“Rusia quemó las naves en el Donbass”
El gobierno ruso reconoció la independencia de las repúblicas de Donetsk y Lugansk, en el este de Ucrania, lo que tensó todavía más un creciente clima de conflicto bélico donde Estados Unidos y Europa defienden sus intereses.
Por Redacción La tinta
El presidente de Rusia, Vladmir Putin, reconoció el lunes la independencia de las denominadas Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, ubicadas en la cuenca minera del Donbass, al este de Ucrania. Hace ocho años, y tras una cruenta guerra, ambas regiones declararon su autonomía –con el apoyo de Moscú- y el gobierno central de Kiev dejó de ejercer su autoridad.
Desde hace semanas, la tensión diplomática y bélica sobre el Donbass fue creciendo de forma acelerada. Estados Unidos, respaldado por la OTAN y la Unión Europea (UE), anunció una invasión militar inminente sobre Ucrania por parte de Rusia. El gobierno de Putin negó en todo momento que esto pudiera suceder. Pero hace dos días, con el reconocimiento de Moscú de Donetsk y Lugansk, las tropas rusas comenzaron su movilización hacia esos territorios. Automáticamente, Estados Unidos y la UE rechazaron la decisión de Putin y anunciaron sanciones económicas contra Moscú.
En una extensa intervención pública, Putin fustigó al actual Ejecutivo ucraniano por no respetar los Acuerdos de Paz de Minsk, firmado entre Kiev, Moscú, París y Berlín. También apuntó contra Estados Unidos y la OTAN, a los que volvió a denunciar por sus intentos de expansión territorial.
Al mismo tiempo, las grandes cadenas mediáticas casi no mostraban las expresiones de apoyo a la decisión rusa por parte de los pobladores de Donetsk y Lugansk. En estos ocho años de guerras, disputas políticas y territoriales, y tensiones a nivel mundial, la guerra en el Donbass lleva más de 14 mil muertos, tanto militares como civiles.
Puntos de quiebre
En dialogo con La tinta, el periodista Ignacio Hutin, que se especializa en Europa Oriente y los Balcanes, donde fue corresponsal, explica que las razones de esta escalada tienen que ver “con la expansión de la OTAN hacia el este, con la posibilidad de que tanto Ucrania como Georgia se sumen a la alianza atlántica. Eso creo que es más bien una excusa”.
Hutin, autor de los libros Ucrania/Donbass. La renovada Guerra Fría y Ucrania. Crónica desde el frente, asegura que el “punto central” del actual conflicto internacional “es que Rusia impulsa una relectura y un cambio en la estructura de seguridad y defensa de Europa, que se planteó al final de la Guerra Fría”. Esto se debe a que “la Rusia de entonces no es la de ahora, así que quieren un replanteo de todo eso”.
Para Hutin, existen otros “puntos de quiebre”, como las elecciones del 9 de agosto de 2020 en Bielorrusia y las protestas posteriores contra el gobierno del presidente Aleksandr Lukashenko. El periodista sintetiza que esas manifestaciones “de alguna forma dieron cuenta de que Lukashenko, un aliado de Rusia, no está tan seguro y bien parado”. Otro hecho que Hutin considera importante son las sanciones contra el diputado Víctor Medvedchuk, un líder pro-ruso de Ucrania y con estrechos vínculos con Putin. El periodista recuerda que, el año pasado, el legislador fue sancionado “porque dicen que apoya al terrorismo y hoy está en prisión domiciliaria. Me parece que eso también tiene que ver con el quiebre que estamos viendo hoy”.
“Podría dar un montón de explicaciones sobre los últimos ocho años de guerra, pero creo que al final del día es una excusa, porque lo único que le interesa al Kremlin es demostrar poder y que se replantee la seguridad en Europa –remarca Hutin sobre la situación actual-. Ese es el punto central. Como la OTAN no está respondiendo a sus demandas, lo que Putin dice es que tiene que reconocer al Donbass que, para mí, es quemar las naves”.
¿La guerra terminó?
A partir del lunes, se multiplicaron las hipótesis, análisis y posibles reacciones bélicas tras el anuncio del presidente Putin de reconocer a las repúblicas del Donbass. Según Hutin, la medida adoptada por Moscú “significa tirar por la borda los Acuerdos de Minsk para terminar con la guerra. Estos acuerdos nunca se aplicaron, porque Ucrania no quiso. Estos acuerdos implicaban un diálogo entre Kiev y las autoridades separatistas (del Donbass), cosa que Ucrania nunca quiso”.
El periodista y escritor también señala que los Acuerdos de Minsk impulsaban “que las dos regiones tuvieran una autonomía especial, cosa que Ucrania no aceptó. Más allá de que nunca se aplicaron, por lo menos eran una guía, una hoja de ruta, un camino a seguir, pero ahora no hay nada de qué agarrarse”.
