Porta: el mal-aliento del monstruo

Porta: el mal-aliento del monstruo
20 julio, 2022 por Redacción La tinta

A medida que Porta Hnos. fue extendiéndose en la zona sur de la ciudad de Córdoba, no fue solo a través del suelo, sino también del aire. Ha crecido hasta convertirse en un monstruo, un gran laboratorio a cielo abierto, amontonado al lado de los barrios como si fueran un Tetris. En los días más fríos y durante la madrugada, pueden verse los vapores que emana, como si fueran bocanadas, “ese vapor es continuo los 365 días del año (…). Es el ‘modo vapor’ que le decimos nosotros”. Partículas que viajan por los techos de los barrios.

Por Redacción Enfant Terrible

Tras 10 años de intensa pelea de las vecinas de V.U.D.A.S. (Vecinxs Unidxs en Defensa de un Ambiente Sano) con el grito «Fuera Porta» contra la segunda etanolera más grande de la provincia de Córdoba -la primera es Acabio de Villa María-, mucha gente en los alrededores y en distintos puntos de la ciudad capital del país, e, incluso, del mundo, conocen de la empresa cordobesa Porta Hnos.

«Porta contamina», «nos está enfermando», «nuestros niños se mueren», entre otros relatos, fragmentos orales de vivencias cotidianas, han sido puntas para visibilizar una problemática que hoy es bandera de más de unx vecinx de Córdoba, incluso sin importar si es de zona sur, «porque vecinos somos todos», reza una de las máximas de Silvia, una de las V.U.D.A.S.

En la base de esos relatos, está el cuerpo, que habla, dice y grita con lengua y dientes, y se desgarra de impotencia, porque «este infeliz de acá al lado» no quiere irse. Son esos cuerpos los que contienen cada partícula de toxinas y con sus ojos ven los camiones que dicen «INFLAMABLE», el sol caliente de verano que se refleja en las destiladoras, y las toneladas de alcohol acopiadas a la intemperie, que todo pareciera estar al borde de prenderse y estallar en pedazos. Ahí, el cuerpo siente miedo.

Han visto que antes había árboles y animales, un «Parque» San Antonio. Ahora, un laboratorio a cielo abierto.

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(Imagen: Enfant Terrible)

Quien conoce B° Parque San Antonio y los alrededores de la fábrica sabe que, además de una fábrica ilegal de etanol de maíz, allí mismo se producen olores de distintos tipos y que, al permanecer en el lugar, se convierten en dolores de cabeza, náuseas, mareos, picazón de ojos y de piel. También depende del viento.

Nati, una de las vecinas que vive a 1 kilómetro de la empresa en dirección al sur, en B° Inaudi, contaba una vez que sus familiares se le mofaban diciendo que el lugar debía rebautizarse «aires de Porta».

Si bien el aire aún no cotiza, no es «de» alguien, en el caso de esta fábrica, sí al menos eliminó la posibilidad de que la zona sea adecuada para respirar. Mientras fue extendiéndose y agigantándose, hasta convertirse en un monstruo del tamaño del barrio, también lo hizo en un sentido de apropiación territorial del aire (si se puede pensar así), envenenándolo con cada bocanada de vapor.

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(Imagen: Enfant Terrible)

Al haber pasado 10 años de que comenzó el conflicto con la empresa y el Estado en sus distintos niveles (Nacional, Provincial y Municipal) y Poderes (Ejecutivo, Legislativo y Judicial) que la defienden, las V.U.D.A.S., que con-viven con Porta, se han vuelto expertas para explicar el funcionamiento de la empresa y qué es este vapor. A una de ellas, Silvia Cruz, que tiene su puerta de casa con Porta, le contamos que queremos saber acerca de esta nube. A continuación, su relato.

«¡Uy, no respiren mucho!»

-Al comienzo, en el 2012 (y también en 2015), el humo era continuo y salía de todas las calles. Vos salías a la mañana a tomar el colectivo y era como si estuvieras en una neblina. Con el tiempo, empezaron a regular las horas y creo que se han comprado una torre de reconversión de gases, por lo tanto, algunos gases se reconvierten. El tema es que van a parar a las calderas que tienen que ser alimentadas, pero no les hacen ningún control y también emiten químicos. Es como si tuvieras una chimenea.

“Ese vapor es continuo los 365 días del año”.

Ese vapor es lo que más fácilmente puede trasladar los químicos. Son distintas partículas de la producción que viajan. Los días de humedad, que va a pulular ese vapor y andar encima de nuestras casas, yo no te saco la ropa a la soga porque se pega a la ropa, a la mandarina que tengo en el árbol, si hay viento norte ni te cuento. Lo tenés arriba, en el techo, en el tanque de agua.

Todos esos vapores, que a nosotros se nos hacen cotidianos, los estamos viendo, los estamos escuchando, identificamos con el oído cuándo van a emitir esos vapores, entonces, en ese momento, insultamos, decimos: «¡Uy, no respiren mucho!» (ríe con ironía), porque, cuando hacen esos ruidos, sabemos que sale vapor o algo sale. Eso lo respiramos y son distintos olores, a plasticola o químicos fuertes como ácido. Pero no es un sistema cerrado, se va dando sobre el día. Hay días que está peor.

