Radio DADÁ: “Muy cerca del origen de la falla”

Radio DADÁ: “Muy cerca del origen de la falla”
Anabella Antonelli
3 diciembre, 2020 por Anabella Antonelli

En la ciudad de Córdoba, en la república de San Vicente, sobre la calle Juan Rodríguez, se asoman las ramas de un espinillo desde el espacio vecinal y cultural Casona DADÁ. En cuarentena, con las puertas cerradas, les dadaístes se las ingeniaron, intuitivamente y sin planificarlo, para seguir abonando la comunidad. Desde abril, les radionautas gozamos de  Radio DADÁ, la burbuja musical de la Casona.

Por Anabella Antonelli para La tinta

Voy a la dietética. Me atiende Perla por la reja y, mientras pesa la avena, me pregunta si el chico de la Casona sigue pasando música. Habla de Radio DADÁ. Le digo que sí y me suelta una confesión: “Ese programa me salvó la vida al inicio de la cuarentena”. Me sorprende la radicalidad. Promete conectarse el jueves siguiente.

Le cuento el acontecimiento a DJ Ardilla, que me sonríe sin impresionarse: “A mí me salva la vida” -me dice- “que salve a otro es hiper loco, pero no es raro, porque hacer el programa es salvador. Con Juan siempre decimos: ´Lo hacemos hasta que nos deje de divertir´”.

Juan Premat y Agustín Cano producen cada jueves la “burbuja musical de Casona DADÁ”, acompañados de una comunidad de radionautas fieles a la propuesta. En las emisiones, aparecen las voces de personajes interpretados por amigos, a modo de interferencia, como si fueran locutores extraviados en el dial. Así conocimos los productos Birele, Don Segovia, Gurú Garzón y el Comando de Descolonización Mental, con Ungenio Arcano interpretando el tarot.

radio-dada-casona-San-Vicente
(Imagen: Radio DADÁ)

Facebook me avisa que Casona DADÁ empezó a transmitir. Es jueves, son las 22 horas. “El registro filantroantropológico acaba de comenzar”, escribe Casona DADÁ en el chat al lado del video, donde está DJ Ardilla rodeado de objetos. Luce sombrero bombín, camisa estampada, chaleco negro, lentes de marco grueso y rosario hindú, “en lo personal, Radio DADÁ justifica mis sombreros y sacos”, me dice riendo.

De fondo, se escucha un ritmo playero que repite “da da da… ajám”. El DJ se acerca a cámara y nos dice que está por comenzar, que están dando “señal de conexión” y nos pregunta “qué pensamos que era Radio DADÁ”. Se va para atrás, baila, prepara algo, acomoda objetos. Se ve un muñeco de ET y un pollito que, cuando lo aprieta, hace un ruido gallináceo. A veces un gatito dorado mueve el puño en cámara, otras veces hay algún libro. En el chat, la Casona escribe un sinsentido y todes les conectades siguen el flujo de ese devenir. Al proyecto lo completa “un imaginario gráfico. La gráfica de cada jueves acompaña la burbuja musical, eso termina de cerrar la idea”, explica Juan.

Se trata de afiches que invitan a la emisión, con imágenes, colores y frases que varían, y que están en el borde entre lo filosófico y el delirio: “muy cerca del origen de la falla”, “¿qué eras tú del responsable?”, “del arrojo al habiendo”, “404 error – human not found”, “la incompatibilidad de lo efímero”. Así, siempre en minúscula. 

Para Agustín, “Radio DADÁ es una ventana musical que abre una plataforma divertida y sin sentido. Casona DADÁ escribe disociada de lo musical. Es un acierto en un formato”, aunque ese formato es parte de un fluir que, desde abril y con el aislamiento, fueron construyendo. “No funciona pensándolo” -agrega Juan- “Si lo planificamos, se pierde algo, pero, además, no nos sale”.

Sobre la experiencia

“Todo tiene que ver con un placer propio, lo hacemos porque nos divertimos, y bienvenido si otras personas conectan. Es un juego íntimo puesto a disposición para que otros lo vean, porque tenemos ganas de compartirlo”, explica Juan.

radio-dada-casona-San-Vicente-dj-ardilla-2
(Imagen: Radio DADÁ)

Hay un elogio de la inmediatez, nada está ensayado, “porque no queremos decir nada, no tenemos nada que decir, entonces, estamos liberados de esa responsabilidad y nos divertimos haciendo algo que es un juego en sí mismo”, dice Juan. La propuesta va más allá de una persona pasando música y alguien escribiendo en un chat. Hay algo del plano sensorial que se activa como forma de comunicación entre todes les que nos conectamos en simultáneo, que trasciende lo racional.

Una buena emisión se mide por la intensidad del viaje musical. “Cuando el DJ levanta estado, se logra una conexión entre la comunidad, a pesar de que sea por la compu”, me explica Juan. Para Agustín, es importante “que la burbuja arme y sostenga climas. Voy yendo por sonidos, cuando me gustan entro, indago, me muevo un rato, de eso genero un playlist de dos horas y la uso en el programa, así tengo yo también un disfrute musical en ese momento. En un buen programa, me encuentro con algunos temazos que me había olvidado que los había bajado”.

Los ritmos elegidos por Ardilla son “movedizos y en un rango latino que me seduce, pero también me gusta lo que se dispara a un lugar difuso y empieza a ser un terreno más interesante, y, como  Radio DADÁ, algo inestable”. Escuchamos una cumbia versionada con algo de electrónica y latinbeat, o podemos subirnos a un viaje de música desconocida, que abre otra sonoridad. Los primeros 30 programas de la versión virtual corresponden a una etapa de exploración, “ahora estamos en el momento de apropiarnos de un sonido que ya escuchamos en emisiones anteriores”.

