En busca de un DNI no binario: crónica de una identidad negada
¿Qué pasa con las identidades no binarias cuando quieren cambiar su DNI? ¿Qué derechos se vulneran con las demoras y la falta de respuestas por parte del Estado? Jamaica Imán consiguió la rectificación de su acta de nacimiento. Ahora, en la descripción de “sexo/género”, donde debería haber una M de masculino o una F de femenino, solo hay un guion. Que su documento diga lo mismo, no será tan fácil. Junto a su abogada Jimena Gómez Roselló, aguardan una respuesta del Registro Nacional de las Personas. Conocé su historia.
Por Milagro Mariona para La Nota Tucumán
Desde su infancia, Jamaica Imán sabe que no es ni mujer ni varón. En Argentina, en el año 2012, se sancionó una ley que permite a las personas cambiar su DNI en función de la identidad autopercibida. Jamaica quiere cambiar su documento de identidad para que se adecue a su realidad: ni Varón ni Mujer. Jamaica es trans no binarie.
La Ley Nacional 26.743 de Identidad de Género vino a modificar la realidad para un gran número de personas. Sin embargo, la clasificación hasta ahora en materia de registro sigue siendo binaria. O sos mujer, o sos varón. Cuando una identidad no binaria, travesti o trans intenta rectificar su acta de nacimiento y documento en la Argentina, se encuentra con trabas burocráticas y administrativas que son otra cara de la discriminación y la violencia que padecen a diario.
Jamaica Imán consiguió que el Registro Civil de Jujuy rectifique su acta de nacimiento. La rectificación se solicitó en el Registro Civil de Tucumán y este último la remitió al Registro Civil de Jujuy, ya que allí nació elle. “Esta es una posibilidad que la ley permite, es decir, solicitar en cualquier lugar que vos te encuentres viviendo, más allá de que tu nacimiento haya ocurrido en otra jurisdicción. Tiene que realizarse a través de una comunicación entre estos registros”, explica la abogada Jimena Gómez Roselló, quien acompaña jurídicamente a Jamaica.
Ahora, en la descripción de “sexo/género” de su acta de nacimiento rectificada, donde debería haber una M de masculino o una F de femenino, solo hay un guion. Que su documento diga lo mismo, no será tan fácil.
(Imagen: Belinda Quinteros)
Con el acta de nacimiento rectificada, se inició normalmente la solicitud de su nuevo DNI al Registro Nacional de las Personas. “Hemos enviado dos veces el trámite. La primera vez, la solicitud fue observada y no fue tramitada. Ahora estamos con un segundo trámite, el cual tampoco tiene respuesta, por eso, hemos enviado una carta documento a RENAPER”.
En la carta documento, intiman a quien consideran el primer obligado y responsable de garantizar el acceso al derecho de la identidad: el Estado nacional. “Pedimos que se expida sobre la solicitud advirtiendo que se están vulnerando múltiples derechos porque el DNI es la puerta de acceso al mundo jurídico. Es la llave con la que uno accede a todo tipo de derecho. El derecho a la salud, a la vivienda. El derecho a tomar un crédito. El derecho a la educación superior y un largo etc.”, argumenta la abogada.
El de Jamaica tampoco es el único pedido que existe en el país, sí el primero en el Norte. En Misiones, Tierra del Fuego, Santa Fe y Mendoza, hay otras personas que lograron la rectificación de sus actas de nacimiento y aún aguardan que sea posible la modificación de su DNI.
Los medios de comunicación informaron erróneamente cada una de estas noticias, generando falsas expectativas en las personas que buscan que su identidad no binaria sea reconocida por el Estado.
Para una persona que no responde al modelo binario varón-mujer, transitar las instituciones estatales resulta sumamente expulsivo y discriminatorio. Por lo tanto, muchas otras no llegan siquiera a hacer el intento.
Desde los 5 años de edad, Jamaica comenzó a percibir que no se identificaba con el grupo de los varones en la escuela. “Desde mis primeros recuerdos, sentí un inconformismo hasta biológico con este rol que se pretendía socialmente que pertenezca”, escribió en el pedido que presentó junto a su abogada en el Registro Civil de Jujuy y de Tucumán.
