Juicio histórico contra la trata
Hasta 2012 Alika Kina estuvo sometida a la explotación sexual por una red de trata de personas que empezó a ser juzgada desde ayer en Tierra del Fuego. Es la primera vez en la Argentina que una víctima se convierte en querellante.
Ella tiene 40 años y dirige Sapa Kippa, una organización no gubernamental por los derechos de las mujeres en Ushuaia. Cuando la liberaron de la whiskería Sheik, en octubre de 2012, Alika no se reconocía como víctima del delito de trata de personas. Fue expuesta durante años a proxenetas y prostituyentes, “clientes” del servicio en Córdoba primero y en Tierra del Fuego después.
Desde entonces, después de aproximadamente 20 años de ser prostituida por distintos proxenetas y rompiendo con su historia familiar -madre, tías y abuelas también fueron explotadas sexualmente y su padre era consumidor de prostitución y proxeneta-, Alika se encontró con el movimiento de mujeres y armó la ONG Sapa Kippa (que quiere decir “sangre de mujer” en lenguas originarias de onas y yámanas).
El juicio
En el juicio Alika, una de las siete víctimas de la trata de personas que se ejercía en Sheik será, además de testigo, querellante contra sus tratantes. En la causa están imputados Pedro Montoya e Ivana García, dueños del lugar y Lucy Alberca Campos, encargada.
Tanto Montoya como García se encuentran en libertad. Alberca fue detenida en una causa por narcotráfico hace 15 días. La encontraron dentro del mismo “Sheik” con el equivalente en distintas monedas extranjeras a 7 millones de pesos.
Hace una semana, Miguel Pascual desde Escocia, ex esposo y prostituyente de Alika, empezó a criticar en los medios para intentar deslegitimar su palabra y atacar su imagen.
Se conocieron en el local nocturno fueguino Black & White, en 1996 Pascual pasó de cliente frecuente a esposo. Sin que Alika supiera, él pagaba a sus tratantes para que le permitieran pasar tiempo con ella, se fue a vivir con él y su familia a España. Empezó a golpearla a ella y a la hija de ambos. Entonces decidió escapar y volver a Ushuaia con los tratantes. Pascual pidió testificar en contra de Alika por videoconferencia, pretende afirmar que ella ejercía voluntariamente la prostitución.
Alika recibió amenazas por Facebook e inclusive en la calle personalmente, le dijeron que tenga cuidado con lo que iba a decir en el juicio.Puerto y prostitución
“Ushuaia es puerto y base naval, históricamente provincia de destino. A las putas las traían los gendarmes, los militares, la misma policía. Todos eran cómplices. Hoy se reciben cruceros y barcos pesqueros internacionales”, contó Alika a Página/12. “Bajan miles de personas, por lo que la explotación es permanente y de complicidades múltiples entre algunos poderes del Estado provincial”.
“Cuando tocan puerto cruceros rusos o americanos suele bajar personal de nacionalidad filipina, mano de obra barata pero que paga en dólares, y eso es mucho para un proxeneta”, y continúa, “desde las ocho de la noche hasta la mañana siguiente, las mujeres están “a disposición de los clientes”.
“El funcionamiento de whiskerías o cabarets está penado, pero nadie regula. Se terminan abriendo puertas a la trata porque las chicas están tan pasadas de droga que no saben si están siendo secuestradas”, concluyó Alika.
Fotos: Emiliana Miguelez