Las futbolistas, nunca más solas
Un 21 de agosto de 1971, Las Pioneras, el equipo de la Selección Argentina de fútbol Femenino, viajaba a México -sin apoyo y con mucho esfuerzo- a disputar el sueño mundialista y le metía cuatro goles a Inglaterra. Ese hito hoy se reivindica en las canchas y, ayer, en el Gigante de Alberdi, el equipo pirata fue recibido por la hinchada para celebrar su día.
Por Verónika Ferrucci y Jazmín Iphar para La tinta
“’¡Vio, vecina! Estas chicas modernas mostrando las piernas corren tras una pelota. Pero sí, doña Porota, hasta vergüenza me da. El fútbol es de los hombres, ¿dónde vamos a parar?’.
A ninguna de nosotras nos importó el qué dirán, con un puñado de sueños y un bolsito con ropa, nos subimos a un avión y a jugar a la pelota… Hoy, el fútbol femenino juega sin pedir permiso para llenarnos de gloria. Jueguen lindo las mujeres, llevan alto el estandarte, que nosotras, orgullosas, gritamos: ‘Adelante’”.
Fragmento del poema Mundial 71, de María Esther Pelusa Ponce, una de Las Pioneras.
Ayer domingo, el plantel femenino de Belgrano, dirigido por Maximiliano Luján, jugó contra Vélez Sarsfield la fecha 14º de la Fase Ascenso de Primera B de la AFA. En el estadio Julio César Villagra, el «Gigante de Alberdi», las piratas ganaron 7 a 1. Y la hinchada les hizo un recibimiento y homenaje a las futbolistas en su día.
En 1971, el equipo de fútbol femenino de nuestro país viajó -sin entrenador ni auspiciantes, con poco dinero y ropa donada- a México tras el sueño mundialista y, en el Estadio Azteca, Elba Selva, luciendo el 10, convirtió cuatro goles frente a Inglaterra. Salieron cuartas de seis equipos, torneo que no fue reconocido ni por la FIFA ni por la AFA, vaya qué sorpresa. Fue un 21 de agosto y, en honor a ellas, ese día quedó establecido por la Ley N° 27.596 como el “Día de las Futbolistas Argentinas”.
El panorama para el fútbol de las pibas cambió hace unos años y pasó antes de que llegaran las reglamentaciones y las normativas. Y aunque en los potreros van pateando y empujando, los cambios son lentos y aún quedan muchos desafíos y demandas por atender. Por ejemplo, la semana pasada, trascendió la noticia de que la Liga de Buenos Aires le sacó todos los puntos al equipo Cañuelas Fútbol Club por incluir a una niña, la argumentación es que está prohibido el fútbol mixto en categorías infantiles competitivas. Mientras en las canchas del torneo de Primera División de la AFA el lema fue “un fútbol para ellos y para ellas”, las niñas no tienen espacios competitivos donde jugar.
Nunca más solas
«Nuestro fútbol femenino es suceso nacional», dice la canción del «Fútbol ferné», inaugurada el domingo en medio de las banderas y el humo celeste. La gente copó la Cuellar con el mate en mano y, a los 30 segundos del primer tiempo, ya estaba gritando un gol. Los bombos sonaron durante los 90 minutos, el recibimiento al plantel fue una fiesta que se organizó durante varias semanas, pero que seguro empezó a soñarse hace mucho más.
Belgrano empezó a jugar en AFA en 2021, sumándose a la Primera C. De la mano de la entrenadora Daniela Díaz, ese año salieron campeonas y ascendieron a la B. La capitana, Romina «la Pepa» Gómez, fue goleadora del torneo y ganaron los trece partidos que jugaron, con un total de 112 goles a favor y 7 en contra. Actualmente, a 8 fechas de finalizar el torneo, están punteras en la B, siguen invictas y con muchas chances de ascender a la Primera División. Paralelamente, continúan jugando la Liga Cordobesa de Fútbol, donde están segundas en la tabla.
El fútbol argentino se caracteriza por un fuerte centralismo, por eso, llegar a Primera es mucho más difícil para quienes habitan el interior. De los 22 clubes que participan de la Primera B, 20 son de Buenos Aires -entre Capital y Provincia-. Los dos restantes, Belgrano y Argentino de Rosario, provienen de las ciudades más grandes del país, después de CABA.
En Primera División, la AFA anunció la profesionalización del fútbol femenino en 2019. Esto implica que la Asociación paga entre 8 y 11 contratos a cada uno de los planteles que participan, y les garantiza obra social y atención médica a todas las integrantes. Entonces, si Belgrano asciende, las jugadoras tienen muchas más posibilidades de trabajar y vivir del fútbol.
