UNR y Ambiente: entre el Dr. Jekyll y Mr. Hyde
Por Enzo Balbuena para La tinta
En una charla con algunos miembros de la Multisectorial de Humedales rosarina, era notoria la sorpresa de los mismos al enterarse de la existencia de personeros que impulsan desde dentro de la Universidad la re-privatización del Paraná, su sobredragado y la consecuente destrucción ambiental que esto generaría. Es que realmente la UNR se ha esforzado en los últimos tiempos por mostrar un perfil progresista y “amigo” del ambiente. Pero la realidad es que dentro conviven, como en la famosa novela, un Dr. Jekyll y un Mr. Hyde: dos personalidades totalmente disímiles una de la otra, una buena y una mala, pero que al fin y al cabo forman parte del mismo cuerpo.
Previo al receso invernal, y en base a ciertos pedidos que se venían realizando tanto en el ámbito institucional como en la opinión pública rosarina, la UNR emitió un esperado informe en el que niega la confección del supuesto estudio de impacto ambiental que sustentaría el dragado a 40 pies del Paraná, catástrofe ambiental denunciada por Mempo Giardinelli como una posibilidad a través de una nota de Página/12 hace ya un tiempo. Este estudio (que nunca circuló de manera oficial ni con la firma de la UNR), según la hipótesis, apoyaba lo certificado por la consultora Latinoconsult (cercana a la Bolsa de Comercio de Rosario) y cumplimentaba un rol clave alrededor del decreto 949/20, a través del cual se planeaba abrir una nueva licitación privada de la Hidrovía en el año 2020. Hoy por hoy, avanza una versión que afirma la apertura de dicha licitación a fines de este año, que se refuerza con los recientes cambios en el Ministerio de Transporte.
La negativa de la Universidad abre las puertas al escándalo, porque saca a la luz la estafa en que nos habrían querido meter (a las 120 millones de personas que habitamos la Cuenca del Plata) la multinacional belga Jan de Nul, la Bolsa de Comercio rosarina y otros actores cómplices, incluso algunos dentro del propio Estado. Sin embargo, este no es el fin de la historia, sino el principio. La pregunta que queda abierta es: ¿por qué una empresa de la magnitud de Jan de Nul, que opera en más de 100 países, y la segunda bolsa de granos a nivel mundial encararían una licitación de carácter internacional sin tener garantizado algo básico como un estudio de impacto ambiental? La respuesta de dicha pregunta queda a cargo de ellos.
Lo que sí es de público conocimiento es que ahora la Universidad de Rosario, de manera oficial, pasará a tener un rol importante a cargo en lo que refiere al control ambiental del Sistema de Navegación Troncal (lo que sería el “Paraná argentino”), tanto hacia atrás dando cuenta del cumplimiento de las obligaciones ambientales bajo la gestión de Hidrovía S.A (traducido, la empresa Jan de Nul y su socia EMEPA) como hacia adelante en un futuro todavía incierto en torno a que no se sabe a ciencia cierta en manos de quién quedará el río Paraná. Esto figura en el informe mencionado, oficializado a través del expediente 21438/2022 de la UNR, adjunto a esta nota.
La cara bonita
Como mencionamos al principio, la UNR tiene un interesante balance en términos ambientales, con importante protagonismo en torno a las quemas de los humedales frente a Rosario. Entre distintas acciones, las que principalmente destacan son las que se llevan a cabo desde el Observatorio Ambiental de la UNR, a cargo del abogado Matías de Bueno, radical y ex Franja Morada, hombre fuerte de la gestión universitaria del ex rector Floriani y quien suele tener presencia mediática siempre que hay quemas.
De Bueno estaba en la vereda de enfrente a Bartolacci en la interna radical de la UNR en 2019, pero, al parecer, con el tiempo subsanaron sus diferencias y quedó a cargo del Observatorio, aunque con algunos cuestionamientos que por lo bajo consideraban que había otros postulantes más capacitados.
Dentro del programa de acciones del Observatorio Ambiental, destacan el seguimiento diario de los focos de incendios en las islas, convenios con ONG, un muy logrado documental llamado “Bajo Río” y el reciente lanzamiento del Plan de Sostenibilidad Ambiental 2022-2025, que consiste en arbolado, la instalación de paneles solares y la promoción del reciclaje, centrado en la ciudad universitaria de Rosario, más conocida como La Siberia. Esto es aprovechado y mostrado frecuentemente por el rector Bartolacci y puede observarse con claridad en las redes sociales de dicho Observatorio.
