse la mastectomía programada, la cual se efectuó el 31 de agosto pasado finalmente, tras mucho perjuicio para su salud mental.
El segundo es el caso de Galo, a quien, desde Prevención Salud, le dieron de baja a su mastectomía tres días antes de la fecha programada, acusándolo de “falseamiento de datos” por no haber declarado estar en hormonas cuando se afilió, a pesar de haber interrumpido la hormonización meses previos a la cirugía, tal como le sugirieron sus cirujanes. Al día de la fecha, se encuentra sin poder acceder a la intervención, sin cobertura médica y teniendo que recurrir a instancias legales contra la obra social.
No es menor mencionar que, en el caso de las cirugías, estas requieren de una serie de estudios prequirúrgicos que, ante postergaciones y falta de respuestas de las instituciones, tienen que ser realizados nuevamente, con todo el desgaste que eso conlleva.
Desde Salud TTNB, cuentan a La tinta que también la obra social Apross ha estado autorizando cirugías, pero imposibilitando de manera burocrática el acceso a las mismas. Y que quienes han logrado acceder, lo han hecho en condiciones muy precarias, “sin ver al cirujano hasta media hora antes de la intervención y firmando el consentimiento dentro del quirófano”.
“Mi pecho, mi derecho”
En casi todos los niveles del sistema de salud, sea público o privado, hay o un desconocimiento o un desinterés total por hacer respetar la Ley de Identidad de Género n.° 26.743 en sus artículos 11 y 12 especialmente. A 10 años de su implementación, la salud sigue siendo mayormente binaria y transodiante. Para aprobar tratamientos y cirugías, las obras sociales y prepagas solicitan documentación ilegal como el historial de hormonas -patologizando la identidad trans como si fuera una enfermedad preexistente- o un apto psiquiátrico.
Esto obliga a las personas TTNB a realizar un largo camino de reclamos a las instituciones médicas y a las obras sociales, o tener que recurrir muy seguido a abogades para lograr las coberturas necesarias -y contempladas por ley dentro del Plan Médico Obligatorio-, lo cual no solo implica una gran pérdida de dinero con el que muches no cuentan, sino también de salud mental, física y emocional.
“Es importante que recordemos que las cirugías de adecuación a la identidad son un proceso que tiene que ver con la salud mental y física de las personas trans; están cubiertas por la ley porque muches de nosotres las requerimos, las necesitamos, las deseamos y las elegimos para tener un mejor encuentro con nuestro propio cuerpo”, comentan desde el colectivo.
A de Apañe colectivo
No se puede pasar por alto que la población TTNB está precarizada en una gran mayoría de casos por las complejidades que implica existir en este mundo siendo parte de estas identidades/corporalidades. ¿Cómo se garantizan los tratamientos y cirugías para las personas TTNB que no tienen acceso a empleo formal entonces?
Desde Salud TTNB, afirman: “Teniendo en cuenta que no suelen ser cirugías simples, que tienen hasta mes y medio, o dos meses de recuperación post operatoria, y que, generalmente, no contamos con un trabajo formal donde pedir licencia, hacemos rifas y ahorramos dinero para poder costear todo lo que requiere ese tiempo de no poder trabajar”.
Hemos hablado en notas anteriores sobre la necesidad de recurrir a las redes de afecto y cuidado mediante rifas y apañe colectivo para poder costear el acceso a la salud (ver “Resiste cuerpx trans”: rifas de apañe necesarias y urgentes). Si hay algo que la comunidad TTNB sabe bien es acerca de acuerparse con otres para vivir o sobrevivir siquiera. Pero esto, en ningún caso, debería suponer una solución definitiva ni suplantar la responsabilidad de les profesionales, instituciones y prestadores de salud ni del Estado. “Que no sea cuestión de suerte, el Estado es responsable”, dice una imagen de Salud TTNB, graficando la situación.
Espacios para la reflexión y la construcción colectiva: Desborda 2022
Ante este panorama, se vuelve necesario seguir apostando al encuentro y la construcción conjunta que permita transformar estas realidades adversas en pos de vidas más gozosas y vivibles. En el mes del orgullo, una posibilidad para encontrarse es la nueva edición de Desborda, propuesta por el Centro Cultural España Córdoba (CCEC), como un espacio para la comunidad disidente “que nos permita a su vez frenar, repensarnos, encontrarnos en el diálogo colectivo y festejar la historia y la resistencia de nuestras identidades”. En la coordinación, estará Vir del Mar (a quien invito a leer en su #ColumnaTrava en La tinta).
En este marco, el día viernes 4 de noviembre a las 18 horas en el CCEC (Entre Ríos 40), se realizará el “Encuentro Acceso a la Salud LGBTIQ+”. Ante el carácter urgente y necesario de la temática, se invita a la comunidad a participar de rondas de diálogo y debate, coordinadas por activistas y vinculadas a cuatro ejes. El objetivo será realizar una puesta en común final y una sistematización general del encuentro que contemple demandas y necesidades concretas, recursos disponibles y posibles propuestas o acciones a generar. Los ejes propuestos son:
Eje 1, de Salud Mental, coordinado por Wala Deasis, marica activista de la disidencia sexual y psicóloga. La invitación es a compartir “ideas, experiencias y sentires en relación al campo de la salud mental vinculada a nuestras vivencias como colectivo LGBTTTIQNBA+ y a “cartografiar nuestras prácticas en salud mental para imaginar otros mundos posibles”.
El Eje 2, Coberturas de salud para personas trans, coordinado por el activista trans, Francisco Agustín Berrizbeitia, buscará indagar acerca de las deudas pendientes del sistema de salud con la población TTNB en cuanto al acceso real a la salud integral; con qué herramientas se cuenta y cuáles se pueden generar; y sobre la existencia de estadísticas o mapeos en relación a estas corporalidades, entre otros temas.
Como Eje 3, proponen Intersexualidad, coordinado por Macarena Muru y Giuliana del Mar de Potencia Intersex, para charlar sobre problemáticas de salud intersex, intervenciones realizadas sobre estos cuerpos y sus consecuencias, además de “pensar juntes modos de crear aliades dentro del sistema de salud” y algunas herramientas para acceder a este.
El Eje 4, VIH e infecciones de transmisión sexual, coordinado por Gonzalo Valverde, activista marica y VIH positivo, indagará qué sabemos del tema que sigue siendo tabú para algunes, cómo prevenir sin estigmatizar, qué hacer ante un resultado positivo, cómo es vivir con VIH y qué dice la nueva ley de respuesta integral al VIH, las Hepatitis Virales, otras ITS y la Tuberculosis, entre otros interrogantes.
Para participar, se debe completar el siguiente formulario: INSCRIBIRSE
*Por Peu para La tinta / Imagen de portada: A/D.