En este contexto, la hazaña del femenino y la emoción de las protagonistas se multiplica. Al finalizar el partido del domingo, Victoria Arrietto, jugadora de la B, expresó: “Es una felicidad que no se puede explicar, es algo hermoso, jugar en nuestro día, disfrutar acá en nuestra casa, es algo increíble. Con toda esta gente, con el recibimiento que tuvimos, la verdad que la gente está loca, es algo hermoso que no lo vamos a vivir en otro lado, así que disfrutando de esta camiseta, todas juntas por el mismo sueño”.
Conversamos con Lucía Sosa y Fernanda Leguizamón de la hinchada Las Piratas de Alberdi, que se organizaron para recibir a las jugadoras en el Gigante de Alberdi, con toda la fuerza y el aguante en su día. “Así como hace 50 años atrás, un par de locas se fueron a jugar a México, justamente no queremos que nos siga pasando eso, que estén solas e invisibilizadas, por eso, estamos acá, poniéndole el cuerpo”, dice una de las hinchas. “Nos empezamos a organizar hace unas semanas, queríamos darle entidad al fútbol femenino y meterle fuerza hoy, que era el partido que coincidía con el Día de la Futbolista Argentina y jugando en Alberdi. En su día y su cancha, las queríamos homenajear e hicimos todo este movimiento que es un empuje para que empiece a pasar más seguido y jueguen acá como les corresponde”, dice Fernanda. La mayoría de las veces, cuando juega de local, el equipo pirata lo hace en el predio de Villa Esquiú. “Necesitábamos empezar a habitar estos espacios, ponerle el cuerpo para que las jugadoras sepan que no están solas. Las fuimos a ver a Villa Esquiú, es lejos, no hay bondi que te lleve, ni siquiera está señalizado el lugar, es la otra punta de la ciudad y es injusto para ellas y para las hinchas. Queremos que jueguen acá, en su casa, para cuidarlas a ellas y a la hinchada”, explica Fer.
Para Lucía, las unió dejar de hacer el aguante en soledad, “en el fútbol, que es un espacio tan masculinizado, siempre nos salió volvernos más varones en vez de juntarnos con más pibas. Y ahora hicimos a la inversa y nos dimos cuenta de que somos un montón con la misma manija y el mismo agite. Estar acá no es solamente porque somos unas manijas, sino porque entendemos que es importante defender a las pibas dentro de la cancha estando afuera, para que sepan que no están solas”. Las piratas de Alberdi, la hinchada celeste de las pibas, arrancó hace muy poco, armaron un Instagram y el primer partido al que fueron organizadas fue frente a Almirante Brown. Con un bombo a ver qué onda, con la intención de sumarse a la movida, así empezó todo. Hablaron con las madres de las jugadoras y comenzaron, hacía falta plata “porque con el amor no alcanza” y están haciendo una rifa. “Es como el agite del fuego, empezamos a llamar al fogón y, de repente, nos empezamos a juntar, queremos que estén los instrumentos y que pibites puedan ensayar, de la escuela de fútbol de Ciudad de Los Cuartetos, de la Pepa Gómez, nuestra capitana, eso hace que hoy sea distinto”.
Para ellas, las piratas son quienes se identifican y sienten los colores de Belgrano de distintas formas, “y saben que en la cancha se ven los pingos y lo demostramos en las tribunas, estamos las pibas devenidas de la barra masculina, las que juegan al fútbol, las pibas y familias que son de Alberdi. Saber interpelar y sumar a todas esas voces hace que las piratas de Alberdi seamos más y nos sintamos identificadas con eso que está faltando en la cancha”, dice Lucía.
Remarcan que todes quienes se quieran sumar son bienvenides a esta nueva cultura del aguante que están construyendo. La hinchada es un espacio súper abierto para las que se sientan piratas, hinchas, socias que quieran hacerle el aguante a las pibas. Invitan a seguir su página para conocer las novedades de las próximas fechas y juntadas. “Queremos habitar otra cultura del aguante, donde las infancias estén libres y no sientan que tienen que estar cuidándose todo el tiempo, queremos que puedan venir y, si así lo desean, tocar el bombo, queremos sostener una hinchada que no se quede callada, que sientan que hay lugares que no son violentos, con otras dinámicas. Estamos inventando una nueva cultura del aguante, ojalá nos salga y tenga algún sentido”, concluye Lucía.
*Por Verónika Ferrucci y Jazmín Iphar para La tinta / Imagen de portada: Julieta Pollo para La tinta.