Renuevan el grito: “Tierra para la Vida Digna”
Un grupo de organizaciones, instituciones y personas preocupadas por la falta de acceso y desigual distribución de tierras, y por la creciente criminalización de quienes las ocupan, relanzan la Campaña “Tierra para la Vida Digna”. Invitan a ser parte de la iniciativa para visibilizar y fortalecer las luchas en el campo y la ciudad.
Por Anabella Antonelli para La tinta
Hace apenas unos días, el pasado 14 de abril, celebramos la Ley que expropia las tierras de la Toma Parque Las Rosas, una barrio nacido de una ocupación en el año 2015, cuando les vecines decidieron resolver elles mismes su necesidad de vivienda. Este hecho histórico, sin embargo, está atravesado por un contexto desolador. Por un lado, la votación por expropiar el barrio convive con la elevación a juicio de la causa que criminaliza esa misma toma de tierras. Por otro lado, durante 2020, ante el aumento de estos conflictos, el Ministerio Público Fiscal de Córdoba dictó medidas, como el “desalojo cautelar”, innovadoras en cuanto a la criminalización y judicialización de les vecines. Ambos hechos, lejos de ser anecdóticos, son ejemplos de una política disciplinadora.
Les vecines y organizaciones que acompañan y son parte de los procesos de lucha por la tierra entienden que su distribución es la base para cualquier propuesta de cambio que busque realmente transformar la desigualdad social. Como parte de múltiples acciones en distintos puntos de la provincia y el país, resurge la Campaña “Tierra para la Vida Digna”, como una acción coordinada que visibilice los conflictos por la tierra y que ponga a circular otros sentidos en torno a la problemática.
La Campaña Tierra para la Vida Digna surgió hace ocho años, cuando “en lugar de soluciones, encontrábamos, desde los gobiernos, una feroz política de represión, despojo y saqueo a las familias que buscaban un lugar para vivir y trabajar”, explican en un comunicado público. La creación de la Campaña fue una forma de fortalecer y visibilizar los conflictos por la tierra en el campo y en la ciudad.
Durante el 2020, en el contexto de pandemia global y crisis económica, “lejos de mejorar, se profundizó la desigual e injusta distribución de la tierra”, expresan. Cientos de familias sin hogar ocuparon tierras en todo el territorio nacional. La respuesta de los gobiernos fue “criminalizar estas acciones, mientras se beneficia a los grandes propietarios y a los negocios con desarrollistas inmobiliarios”, señalan.
Córdoba es parte de un patrón general en la región. El modelo de producción rural para el monocultivo transgénico expulsa a campesinos y campesinas diseñando un campo que no les necesita como trabajadores, que no produce alimentos para la población y que genera niveles altísimos de contaminación y saqueo de bienes naturales.
La planificación de las ciudades, mientras tanto, son dinamizadas por el excedente de esa forma de explotación rural, quedando en manos de empresas desarrollistas. Los alquileres trepan en un ridículo desfase de los salarios, asfixiando a las personas y familias inquilinas, sin políticas de Estado que planifiquen el acceso a viviendas para personas de bajos recursos, con los índices de pobreza en alza.
En la ciudad y en las sierras, pueblos originarios siguen reclamando ser reconocidos como legítimos habitantes de las tierras, mientras espacios asamblearios intentan detener grandes obras de infraestructura que resultan en ecocidios y perjuicio para la salud de las comunidades. Las mujeres y disidencias que escapan de situaciones de violencia encuentran, en el mejor de los casos, respuestas transitorias a su problemática de vivienda, y madres y vecines de barrios residenciales pelean contra industrias contaminantes en sus territorios.
En este contexto, la Campaña busca tejer la multiplicidad de voces que se levantan en relación a las luchas por la tierra. Invitan a instituciones, organizaciones, colectivos y personas interesadas a participar aportando información, materiales y miradas sobre distintos conflictos en relación al uso de la tierra y su propiedad, dando cuenta de las diversas realidades. A partir de un intenso trabajo en redes sociales, pretenden “tejer experiencias, hacernos visibles, que se comparta, se difunda y que se sumen”.
Convencides de que el éxito de la Campaña depende de una amplia participación de actores, invitan a grabar y enviar videos, tomar fotos con la consigna, mandar textos sobre la temática y producir o compartir material que tengan sobre su experiencia de lucha por la tierra.
“La lucha por la tierra no es nada más ni nada menos que la lucha por la vida y por el buen vivir. Es la lucha por garantizar las condiciones mínimas de existencia: por el acceso al agua, por un ambiente sano y libre de contaminación; por un techo, por el alimento y el abrigo; por espacios libres de violencias para el desarrollo de infancias libres, sanas y de una vejez digna”, expresan.
Esperan que se transforme en un espacio amplio de coordinación, para que sus voces lleguen a mayores capas de la población. “Somos parte de las resistencias indígenas y campesinas, somos las familias que viven en las villas, los barrios populares y las ocupaciones de tierra. Somos parte de las mujeres y disidencias que sostienen la supervivencia de las comunidades, somos quienes hacemos malabares para pagar un alquiler. Somos migrantes buscando, soñando y deseando vidas mejores. Somos familias de barrios residenciales que resisten la instalación de industrias contaminantes”, expresan.
Podés seguir y comunicarte con la Campaña en sus redes sociales. Encontrales en Instagram como “tierraparalavidadigna”, en Facebook como “tierra para la vida digna” y al mail tierraparalavidadigna2021@gmail.com.
*Por Anabella Antonelli para La tinta / Imagen de portada: Tierra para la vida digna.
