Aborto en EE. UU.: “Estamos regresando a un tiempo horrible”
¿Cómo abortar ahora en Estados Unidos? ¿Qué escenario abre la anulación del fallo “Roe vs. Wade”? ¿Cómo acciona el movimiento feminista en este contexto? Entrevistamos a Chiara Bercu, investigadora feminista de California, sobre el impacto de la medida, el panorama que se abre y el rol del activismo.
Por Nadya Scherbovsky y Anabella Antonelli para La tinta
“La mayoría del mundo puede ver que esta decisión es una locura”, dice Chiara, en conversación con La tinta, sobre la anulación del fallo “Roe vs. Wade”. El 24 de junio pasado, se confirmó la noticia que se había filtrado semanas antes: la Corte Suprema de este país anuló el fallo que reconocía, dentro de la Enmienda 14 de la Constitución, el derecho de privacidad a las mujeres y, como parte de eso, el derecho a la interrupción del embarazo, estipulando total libertad en el primer trimestre y aumentando las restricciones en el segundo y tercero. El fallo limitaba la posibilidad de que las legislaturas locales y nacional pudieran prohibir y penalizar el aborto en sus jurisdicciones.
Cada Estado tiene ahora la facultad de decidir si las personas pueden interrumpir embarazos y bajo qué causales en su territorio. Un retroceso inmenso, después de casi 50 años de garantizarse el derecho al aborto. “El impacto es muy fuerte, algo surreal. Aunque quienes estamos en el movimiento feminista lo sabíamos desde hace meses, todavía no me lo puedo creer y, para la población en general, creo que sí fue una sorpresa -expresó Chiara-. Espero que el movimiento feminista pro aborto sea suficientemente fuerte”.
—¿Qué disputas políticas e internas de gobierno se manifiestan en este fallo?
—Los antiderechos tienen años trabajando en esto. Es la culminación de 40-50 años de la política de los antiderechos, de la política religiosa, que es parte de su agenda, y están atacando mucho nuestros derechos ahora. El derecho para votar, los derechos de las personas trans, de las personas gay. Uno de los jueces de la Corte Suprema dice que todo lo que estaba protegido bajo la 14° Enmienda de la Constitución de Estados Unidos va a estar bajo ataque ahora, ya no va a estar protegido en base al argumento que usaron para quitarnos el derecho al aborto. El derecho de casarse si eres gay o lesbiana estaba protegido bajo la Enmienda 14, y también la anticoncepción. Es parte de la agenda política de derechos de los republicanos, que tienen más de 30 años sin ganar el voto popular de los Estados Unidos, pero son tan estratégicos que han avanzado en muchas leyes aunque fueran una minoría de la población. Los republicanos, los antis y los religiosos son minoría, pero están muy metidos en la política más sucia.
—¿Cómo viven esta situación desde los feminismos y cuál está siendo la respuesta de las organizaciones a favor del aborto?
—Las estamos copiando a ustedes, copiando todas las redes de acompañamiento, tratando de que tengamos autonomía sobre nuestros cuerpos y, al menos en el movimiento en que estoy, hacemos mucho énfasis en el aborto autogestionado, en el aborto entre pares, pasando información para poder manejar nuestros propios abortos con mucho amor, cuidado y acompañamiento. Estamos tratando de copiar el modelo de allá. Las redes de acompañamiento de México han estado activando en Estados Unidos durante meses, incluso años, más que nada, las que están en la frontera. Es evidente el feminismo en el acompañamiento y hay mucho más movimiento. Pero cuando pasan estos cambios, siempre hay mucho movimiento político y, después de unos meses, todos se olvidan, espero que no suceda.
En mi trabajo como investigadora, estamos movilizando toda la información que tenemos, haciéndola lo más accesible posible a los políticos, a las personas que están escribiendo las leyes, a los congresistas para que tengan información basada en la ciencia. En el mundo clínico, también se están movilizando, tratando de ver, en los estados donde no van a prohibir el aborto, cómo acomodar para tener más pacientes y llevar personas, ver de conseguir más donaciones de fondos para poder mandar a las personas a otros estados para abortar en clínicas.
—¿Qué hace una persona gestante ahora, si quiere abortar en el país?
—Tiene varias opciones. Todavía pueden tener un aborto en clínica, solo tienen que viajar y, por ahora, no es ilegal viajar a otro estado. Muchos estados están protegiendo los derechos de las personas gestantes para abortar sin criminalización. También hay muchas opciones para personas que quieren abortar en casa. Hay varios sitios donde una puede comprar las pastillas, hay algunas alternativas que te las mandan a tu casa, dependiendo en qué estado estás. Hay una grupa de acompañamiento en Guanajuato, México, Las Libres, que se están movilizando mucho. Si una persona que quiere abortar se pone en contacto con ellas, les mandan las pastillas y las acompañan en sus abortos. Para quienes quieren viajar a otros estados, hay fondos de aborto para pagar el pasaje, para el hotel, para que tus niños estén con alguien mientras estás en la cita médica. Muchos lugares de empleo han dicho que van a pagar para los abortos, van a dar tiempo y dinero para que las empleadas de sus empresas puedan tener sus abortos.
—¿Cómo vive el pueblo estadounidense este fallo? ¿Tuvo la misma relevancia que a nivel internacional?
—Tuvo gran relevancia esta decisión. La mayoría del pueblo estadounidense está muy triste y en shock. Tengo muchísimos amigos que me han estado escribiendo, diciendo “no puedo creer esto”, “qué está pasando en nuestro país”, “cómo vamos a sobrevivir a esto”, “cómo podemos luchar contra esto”. La gran mayoría de la gente está muy triste. A nivel país, muchas encuestas hablan de que el 80% de la población cree que el aborto debe ser legal, por lo menos, por causales y el 60% cree que las personas pueden decidir cuándo abortar, sin causales. Esta decisión está muy en contra de la opinión pública. Es una minoría de los súper antiderechos los que han estado luchando por esto y los que son súper religiosos, pero hasta conozco mucha gente muy religiosa que no está de acuerdo con esta decisión.
—Respecto a lo que se viene: ¿se prevé una avanzada sobre otros derechos?
—Pienso que esto es parte de la agenda de los republicanos y de los súper antiderechos, no solo para el aborto, sino de los derechos humanos en general y, en particular, los de las personas trans, gays y migrantes. Es parte de su plan y va a tener un impacto muy fuerte en la vida de todos. Aunque quienes escribieron esa decisión dicen que no tenemos que tener miedo, que no van a venir detrás de los otros derechos, la realidad es que el argumento que usaron se puede usar para todo lo otro.
*Por Nadya Scherbovsky y Anabella Antonelli para La tinta / Imagen de portada: El País.