Políticas antiaborto en Estados Unidos: el fallo Roe vs. Wade en riesgo
Según un documento que se filtró del Tribunal Superior norteamericano, existen intenciones de derogar el histórico fallo de 1973 que establece como derecho constitucional la interrupción voluntaria del embarazo. Esta noticia no puede desligarse del avance de leyes restrictivas en materia de género en varios estados. Conversamos con la abogada y especialista en derecho constitucional, Mariela Puga, para analizar el escenario y los posibles impactos para la región.
Por Verónika Ferrucci para La tinta
La semana pasada, publicamos un mapeo sobre el avance en varios estados de leyes restrictivas -llamadas mordaza- para la educación sexual y la enseñanza de la teoría racial en Estados Unidos. Paralelamente, en los estados más conservadores, hace unos años, avanzan leyes que restringen los derechos de las personas trans y obstáculos para el acceso a la interrupción voluntaria del embarazo. En este marco de políticas antigénero y antiaborto es que tenemos que leer la reciente noticia sobre la posibilidad de que el Tribunal Supremo revierta el histórico fallo Roe contra Wade de 1973.
El borrador que se filtró y fue publicado por el portal Politico sugiere que la supermayoría del Tribunal Supremo podría anular la histórica sentencia que consagra el derecho constitucional al aborto. Desde la Corte, confirmaron que dicho texto es auténtico, aclararon que no es una decisión final y comenzaron una investigación sobre la filtración del documento. En caso de derogarse, serán los estados quienes tienen la potestad de decidir si se restringe o prohíbe el aborto.
Ayer, miércoles 11, el Senado votó en contra de la Ley Federal de Protección de la Salud de la Mujer, proyecto presentado por el demócrata Chuck Schumer. Una iniciativa que pretendía proteger con una legislación federal el acceso al derecho al aborto y garantizar el derecho a profesionales de la salud en la atención de la práctica, en caso de avanzar la derogación del fallo. ¿Cómo queda el panorama ahora? ¿Qué hay detrás de esta posible derogación y qué impactos podría tener en términos geopolíticos?
Primero, vamos con algunos datos contextuales que son útiles para una foto más completa del tema: el Tribunal Supremo está compuesto por 9 miembros, el documento filtrado es la opinión del juez conservador Samuel Alito. Del total de jueces, 5 están ubicados en las filas del conservadurismo y apoyarían la sentencia, mientras que quienes restan la rechazarían. Y hay dudas sobre cómo votaría el presidente del Tribunal, John Roberts. Uno de los legados más pregnantes de Trump, quien consiguió nombrar al 33% de esos jueces. En algún punto, lo que se dice es que es parte de la estrategia que implementa el partido republicano que lleva controlando el sistema judicial, al menos, desde Reagan.
En noviembre, hay elecciones legislativas, de manera que los movimientos son aún con más cálculos. Biden aseguró que “el derecho de una mujer a elegir es fundamental” e instó a que elijan legisladores que estén a favor del aborto. ¿Por qué es un riesgo que sean los estados quienes decidan si se garantiza o no el derecho al aborto? Porque el avance de leyes antiaborto, antigénero y de limitación de derechos para la comunidad LGBTTTQ+ es preocupante. Se estima que casi 30 estados -con toda seguridad o muy probablemente- prohibirán el aborto, sin contar las actuales normativas que restringen derechos, vean este relevamiento de Planned Parenthood.
Conversamos con Mariela Puga, abogada y doctora en derecho constitucional, e investigadora de CONICET-UNC, para que nos aporte algunos elementos para comprender los posibles impactos que traería una derogación del histórico fallo. “Cuando en los años 70 sale el fallo Roe vs. Wade, la Corte Suprema decidió que existía un derecho constitucional y le dio contenido al mismo. Reconoce el derecho de privacidad a las mujeres y como parte de ello es el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo; con total libertad en el primer trimestre y con aumento de restricciones en el segundo y tercer trimestre respectivamente. La corte, en ese momento, estableció un límite para que las legislaturas locales y nacional puedan eventualmente prohibir y penalizar el aborto en sus jurisdicciones. Hasta ahora, las legislaturas tenían esos límites, lo que está en riesgo es que ahora queden liberadas”.