No todo lo que brilla es oro
Pero en todo este camino que recorrimos, nos encontramos con un bache importante. Cualquier programa de sostenibilidad que promueva la Universidad debería contener el cierre de la principal chimenea contaminante que existe en su interior: la ideológica. Esto tiene que ver con lo que ya hemos denunciado en otra nota: la existencia de personas que, desde dentro de la UNR, promueven la re-privatización del Paraná y su sobredragado, y a los que poco les importa el ambiente.
Una cosa es la libertad de opinión, y otra muy distinta es utilizar la Universidad en favor de los intereses de los monopolios extranjeros. En este sentido, el que principalmente destaca es Juan Carlos Venesia, quien interpreta al Mr. Hyde de la política ambiental de la Universidad Nacional de Rosario. Este señor es hijo de Gualberto Venesia (ex vicegobernador de Santa Fe durante gestión Obeid, en pleno menemismo), director del Programa de Infraestructura Regional de la UNR y, a la vez, una especie de “monje negro” enquistado hace 26 años en la Universidad y a cargo de todos los temas relacionados a la Hidrovía, al transporte fluvial y a la gestión de puertos en la zona.
Este Programa (PIR) tiene a cargo la Diplomatura en Gestión de Puertos y Vías Navegables, en la cual, según se puede ver en distintos videos, la Jan de Nul (actual concesionaria de la Hidrovía desde su privatización) es bien recibida y prácticamente “da cátedra”; por otra parte, ha lanzado recientemente una nueva Diplomatura, esta vez en Gestión del Transporte de Pasajeros y Cargas, a la par que se anuncia otra para más adelante en Seguridad del Transporte Fluvial. También es el impulsor de los Encuentros Argentinos de Transporte Fluvial, impulsados en conjunto con la Bolsa de Comercio de Rosario y la Cámara de Puertos Privados Comerciales.
Venesia es un fuerte promotor de la re-privatización y defiende los supuestos “beneficios” de esta, a la par que oculta una centenaria historia de gestión del río en manos del Estado. Esto puede ampliarse con una nota anterior. Desde que llegó a ese cargo en 1996, pasaron por la UNR 6 rectores, pero Venesia nunca se movió. Actualmente, junto al ex rector Darío Maiorana (quien dirige el Centro de Estudios Interdisciplinarios de la UNR) son los encargados principales de toda la política científica universitaria de Rosario y, en lo fundamental, de todo lo ligado al río.
Con tamaña espalda, y como afirmaba una de las versiones que circulaban, ¿es posible que en realidad hayan sido ellos los gestores del secreto estudio y lo hayan confeccionado incluso a espaldas de las autoridades de la Universidad? ¿O son en realidad las autoridades las que esconden algo?
No le corresponde a quien escribe dar esas respuestas, porque no son más que intuiciones. Pero sí corresponde exponer el claro peligro que significa la presencia de este personaje para el trabajo que tiene que hacer a futuro la UNR. ¿Por qué? Porque de seguir todo como está, en la evaluación ambiental que deberá realizar la alta casa de estudios y gracias a la “mano invisible” de este señor, la multinacional Jan de Nul será juez y parte de su propio control: se encontrará de ambos lados del mostrador. No hay que ser futurólogo para pronosticar los resultados de las futuras mediciones.
De cara a lo que viene
Según el Instituto Nacional del Agua, en tiempos de la bajante histórica, el tramo argentino del Paraná estuvo en un 40% de su caudal promedio, comparado con los últimos 25 años. Esto coincide con una importante expansión de la frontera agrícola y la deforestación contra montes y bosques, aunque también se da al mismo tiempo que se privatizó y extranjerizó el Paraná. Sería clave que, de cara al futuro, al menos se investigue esta relación, así como también sobre la contaminación, denunciada en un informe del Instituto Soberanía.
Decíamos en una nota anterior que muchos son los que se resignan frente a la “imposibilidad” de ir contracorriente, se arrodillan frente al modelo existente (y, por cierto, fracasado). Si la premisa básica de funcionamiento es que “el modelo no se toca”, sin dudas Venesia es la personificación de este modelo.
No debe malentenderse, a partir de lo expuesto, que se menosprecie el trabajo de cientos de profesionales comprometidos que día a día trabajan fielmente por el cuidado del ambiente y la defensa de los intereses nacionales. Marcar este tipo de cuestiones significa, más bien, enaltecer su trabajo. Sin embargo, sí debe reafirmarse la peligrosidad de lo advertido, porque está claro, como también se ve en la novela que metaforiza la cuestión que abordamos, que la convivencia entre Jekyll y Hyde tiene mecha corta. Mientras ambos coexistan, festejaremos poner el balde mientras en el techo se agranda la gotera.
*Por Enzo Balbuena para La tinta / Imagen de portada: A/D.