“Se ve que escapan gases de todos lados”.

En verano es peor, porque en invierno estamos adentro, peor aún así se sienten los ruidos. Esos vapores, aunque no los estemos viendo, sabemos cuando están, sabemos que también son constantes, porque aunque digamos «bueno, ahora están tirando más», los tiran constantemente.

“A diferencia de las otras plantas de etanol, al no tener un espacio de campo, está todo junto. Entonces, todas las cañerías están amontonadas, como si fuera un Tetris”.

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(Imagen: Enfant Terrible)

Hay momentos especiales en que hacen control de cañerías, entonces abren todas las válvulas y tapan todo. Los efluentes también dan mucho olor, cuando llenan las bateas y las dejan días ahí, tiran mucho olor. También hay momentos en el año en que hay lluvias y abren todas las válvulas para hacer descarga y limpieza de todas las cañerías. Ahí (en la foto) se ve un sector, pero hay días que hacen depuración y hay días que escapan de distintas partes; se lo ve al lado de la ventana mía, un poco más cerca de la Circunvalación, en el medio, en el fondo.

«Es el ‘modo vapor’ que le decimos nosotros»

Ellos, con el tiempo, compraron la burlanda que se vendía húmeda, entonces salían los camiones y chorreaban vinaza. Para evitar eso y por una cuestión de que entraran los camiones con algo seco, compraron un secador de burlanda, como un tubo que rota; cuando la secan, también sale vapor y un olor impresionante, es horrible, sobre todo en verano cuando se pudre por el calor.

En general, la temperatura que emana es alta, entonces esta zona es mucho más caliente también. Los silos que contienen el maíz vienen de los campos cargados de Atrazina y pesticidas químicos también tienen una temperatura mayor.

Desde lejos no se ve

Desde que la empresa comenzó a instalarse, el dueño y empresario José Porta tuvo que salir a dar varias explicaciones sobre qué estaba haciéndose allí, tamaña nube no podía pasar desapercibida. En su momento, el mismo empresario explicó con sus palabras a las vecinas que esa nube era «vapor de agua» y que «no hay de qué preocuparse». Hoy, gracias a los estudios realizados por V.U.D.A.S., se sabe con precisión que esos vapores están provocando daños genotóxicos en toda la población aledaña (en particular, las infancias) con daño comprobado hasta en la zona donde vive Natalia, a un 1 km hacia el sur.

Pero entonces la lejanía se vuelve relativa, porque estar «lejos» de la empresa no implica no estar siendo afectadx. A su vez, estar «cerca» tampoco garantiza poder estar viendo y sabiendo todo, menos con una empresa ilegal de la cual no hay precisión en los registros de qué se hace puertas adentro. Sería como meterse en el estómago del monstruo.

(Imagen: Enfant Terrible)

“El tema también es que no se sabe qué hay abajo, bajo el suelo. Estos días, las casas vibran porque hay una máquina perforadora como un martillo neumático que hace pozos, pero no podemos saber qué es. Creemos que quieren hacer una nueva conexión de cloacas y van a canalizar los efluentes, que también dan olor, e iría a parar a Bajo Grande, en las chacras de La Merced”.

Según se sabe, la empresa utiliza 700.000 litros de agua por día para poder producir 100.000 litros de etanol de maíz diarios. La preocupación de las vecinas es que pueden estar depositando esa agua abajo, haciendo un pozo como sucede hoy en B° Villa El Libertador, donde, por falta de cloacas, los pozos sépticos se han colapsado y las casas han comenzado a ceder. La planificación urbana del sector se fue moldeando a la extensión de la empresa, imponiendo una zona industrial sobre una zona originalmente residencial, por lo que también tienen acceso a conexiones públicas de gas y electricidad.

«Esto puede ser como Villa El Libertador de tanta agua que puede haber en el subsuelo, pueden dejar un colador (…). Uno ve siempre lo que está arriba, no puede ver lo que está abajo”.

De concretarse el reclamo de V.U.D.A.S. que exige la erradicación de la fábrica hacia un lugar donde no afecte la salud de los barrios, el Estado también debería hacerse cargo de todas estas huellas. Que San Antonio pueda volver a ser habitable y garantizar que la empresa, incluso sin estar en el territorio, no presente ningún riesgo para la población, esto teniendo en cuenta la «ausencia» total de la misma no implicaría la «ausencia» de los riesgos, el daño genético en la población ya está hecho.

Hoy en día, la causa judicial que sostiene V.U.D.A.S., desde hace al menos 8 años, se encuentra cajoneada en algún escritorio de la Corte Suprema de Justicia. Ahora, el nuevo territorio judicial para las vecinas es la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, por lo que están vendiendo rifas para poder costear un viaje hasta allá. Una dificultad que se presenta ante magistrados atornillados en sus escritorios es que, si ni el juez federal Hugo Vaca Narvaja hizo ‘el tour tóxico por el barrio’ y se dejó llevar casi de la mano por la empresa, como una visita guiada, ¿cómo podrán dimensionar estos jueces lo que significa vivir al lado de un monstruo?

*Por Redacción Enfant Terrible / Imagen de portada: Enfant Terrible.


*Nota realizada con colegas de El Resaltador.

Palabras claves: Porta Hnos, San Antonio, VUDAS

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