“El envío de tropas rusas, a partir del reconocimiento anunciado por Putin, para Moscú no es una invasión, es una operación de mantenimiento de la paz para proteger civiles –analiza Hutin-. Para Rusia, lo que pasa en el Donbass es un genocidio, pero de ninguna forma lo es. Puede haber racismo, xenofobia, una rusofobia muy importante en Ucrania, pero no hay un genocidio”.
¿Entonces qué implica la intervención militar de Rusia? Hutin lo resume con estas palabras: “Significa que la guerra terminó, porque Ucrania no va a atacar habiendo soldados y armamento rusos en la región. Y si hay nuevos enfrentamientos, es otra guerra. Ni siquiera es una nueva etapa de la misma guerra, sino que la guerra terminó. Ahora empieza otra etapa. Se están imponiendo sanciones muy importantes a Rusia. Hay que ver qué pasa con el gasoducto que conecta Rusia con Alemania. Creo que más allá de que Berlín anunció que por ahora estaba paralizado, eventualmente va a funcionar, porque Alemania necesita ese gasoducto”.
Ante la posibilidad de un conflicto bélico abierto, Hutin estima que “la OTAN no va a enviar soldados, no va a interpretar esto como una declaración de guerra. El presidente ucraniano ya dijo que no va a haber guerra, que no van a atacar, que en todo caso van a cortar relaciones diplomáticas con Rusia. Esto es muy probable, porque Georgia, que está en una situación muy similar, porque tiene dos repúblicas autoproclamadas reconocidas por Rusia (Abjasia y Osetia del Sur), tampoco tiene relaciones diplomáticas con Moscú. Vamos a un escenario o bien bélico, una guerra abierta, que quiero creer que no va a suceder, o un estancamiento como el que hay en Georgia, con dos regiones autoproclamadas que dependen de Rusia. Y me parece muy interesante ver quiénes reconocen a las repúblicas de Georgia, porque van a ser los mismos que reconozcan en los próximos días a las dos repúblicas del Donbass. Esos países son Rusia, Nicaragua, Venezuela, Nauru y Siria”.
Gas, trigo y mucho dinero
Hasta hace muy pocas semanas, Donetsk y Lugansk eran dos lugares prácticamente desconocidos en nuestro continente. Aunque ese desconocimiento no implica que las regiones despierten intereses contrapuestos entre Estados Unidos y Rusia, dos de las tres principales potencias mundiales.
Los intereses en el Donbass, estimó Hutin, “tienen que ver con la cuestión de seguridad y defensa, y ver quién se queda con esta región en disputa, que es todo el territorio que hay entre Rusia y la Unión Europea, que son países como Moldavia, que es un gran ejemplo de eso, por fuera de Ucrania y Georgia”.
“El caso de Moldavia es muy interesante, porque es un país que va pendulando según quién gana elecciones, de Moscú a Bruselas y viceversa, según quién gane elecciones –recordó el periodista-. Eso mismo pasa en Bulgaria, más allá de que sea miembro de la Unión Europea, y en Rumania casi que también”.
Para Hutin, “hay un factor que tiene que ver con el poder y, por el otro lado, tiene que ver con el dinero, porque hay un gran negocio en una zona que crece económicamente y es un mercado nuevo. Hay que tener en cuenta la exportación de gas ruso, que es muy importante. De hecho, particularmente Ucrania es importante, porque es uno de los principales exportadores de productos agrícolas, como el trigo. Si bien no es un gran mercado, es un gran exportador de materias primas, es el granero de Europa y quien se lo quede, gana mucho”.
Al mismo tiempo, “si la UE se mete en toda esta región, la industria ucraniana desaparece –destacó Hutin-. ¿Dónde está la industria ucraniana? En el este del país, donde hay guerra y esto no es casual”. A su vez, el Donbass “es la zona más industrializada de Ucrania –agregó-. Es una zona geográficamente bastante pequeña y, sin embargo, según el ex presidente de Ucrania, Víktor Yanukóvich, representa el 25 por ciento de la industria del país y más o menos el 30 por ciento de su Producto Bruto Interno, antes de la guerra”.
En el Donbass, además, “se produce mucho carbón y, casualmente en Ucrania, la mayor parte de la energía es vía carbón –finaliza Hutin-. Algo muy curioso es que, como esta zona está bloqueada económicamente, Ucrania adquiere el carbón en forma tercerizada, vía Turquía o Rusia, en algún caso. Pero es todo carbón de la misma zona, con lo cual le sale más caro. Alguna vez intentaron comprar otro tipo de carbón, por ejemplo, de Sudáfrica, pero era muy malo y caro. También es importante porque es la región donde viven los étnicamente rusos de Ucrania”.
*Por Redacción La tinta / Foto de portada: A/D.