Al ser un país federal, los códigos civiles y penales varían en cada estado que tiene su propia legislación. Después de todos estos años post Roe vs. Wade, nos explica la abogada, que en la mayoría de los estados han tendido a garantizar la interrupción voluntaria del embarazo y los que establecen restricciones han encontrado formas de limitar el acceso ‘por la ventana’, por decirlo de alguna manera. Concretamente, han expulsado a todos los centros que realizan la práctica. “Es importante destacar que el derecho a la interrupción del embarazo no fue considerado como parte del derecho a la salud, es decir, no es una prestación pública. Si no hay centros privados que lo realicen o si no hay fondos suficientes en el sistema público, no hay posibilidad. En la actualidad, hay varios estados donde no se hacen abortos porque no hay accesos a centros que lo permitan de manera gratuita y a bajo costo. Pero ningún estado puede penalizar. De lo que pude leer del fallo, no habría una imposición a los estados a penalizar el aborto, sino libertad para que cada jurisdicción lo decida. De eso se trataría, en apariencia, la decisión de la Corte de Estados Unidos”, detalla la especialista.
El marco del asunto es que, así como el Tribunal Supremo fue quien en los años 70 habilitó la posibilidad, ahora puede salirse del juego y dejar a las legislaturas locales el margen para hacer lo que quieran y esto es preocupante, dado el escenario actual de legislaturas conservadoras.
¿Nuevas formas de los viejos conservadurismos?
Le consulto sobre qué expresiones de conservadurismos podemos leer en esta decisión del Norte, ya que no se puede afirmar que solo tiene que ver con fundamentalismos religiosos como en algún punto sucedió en el proceso de legalización del aborto en nuestro país. “La cultura norteamericana no es ni esencialmente católica ni fundamentalista, es centralmente protestante. Extrañamente, los republicanos, siendo los más conservadores, son ahora los que reclaman los derechos estatales o de las legislaturas estatales de restringir el acceso a la interrupción voluntaria del embarazo. Pero lo cierto es que, antes del fallo Roe vs. Wade, Ronald Reagan fue uno de los que sostuvo, desde su posición del liberalismo más ortodoxo, que había un derecho de las mujeres a la interrupción voluntaria del embarazo. Eso luego dio un giro, poco antes del fallo, y se volverá una bandera de los republicanos no permitirle a las mujeres ese derecho”, precisa la abogada Puga.
La especialista propone que, más que ver las fuentes de conservadurismo, ligaría lo que estamos viendo con las diferentes formas de los feminismos y cómo han defendido, dentro del liberalismo y de la ideología liberal, la idea del derecho a la interrupción voluntaria. “Que durante tantos años el derecho haya sido a la no intromisión en el propio cuerpo y no un derecho positivo a la salud, a una prestación por parte del Estado, habla un poco de dónde está inscripta en el imaginario liberal norteamericano la libertad de acceder al aborto. En contrapunto a la pretensión desde los feminismos latinoamericanos que se han inscripto en el derecho a la salud, a una prestación positiva que debe ser garantizada por el Estado, y que están muy vinculadas con las desigualdades de género. En Estados Unidos, ha estado más vinculada una libertad individual, con independencia de los obstáculos particulares que enfrentan las mujeres por ser mujeres”, explica la entrevistada.
Y agrega que, si bien fue un fallo innovador y en algún punto promovió el sentido de posibilidad en América y en el derecho occidental, “tenía un cielo corto y creo que estamos viendo la consecuencia de ello, termina siendo una discusión de libertades individuales y no una discusión que involucra necesariamente las cuestiones de las desigualdades genéricas”.
La Corte Constitucional de Colombia sacó un fallo inspirado en Roe vs. Wade para reconocer el derecho constitucional a la interrupción voluntaria del embarazo -aunque con mucho más sentido de feminismo-, la Corte Constitucional de Ecuador amplió las posibilidades para la interrupción voluntaria del embarazo en casos de aborto no punibles y, en nuestro país, el fallo F.A.L. fue la antesala de la discusión que llevó a una ley. “El impacto de la caída del fallo estadounidense puede significar el resurgimiento del conservadurismo desde una perspectiva de la discusión liberal de los derechos constitucionales, podría ser grave, porque ese tipo de conservadurismo norteamericano respecto a las concepciones del liberalismo están muy presentes, sobre todo, en Argentina”, afirma la especialista.
¿El peso está en las calles?
Wear Green es la consigna para ocupar las calles por estos días. Nuestro verde for export, el de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, llegó al norte. Las manifestaciones se tiñeron de verde y, si bien las últimas encuestas indican que el 70% está de acuerdo con el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo, parece que la movilización y presión en las calles será más que necesaria.
“Lo que vemos nos invita a reflexionar acerca de los límites y de la mirada corta que tiene la defensa estrictamente liberal del derecho al aborto, y pensarlo desde la perspectiva de género y que es un derecho vinculado a la igualdad de géneros más que vinculado a una idea de sujetos abstractos o individuos abstractos que quieren ponerle límites a la intervención estatal en su propio cuerpo”, concluye Puga.
*Por Verónika Ferrucci para La tinta / Imagen de portada: Evelyn Hockstein (REUTERS).