Mundo DADÁ

“La Casona DADÁ plantea un espacio donde la práctica del sinsentido está presente”, dice Agustín y Juan completa: “Es un circo pobre, estamos siempre al borde del ridículo, ¡eso es estimulante!”. 

Casona DADÁ y DJ Ardilla “son una misma sustancia atómica. Para que DJ Ardilla tenga un universo, es necesaria la Casona DADÁ. DJ Ardilla es la propuesta musical de Casona y Radio DADÁ es el laboratorio, dentro de la Casona, de registros ‘filantroantropológicos’”. La radio nació como “una manera de registrar la locura linda que pasaba en eventos de la Casona”, hace más de 10 años. “Todo fue viniendo, se fue inventando, estaba el micrófono abierto en la barra de la Casona y se empezó a grabar. Salió más o menos bien, y alguien dijo ´Radio DADÁ´”, narran y agregan riendo: “Nunca planificamos nada, siempre nos faltaron cables”.

Sucede algo interesante en el mundo dadaísta, donde hay códigos que parecen sólo funcionar ahí, pero invitando amablemente a una multiplicidad y diversidad de seres. Los latiguillos del programa elaboran un lenguaje de cercanía, un loop reconocible para la comunidad de radionautas. “In your mind” es uno de estos, que para ellos “significa la conexión que se puede generar con otro desde un lugar que, para nosotros, es el que mejor nos comunica. ´In your mind´ es que nos estamos entendiendo sin tener que aceptar ni pensar algo determinado, sino que nos vamos acompañando en ese proceso desde todos nuestros estados y como vamos pudiendo”.

“¿Qué pensabas que era Radio DADÁ?” es otra frase del programa, “que un poco habla de aceptar la incomprensión del afuera, porque nosotros creemos que esto está genial, que es impecable y que todo el mundo se va a reír, pero el afuera es diverso y, por ejemplo, cuando creímos que era el esplendor del delirio, no aceptaron el programa ni en la radio del barrio”, dice Agustín y reímos los tres.

Radionautas

—¿Qué creen que espera la audiencia de Radio DADÁ?

—No tengo ni idea, supongo que nada -dice Juan.

Le pregunté a “la audiencia” mientras elaboraba mi propia respuesta. Ivana me mandó un audio rápidamente desde La Plata: “Fue una compañía en los meses de restricciones, cuando estábamos más encerrados. Era una forma de estar en contacto con otres y, viviendo sola, eso era un montón”, me asegura y recuerdo a Perla. Además, “sale fuera de lo común, desde la música hasta lo que dicen y hacen, es algo medio bizarro, pero que está bueno, me hace reír y de algo que no tiene sentido, o sí”.

radio-dada-casona-San-Vicente-dj-ardilla
(Imagen: RADIODADA)

Federico, vecino de San Vicente, lo escucha por la música seleccionada, para apoyar proyectos culturales sin fines comerciales, pero “sobre todo, por el encuentro que genera con los amigos y, ya que no hay boliches (tampoco voy, porsu), para mover un poquito el esqueleto”, me escribe.

Lila se conecta cada jueves desde Berazategui porque “transmiten alegría, buen humor y excelente selección musical, acompañada de un #supersonicsound”.

El nuevo formato es en vivo y supone otro tipo de encuentro, de los que fueron escasos casi todo el año. Para Clementina, Radio DADÁ significa “poder estar en la Casona ahora, con todo lo que implica, que para mí es conexión con lo verde, la alegría, el compartir, estar con amigos. Radio DADÁ es ese encuentro que nos hace sonreír y eso es algo genial”.

Comparto lo que dice la tribu y la idea de comunidad aparece con fuerza en esta trama. ¿Cómo construimos comunidades en las grandes ciudades/junglas y con el aislamiento obligatorio? Tal vez sin quererlo, la Casona DADÁ y DJ Ardilla inventaron un modo. Aunque no lo vean así, Radio DADÁ es una ofrenda para la persistencia del encuentro.

La desinformación como apuesta

“No estoy preocupado porque se entienda, me gustaría que lo vean más personas, pero es coherente si es chiquito. Además, cuando invitamos, a veces decimos, por ejemplo, que es en 1984, como parte del juego, entonces, la poquísima gente a la que le puede interesar queda desorientada”, dice Juan y se vuelven a reír. “Es una decisión política, me siento orgulloso de que esto sea más onírico que real. No queremos profundizar en nada y, a la vez, es profundo para nosotres”.

El juego es una apuesta por la desinformación, pero ¿qué quiere decir eso hoy? “Si con tanto sobreestímulo de información el mundo está así, es un buen plan ir hacia otro lado, porque evidentemente este no está siendo bueno, no nos está saliendo bien. La desinformación es la única respuesta que me resulta seductora como propuesta, todo lo demás pertenece a otra etapa”, afirma Juan.

Para Agustín, “la confusión es un movimiento estético, en el que lo más divertido es la irreverencia, más simbólica que formal, en una búsqueda lúdica. El problema que hay es que todo es una gran apatía y acá moviliza el disparate. Hace muchos años que sostenemos cosas sin sentido y que dejamos de pensar si es lo mejor que podemos hacer, porque, en realidad, es lo único que podemos hacer, sin ninguna responsabilidad”. Juan asiente: “No lo podríamos hacer si fuera de otra manera, no nos sale y la pasaríamos mal. Lo hacemos como sabemos que podemos y es la única forma, así todas las cosas”.

—¿Hasta cuándo va a seguir Radio DADÁ?

—Nadie lo sabe -dicen a coro.

*Por Anabella Antonelli para La tinta / Imagen de portada: Radio DADÁ.

Palabras claves: Barrio San Vicente, Casona Dadá, cordoba, Radio

Compartir: