Careta: ¿cómo nos definimos cuando nos preguntan quiénes somos?
Hoy, se presenta la última función de este ciclo en La Nave Escénica. Se trata del unipersonal de teatro físico y audiovisual que dirige Camila Murias y que tiene en escena a Diego Haas. Una puesta recientemente reconocida en los Premios Provinciales del Teatro de Córdoba que conjuga, con excelencia y desde lo colectivo, una multiplicidad de lenguajes.
Por Fernanda Albornoz e Inés Domínguez Cuaglia para La tinta
Ir al teatro, para quienes son del teatro como para lxs que no, implica siempre una incertidumbre linda, parecida a la que se tiene antes de una primera cita.
¿Qué va a pasar ahí? ¿Qué preguntas se van a abrir? ¿Cómo será ese encuentro? ¿Habrá piel, encuentro de verdad? ¿Pasará desapercibida? ¿O nos dejará marcas?
Nos gusta que nos inviten al teatro casi lo mismo que nos gusta andar haciéndonos preguntas.
El teatro es encuentro con la gente que queremos y con nosotras mismas.
Nos gusta mucho más el teatro que las citas.
¿Vamos al teatro? Vamos a compartir un rato, vamos sin saber bien qué vamos a encontrar, cómo vamos a volver. Porque el teatro siempre modifica los regresos.
Con todas esas preguntas en el aire, con ropita linda de salir y ganas de habitar el convivio, nos acercamos a disfrutar de Careta y charlar con la directora de este proyecto, Camila Murias, para compartir y entender algo de lo mucho que nos quedó resonando.
Ella es actriz, hacedora teatral y esta es su primera experiencia dirigiendo una obra. ¿Por qué eligió estar en ese lugar? “En realidad, es un proceso, una idea original que traía consigo Cone, Diego Haas, el intérprete. Yo lo acompañaba como compañera, digamos, en saber de qué iba el proceso, a quién buscaba para formarse y, en ese acompañar desde el lugar de pareja, surgieron estas ganas de estar como directora de la obra con todos los riesgos del abismo de ser la primera dirección, de hacerlo en pareja sin haber trabajado juntes antes. Me entusiasmó el hecho de que sea teatro físico porque es algo que a mí me interesa, ya lo venía trabajando desde mi tesis que se llama Las polillas son murciélagos blancos, en el 2015. Me daban ganas de estar desde afuera, desde ese lugar”.
“Me sentí en un proceso de vértigo permanente hasta que realmente consolidamos la estructura de la obra. Es una forma de crear muy vertiginosa, no se sabe muy bien cuál es el puerto, pero es, a la vez, lo que me atrae. Me encontré en un lugar de afuera por primera vez también sabiendo lo que significa estar adentro”, comparte Camila.
Su primera tarea fue abocarse a organizar los ensayos para seguir una estructura. En el proceso de generar una metodología de trabajo en conjunto, hubo momentos de hallazgos y otros de frustraciones. Tenían que encontrar el equilibrio entre la convivencia necesaria para poder abordar la escena y el cuidado del vínculo de pareja. Surgió la necesidad de la asistencia de dirección e inmediatamente pensaron en sumar a Laura Bringas, amiga y colega.
El tiempo, el otro, la máscara y el espejo
Estos cuatro conceptos fueron las bases de la investigación y el desarrollo de todo este proyecto. Aparecen desde lo concreto algunos y otros, los percibimos en planos simbólicos, inasibles.
Desde el comienzo, estuvo el interés de sumar disciplinas:
“Los elementos de afuera también son como actores y actrices, son intérpretes. Entonces es un compilado que hay que estar observando todo al mismo tiempo, que es la magia de Careta para mí. Es como una orquesta de elementos escenotécnicos y de interpretación”, agrega Camila.
En la exquisitez del diseño lumínico de Cecilia Astini, está la construcción de la compañera fundamental del intérprete. La luz es una entidad. Dialoga y rechaza el diálogo, construye refugio, oculta vergüenzas, abraza y huye. La luz funciona como otra actriz en escena, mantiene atentxs a lxs espectadorxs, regala imágenes difíciles de olvidar, densas, profundas y sutiles a la vez.
En la multiplicidad de lenguajes escénicos, se vislumbran las inquietudes de la realización audiovisual. El nylon como soporte de las proyecciones y ambos generando otro estímulo para el intérprete. El diseño sonoro se une a la propuesta, sumando ambientes y voces a una experiencia donde las palabras elegidas nos interpelan en cada aparición.
Interpretación, luz, proyecciones, máscaras, escenografía, sonoridad, todo construye sentido y pone en escena a un equipo sólido y experimentado.
Nariz roja: la primera máscara
En el recorrido que propone esta obra, hay un volver al origen, a la esencia del intérprete y sus técnicas circenses. En esta instancia, fue clave el aporte que hizo la asistente de dirección con amplia formación en el trabajo del clown. ¿Qué mejor que ponerse una nariz roja para parodiar todas las máscaras que llevamos puestas para vivir?
Desde nuestras butacas somos parte del juego donde la música acompaña libremente cada movimiento que sigue con precisión el foco lumínico. Miramos, sonreímos, sentimos el cosquilleo y las tensiones del ridículo. Qué regalo que nos inviten a jugar.
Premios, reconocimiento y visibilización
Hace unos días, se realizó la décima edición de los Premios Provinciales de Teatro “Siripo” 2022 con la particularidad del cambio de nombre en homenaje a ese grupo teatral. El Teatro Real fue la sede de esta ceremonia que convocó a muchxs hacedorxs de las artes escénicas.
De las cuatro nominaciones que tuvo Careta a: Mejor Obra, Mejor Dirección, Mejor Actuación y Mejor Diseño Lumínico; fueron la directora y la iluminadora las que, finalmente, se llevaron los premios.
Sabemos que el teatro independiente hace grandes esfuerzos para poner en escena una producción y nos interesaba conocer lo que implica haber recibido estos reconocimientos. Camila vuelve a reflexionar y compartir sentires:
“Nos genera mucho entusiasmo, sorpresa y, a la vez, felicidad de que empiece a considerarse este teatro físico donde no es lo central el texto dicho, donde la propuesta es más innovadora. Sentimos que, en algún punto, se están abriendo puertas y se están rompiendo ciertas barreras para poder aumentar percepciones con lo sensorial y la subjetividad de cada espectador y espectadora. Se agradece que se puedan romper esas barreras. Cada nominación en sí misma, nosotres la tomamos como un premio para la obra porque la obra es colectiva”.
Lo que se viene
Este proyecto de investigación y realización de la compañía La Nave Escénica seguirá desarrollándose en el mes de mayo con el estreno de un docu-ficción cuya realización estará coordinada por Diego Lucero. La propuesta consiste en un ciclo anual que se llamará Jueves Careta.
El interés y la intención es seguir alimentando la obra para hacerla crecer.
El cuerpo y las máscaras que nos ponemos para acompañar las soledades sucesivas juegan en la obra un papel principal. No hay un solo tipo de soledad, no hay una única manera de estar solxs, miles de máscaras pueden acompañar el trance. La máscara, en su sentido más ritual, sirve para ser otre por un rato, ocultar, maquillar nuestro yo real, si es que hay uno, si es que existe.
Sobre el final, se abre la pregunta que nos modifica profundamente, bien al estilo de las obras que nos gusta ver. La máscara se corre, se abre el abismo: ¿cómo somos cuando nos preguntan quiénes somos?
Tuvimos la mejor cita de los últimos tiempos, vayan al teatro, siempre es mejor.
Careta. Jueves 21 h en La Nave Escénica (Ovidio Lagos 578, B° General Paz). En escena: Diego Haas | Dirección: Camila Murias | Asistencia de dirección y operación de sonido: Laura Bringas | Diseño y operación de luces: Cecilia A. Astini | Realización audiovisual y proyecciones: Diego Lucero (Artvandelay Productora) | Composición musical: Mati Mormandi | Animaciones: Héctor Rafael Prette | Diseño y confección de vestuario: Camila Murias | Diseño máscara Larvaria: Diego Haas | Confección y back up máscara Larvaria: Agustina Blanc | Producción general: Camila Murias y Diego Haas | Idea original: Diego Haas | Compañía La Nave Escénica.
*Por Fernanda Albornoz e Inés Domínguez Cuaglia para La tinta / Imagen de portada: Diego Lucero.
