Fertilidad asistida… ¿Cómo es eso?
Al sistema que nos quiere fragmentadas, le oponemos la rebeldía del (auto)conocimiento. Partimos desde nuestros propios cuerpos, territorios y memorias para hacer un camino de autoconciencia, abriendo márgenes de libertad para decidir. Hoy, vamos a hablar de la fertilidad asistida, las técnicas que existen y los límites para la implementación plena de la ley.
Por Redacción La tinta
Nos juntamos entre amigas. Todas arriba de los 36. Conversamos de todo un poco hasta que, en algún momento, sale el bendito tema: gestar. Sí, no, cómo, cuándo, con quiénes. Una dice que quiere congelar sus óvulos, que alguien que conoce lo hizo y que le cierra esa posibilidad para patear la pelota para adelante y no preocuparse ahora. Otra cuenta que viene “buscando” hace rato quedar embarazada, pero que no sucede y que empezó a pensar en tratamientos de fertilización. Se nos ocurren miles de preguntas. Buscamos información, claramente, cada vez es más frecuente que haya personas que quieran acceder a tratamientos de fertilidad por diversos motivos, hasta para planear otras formas de gestar. Sospechamos que el tema está teñido de negocio, pero, ¿qué derechos tenemos en relación a los tratamientos? Nos ponemos al día con la existencia de una ley, lo que dice y lo que falta.
Por insistencia y necesidad de miles de personas, luego de años, en el 2013, se sancionó la Ley 26.862 de Fertilización Médicamente Asistida, que establece que toda persona mayor de edad, cualquiera sea su orientación sexual o estado civil, tenga obra social, prepaga o se atienda en el sistema público de salud, puede acceder de forma gratuita a las técnicas y procedimientos realizados con asistencia médica para lograr el embarazo. Los requisitos o limitaciones, según la normativa, no pueden implicar discriminación o exclusión por la identidad de género, la orientación sexual o el estado civil de quién lo solicite. El derecho al acceso integral a estos procedimientos y técnicas se funda en los derechos fundamentales a la dignidad e igualdad de toda persona, y en el principio de autodeterminación.
¿Qué garantiza la Ley?
La letra de la ley es clara. El Estado debe garantizar tratamientos y técnicas de baja y alta complejidad. Se considera baja complejidad cuando la unión entre el óvulo y el espermatozoide (gametos) ocurre dentro del cuerpo de la persona con capacidad de gestar; y de alta complejidad cuando esta unión se produce fuera del cuerpo o cuando se vitrifican tejidos vivos. También se contempla la cobertura de los servicios de guarda de gametos o tejidos reproductivos, pero solo para quienes puedan ver comprometida su capacidad de gestar en el futuro por problemas de salud, tratamientos médicos o intervenciones quirúrgicas, incluso, personas menores de dieciocho años.
Los establecimientos de salud, tanto públicos como con cobertura de obras sociales y medicina prepaga, deben brindar atención integral e interdisciplinaria para el abordaje, el diagnóstico, los medicamentos, las terapias de apoyo, los procedimientos y las técnicas. Todas estas prestaciones están incluidas en el Programa Médico Obligatorio (PMO). Cada persona podrá acceder a un máximo de cuatro tratamientos anuales con técnicas de reproducción asistida de baja complejidad y hasta tres tratamientos de reproducción asistida con técnicas de alta complejidad, con intervalos mínimos de tres meses entre cada uno de ellos. Salvo casos puntuales, se comienza con técnicas de baja complejidad antes de pasar a las de complejidad mayor.
Los tratamientos de fertilización deben estar disponibles para todas las personas, no importa el tipo de familia ni contar con pareja. Son gratuitos hasta los 44 años de la persona con capacidad de gestar usando sus propios óvulos y hasta los 51 cuando se trate de donación o preservación de óvulos propios extraídos antes de los 44 años.
Fertilidad y gestación
La infertilidad es un fantasma frecuente, pero, ¿qué es? Según la Organización Mundial de la Salud, es la imposibilidad de lograr un embarazo luego de un año de coitos vaginales regulares entre personas que producen espermatozoides y óvulos sin el uso de métodos anticonceptivos.
Se dice embarazo “natural” al resultado de la implantación en un útero de la unión de un espermatozoide con un óvulo, producida previamente en las trompas de Falopio a partir de relaciones sexuales con penetración vaginal. Para que esto suceda, se necesita del adecuado funcionamiento, interacción y calidad de muchas estructuras celulares, anatómicas y hormonales. Como se trata de un proceso no exclusivamente biológico, se ponen en juego factores emocionales, relacionados a los vínculos, incluso, espirituales.
Según la Guía sobre fertilidad para equipos de atención primaria de la salud del Ministerio de Nación, las personas que producen espermatozoides y óvulos sin dificultad en la fertilidad, en edad reproductiva óptima, que tienen relaciones sexuales regularmente, sin uso de métodos anticonceptivos, tienen una posibilidad de embarazo estimada de un 20% por ciclo. Aproximadamente el 85% de personas con estas condiciones logran un embarazo en el primer año, la mitad en los primeros seis meses y un 5% adicional dentro del segundo año. Se dice entonces que la mayoría de las personas que no han logrado gestar tras un año de relaciones sexuales en las condiciones mencionadas, probablemente, presenten una limitación en su capacidad reproductiva, que varía de acuerdo a la edad. En esa misma bibliografía, refieren que la máxima fecundidad de las personas con posibilidad de gestar se observa entre los 20 y los 30 años. Luego, la fecundidad comenzaría a disminuir progresivamente, especialmente luego de los 35 años. A los 40 años, la probabilidad de embarazo por ciclo disminuye hasta ser inferior al 5%. Un dato no menor: los resultados de los procedimientos de reproducción asistida, con la excepción de la donación de óvulos, solo pueden equipararse a los resultados promedio para esa edad. En el caso de personas con pene, la edad está asociada a la disminución de la movilidad espermática y una mayor frecuencia de abortos a partir de los 60 años.
¿Cuáles y cómo son las técnicas de reproducción que contempla la ley?
Las técnicas de reproducción médicamente asistida son procedimientos que intentan aproximar en forma artificial el óvulo con el espermatozoide para lograr la fecundación. Como dijimos antes, en las de baja complejidad, la unión se produce en la trompa de Falopio, mientras que, en las de alta complejidad, el proceso sucede en el laboratorio.
Las técnicas de baja complejidad son las relaciones sexuales programadas y la Inseminación Intrauterina (IIU). Para ambas, es necesario determinar el momento de la ovulación mediante el control ecográfico. En el primer caso, se programan los coitos, mientras que, en el segundo, se procesa una muestra de semen que es colocada dentro del útero (inseminación). En ambas situaciones, se suele estimular la ovulación con medicación para que sea más efectiva.
La IIU consiste en la colocación de espermatozoides previamente preparados en la cavidad uterina mediante la utilización de una cánula. Es un procedimiento sencillo que se realiza en el consultorio. El origen de los espermatozoides puede ser de una persona conocida o una desconocida que los donó. Si después de 3 o 4 ciclos realizados en óptimas condiciones no se logra la gestación, se recomienda evaluar las técnicas de alta complejidad. La posibilidad de embarazo por este procedimiento es de entre un 10% y un 18%, ascendiendo al 30-45% en tres ciclos (la tasa de embarazo en una pareja que no presenta dificultades reproductivas es del 20-25% por ciclo). El riesgo que más se observa en esta técnica es el de embarazo múltiple.
Las técnicas de reproducción asistida de alta complejidad son la Fecundación In Vitro (FIV) e Inyección Intracitoplasmática (ICSI). La diferencia es que, en la primera, los espermatozoides se ponen en contacto con los óvulos en condiciones óptimas para facilitar que la fecundación ocurra espontáneamente, mientras que, en la segunda, se introduce un espermatozoide en el interior de cada ovocito y, cuando se consigue la fecundación y desarrollo de los embriones, se selecciona el número adecuado para ser transferidos al útero. Estas terapias requieren personal especializado, infraestructura y equipamientos apropiados, y tienen una tasa de éxito de un 35% por intento. Algunas de las complicaciones son embarazo múltiple, ectópico o las derivadas de la estimulación ovárica.
Estas técnicas, los estudios previos, la chance de que ocurra un embarazo, los comentarios de distintas personas, las expectativas, el tiempo que transcurre, entre miles de variables, llevan a situaciones que suelen ser muy estresantes y frustrantes. Es importante contar con sostén o acompañamiento de algún tipo. Aunque las dificultades reproductivas no generan dolor físico, incapacidad y mucho menos la muerte, suelen representar una crisis para las personas porque ven afectado su proyecto de vida. También es habitual que aparezcan dificultades en la vida sexual y se transformen en un círculo vicioso. Muchas veces se hace difícil lidiar con las presiones del entorno, tener que dar explicaciones a familiares o amigues que no siempre comprenden lo que implica, desde lo emocional, atravesar el proceso de diagnóstico y tratamiento.
¿Cómo se puede preservar la fertilidad?
Como decíamos antes, la cobertura de los servicios de guarda de gametos o tejidos reproductivos es gratuita para quienes tienen riesgo en torno a su capacidad de gestar en el futuro por cuestiones de salud, incluso, en personas menores de edad.
Existen tratamientos destinados a preservar óvulos y espermatozoides para que, a futuro, sean utilizados. La decisión de acceder a estos se relacionan con múltiples factores, como cursar un tratamiento médico o por una intervención quirúrgica que puede reducir la capacidad reproductiva, porque no llegó el momento de gestar y se teme por el envejecimiento de estos gametos.
Quienes realizan tratamientos hormonales (TH) para adecuación de identidad pueden ver comprometida su capacidad reproductiva y, si hay dudas o deseo de gestar, se recomienda consultar por la preservación de gametos. Cuando deciden gestar, se aconseja suspender la hormonización y realizar una adecuada valoración de su capacidad reproductiva para saber las posibles opciones de procreación y proceder adecuadamente sobre cada situación en particular.
De lo dicho al hecho
La ley, como muchas otras, es muy amplia y plantea un escenario ideal. Sin embargo, quien conozca a alguien que ha necesitado acceder a la fertilización asistida o que haya averiguado sobre los tratamientos sabe lo complejo que es. La solicitud de miles de estudios, la frecuencia de los turnos, los maltratos o destratos de les trabajadores de salud, entre miles de factores, hacen que el acceso sea dificultoso en el sistema de salud pública o con la cobertura de salud. A diferencia de los centros de fertilidad que han crecido exponencialmente en el último tiempo y que son exclusivos para quienes cuentan con un nivel económico alto o muy alto. La gestación es un rentable negocio.
Para quienes realizan terapia hormonal de adecuación a su identidad, incluso, en la misma Guía del ministerio de Salud de la Nación, se asume que no están dadas las condiciones necesarias para que se garantice la protección de gametos con cobertura en el subsistema público de salud.
Nos despedimos de la juntada de amigas con la sensación de que la información es tan importante para que nuestros deseos y proyectos de vida puedan ser posibles.
*Por Redacción La tinta / Imagen de portada: A/D.