Animé para todas y todos (y todes)

Animé para todas y todos (y todes)
13 agosto, 2021 por Redacción La tinta

Por Pablo Vecco para La tinta

El animé ha tenido un problema de RRPP desde sus inicios. Muches piensan que es sinónimo de infantil, y encima japonés, o sea, rari. Pero eso creo que es porque la gente, en mi opinión, tiene una concepción bastante escasa y errónea sobre qué es el anime. Se considera como que pertenece al género infantil, cuando en realidad, podemos encontrar dentro del anime muchos géneros, y más.

Yo más bien lo describiría como uno de los medios principales a través del cual artistas y cineastas japoneses – principalmente – cuentan historias. De hecho, en los últimos años, la animación en general ha ido adoptando más y más historias que no están orientadas a una audiencia infantil. ¡Pero el animé lo hizo primero! Así que este es mi intento por reivindicarlo, recomendando lo mejor que tiene para ofrecer en varios géneros.

Estoy seguro de que cada categoría cuenta con mejores opciones que las que voy a mencionar, y la realidad es que no consumo tanto anime como muches creerían. Mi opinión se basa en lo que conozco, que debe ser un 1% (con mucha furia) de lo que hay para elegir. Y si algo de lo que recomiendo está bueno, imaginen lo que me estoy perdiendo.

Drama

Comencemos con el drama. Drama del fuerte, no del que te hace llorar, sino del que te rompe el corazón; del que te lo arranca del pecho con la mano y dice: “Ya no necesitas esto”. Las historias sobre la segunda guerra mundial suelen tocar un nervio emocional sensible, ya que se ambientan en una guerra real particularmente atroz y destructiva. Y dentro del animé también se puede encontrar una historia así: “La tumba de las luciérnagas”.

Dirigida por Isao Takahata y estrenada en 1988, esta película cuenta la historia de Seiko, un joven de 14 años, y su hermanita Setsuko, de 5. Luego de quedar huérfanes durante los bombardeos aéreos a la ciudad de Kobe en 1945, deben sobrevivir por su cuenta en una ciudad devastada por la guerra. Mientras la salud de Setsuko se deteriora por la desnutrición, Seiko hace todo lo que puede, incluso robar y saquear hogares, en un desesperado intento por salvar a su hermana. Esta película es absolutamente desgarradora, y a la vez, hermosa e impactante. El crítico Ernest Rister la describe como “la película animada más profundamente humana que he visto” al compararla con “La lista de Schindler”.

Infantil

Sí, es bastante irónico que incluya películas infantiles en una nota que aclama (casi chilla, diría): ¡El animé no es solo para niñes! Y la verdad es que tenía que incluir estas películas, porque a veces, la cosas hechas para niñes también están buenas (¡y aguante Pokémon, loco!). Pero como hay tantas películas y series fantásticas para elegir dentro de este género, solo voy a mencionar mis dos favoritas, que casualmente pertenecen al mismo director, Hayao Miyazaki: “El increíble castillo vagabundo” y “Ponyo”.

En “El increíble castillo vagabundo” (2004) Sofi, una tímida joven vendedora de sombreros, es víctima de una terrible maldición por parte de una bruja un toque intensa en cuestión celos. Ella debe salir en busca de Howl, un vanidoso e inseguro hechicero, y el único suficientemente poderoso como para romper el hechizo. Sin embargo, es Sofi quien debe salvar a Howl para poder salvarse a sí misma. Esta película es lo que yo llamaría un clásico cuento de hadas diferente, si eso tiene sentido. Es conmovedora y entretenida, de esas que empiezan los créditos y te quedás como “awwww” con la mano en el pecho, como cuando vez un video del gato Thurston (¿No sabés quién es? Googlealo, no seas ignorante).

En cuanto a Ponyo (2008), mi mejor forma de describirla sería como una reinterpretación libre de “La Sirenita”. Un niño de 5 años llamado Sasuke conoce y entabla amistad con un pez dorado al que nombra Ponyo, sin saber que se trata de una princesita rebelde que quiere ser humana. Mientras su padre, quien desconfía de las personas, la busca frenéticamente pensando que ha sido secuestrada, Ponyo conoce y se enamora del mundo de los humanos. Esta película es un ejemplo de la belleza del anime, en la que cada imagen refleja el talento de los artistas y dibujantes detrás de esta tierna historia. Desde algo tan simple como preparar una comida casera, hasta la cotidianidad de un pueblo costero, Ponyo es pura imagen (onda, le pones un poco de música pop y a Kirsten Dunst, y es una película de Sofía Coppola).

Deportes (sí, deportes; y ya que estamos, romance también)

Para los que esperan una recomendación de Supercampeones, les tengo malas noticias. ¿Quién quiere ver anime de fútbol cuando puede ver anime de patinaje artístico? Y no solo eso, sino historia de amor gay ambientada en el mundo del patinaje artístico profesional. ¿Qué más se le puede pedir a la vida? “Yuri on Ice” (Yuri en el hielo) trata la historia de amor entre Yuri Katsuki, un patinador profesional quien, luego de sufrir una tremenda derrota en la final del Grand Prix, regresa a su pueblo natal para tomarse un descanso; y Victor Nikiforov, un famoso campeón ruso de patinaje e ídolo de Yuri, quien se ofrece a entrenarlo y convertirlo en el campeón del siguiente Grand Prix. Este anime estrenó en 2016 y fue alabado por la crítica. Es por momentos emotivo y por momentos hilarante, pero siempre entretenido; y las coreografías, creadas por el ex patinador artístico Kenji Miyamoto, son un espectáculo.

¿Terror? (Che, ¿Attack On Titan es terror o acción, o ambos?)

Bueno, no sé, si les gustan las series falopa tipo The Walking Dead, les tengo alta recomendación. “Attack on Titan” (Ataque a los titanes) se ambienta en un mundo donde la humanidad se vio obligada a refugiarse dentro de tres muros monumentales en forma de círculos concéntricos que encierran a les úniques sobrevivientes del ataque de los titanes, criaturas humanoides gigantes cuyo único fin aparente es devorar a cada persona viva. Esta sola comunidad que queda cuenta con guerreros armados con artefactos que les permiten balancearse (a lo Spider-man) a gran velocidad para enfrentarse a los titanes y proteger las murallas. Nótese que no menciono personajes. Eso es porque esta serie cuenta con muchos, desarrollados en profundidad y con historias interesantes. Si bien es una “serie de monstruos”, creo que Attack on Titan también propone preguntas interesantes sobre el sentido de la guerra, y la mentalidad de sus sobrevivientes. Todavía no termina (de hecho, va por la mitad de una cuarta temporada excelente) y en lo que a mí respecta, podría tener un final malísimo, a la gran Juego de Tronos. Pero hasta ahora, no decepciona: es sangrienta y brutal (sabelo), pero también atrapante e intrigante. Tal vez no sea para “cagarse en la patas”, pero esos fuckin’ titanes con sus sonrisas muertas, posta, dan miedo.

Misterio/thriller

Acá no hay que pensarla demasiado. Por supuesto, voy a hablar de “Death Note” (2006). Este animé, basado en el manga (googlealo, Roberto) del mismo nombre, trata la historia de Light Yagami, un estudiante de secundaria muy inteligente y un tanto psicópata, digamos, que encuentra un cuaderno con las siguientes instrucciones: “La persona cuyo nombre sea escrito en este cuaderno morirá”. También incluye otras instrucciones más específicas con respecto a forma y hora de la muerte de la víctima; sino, sería un poco redundante, ¿no? Si bien no se lo toma en serio al principio, Light decide probarlo. Al descubrir su poder, comienza una serie de asesinatos en masa de aquelles que, según él, merecen morir (y de cualquiera que se entrometa en su camino). Cuando las autoridades comienzan a notar que las misteriosas muertes siguen un patrón, la policía empieza a investigar con la ayuda de un intuitivo investigador conocido solamente como L. Esta serie muestra el clásico juego del gato y el ratón, típico del género policial, con un giro paranormal. Me la debo haber terminado en una semana, así de adictiva es.

Ciencia Ficción

¿Conocés la película “El origen”? ¿Qué me dirías si te contara que una de las grandes películas de Christopher Nolan está inspirada en un anime (que a su vez está basado en una novela, pero shh, estamos haciendo quedar bien al animé)? Bueno, Paprika es una película dirigida por Satoshi Kon en 2006. En un futuro no muy lejano, se desarrolla un dispositivo que permite acceder a los sueños de las personas. La psiquiatra Atsuko Chiba lo utiliza para ingresar en los sueños de sus pacientes bajo el alter ego Paprika y poder tratar problemas de salud mental mediante el monitoreo e intervención de los sueños. Cuando este dispositivo es robado, y el criminal lo usa para ingresar en la mente de las personas y ejercer control sobre estas, Chiba comienza una intensa búsqueda para detener el caos que se desencadena. Paprika es otro ejemplo del animé como espectáculo visual, donde se desdibujan los límites de los sueños y la realidad. De hecho, diría que el animé es, en este caso, el medio ideal para contar este tipo de historias.

Comedia (o más bien, conclusión)

Y acá ya vamos cerrando, porque se me complica bastante hablar de comedia en lo que respecta al animé. Y eso es porque la comedia en el animé es como la sal en la gastronomía. Está en casi todo. Es difícil elegir algo que sea solo comedia, cuando la mayoría pertenece a otros géneros, y además hace reír. Si recuerdo con nostalgia series como Sailor Moon o Pokémon, no es solo por sus argumentos y sus personajes (y por ser bien joto) sino también por lo mucho que me hicieron reír. Serena, con su personalidad que oscilaba entre adolescente emocionalmente madura y Bob Esponja, siempre me sacaba una sonrisa, y es por algo que el equipo Rocket es I-C-Ó-N-I-C-O. Así que, si quieren ver comedia, elijan lo que quieran, incluso algunas de las recomendaciones anteriores son graciosas (bueno, tal vez La tumba de las luciérnagas no).

En fin, espero haber podido convencer a alguien de que el animé vale la pena. Les invito a dejarme sus recomendaciones o qué les pareció las que comparto aquí. En serio, se pierden de mucho al desestimar este “género” como infantil. Además, desestimar cualquier cosa como infantil también es subestimar a les niñes, como si no fueran capaces de tener una opinión válida.

Esto me recuerda a una frase de Walt Disney, quien dijo: “Yo no hago películas principalmente para niños. Las hago para el niño que llevamos dentro, ya sea que tenga seis o sesenta. Llamen a ese niño inocencia”. No voy a negar que la industria del animé se enfoca principalmente en les niñes, pero eso no lo hace inferior, ni quiere decir que nuestre niñe interior no pueda disfrutarlo.

*Por Pablo Vecco para La tinta / Imagen de portada: fotograma película Ponyo.

Palabras claves: animé, película, Series

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