“Sabía que yo no era ni varón ni mujer, que había otra cosa”. Eran los noventa y Jamaica crecía en Perico, una ciudad a 35 kilómetros de la Capital. Tuvo que optar por sobrevivir, ya que todo lo que estaba relacionado con ser una mariquita o ser una travesti estaba mal.
En la familia siempre había que cumplir un requisito. Hablar más bajo. Hablar más pausado. Mover menos las manos. Quedarse quiete. No bailar tanto. No usar ropa llamativa.
(Imagen: Belinda Quinteros)
Tenía 9 años cuando sintió por primera vez que estaba todo mal con ser como era. Su papá había muerto, recaían muchas presiones sociales sobre su mamá y sobre qué iba a ser del futuro de la mariquita de la familia. Una tarde, le encontraron maquillade y decidieron que vaya a la psicóloga. En esa época, no estaba tan bien vista la asistencia psicológica y, para une niñe, que ya podía percibir que no estaba del todo bien su ser en el mundo, el mensaje fue muy claro.
Transcurridas la primaria y la secundaria, habiendo sobrevivido incluso a un colegio católico, tampoco se modificó ese conjunto de emociones y construcciones internas, sino que se profundizó.
Como muchas otras infancias trans de los 90, Jamaica creció en una dualidad constante entre lo que se esperaba que fuera y lo que realmente quería ser, afectando principalmente su autoestima y el pleno desarrollo de su identidad.
Durante mucho tiempo, no tuvo ningún problema con su nominalización, porque su círculo íntimo es amigable. “Se me trata de la forma que deseo, con o sin barba, con o sin pelo largo, con o sin minifalda. Pero si quiero viajar, corro el riesgo de que me detenga un gendarme o no me dejen cruzar en una aduana. Para realizar cualquier trámite donde es necesario definir o acreditar una definición sexo/genérica, dependiendo de las perspectivas y requisitos particulares del personal administrativo que me reciba en ese momento, corro el riesgo de ser violentade”.
“Creo que ser varón, mujer, transexual, lesbiana u homosexual, no es un rasgo que me defina ni nos defina como personas. Me define, por ejemplo, mi oficio, trabajo en producción audiovisual y en peluquería, vivo de mi propia producción y me sostengo de manera autónoma. Me definen o me identifican mis ideas, mis sentimientos, mis vínculos, no así ni mis genitales ni mis preferencias sexuales”, reflexiona.
“¿Qué pasaría si sacáramos el binarismo? ¿Cómo amaríamos? ¿Cómo nos vestiríamos si no existiera el varón-mujer? ¿Cómo nos mostraríamos?”, se pregunta y nos pregunta.
Para Jamaica, obtener este documento sería un gran logro. “Ya no solamente para poder viajar y salir del país sin problemas, tener un trabajo digno, acceso a la salud, sino también para que exista otra perspectiva, que ya no sea necesaria la asignación compulsiva del sexo o género”.
Que hoy Jamaica no tenga un DNI que le identifique le obstaculiza el acceso efectivo a una serie de derechos. “Este es un largo recorrido que no empieza con esta solicitud, sino que está presente en mi construcción identitaria desde que tengo memoria y que, a partir del 9 de mayo del 2012, se ve amparado por la Ley de Identidad de Género de manera clara e indubitable, siendo un cuerpo normativo de avanzada en materia de género a nivel mundial”.
El pedido es claro y sencillo. “La ley 26.743 establece que las personas que se autoperciban con un sexo o género diferente al asignado al momento del nacimiento pueden solicitar esta rectificación y tienen derecho a tener un documento que exprese esa identidad autopercibida”, sostiene Gómez Roselló.
“Es el propio Estado el que está incumpliendo la ley –continúa la abogada-, ya que no se acomodó para poder responder a los derechos otorgados. El Estado nacional inmediatamente tiene que buscar los medios para dejar de truncar el acceso a la vida jurídica de las personas que están en esta situación”.
Este cambio de paradigma implica rediseñar todo el sistema. “Creemos que es sumamente necesario y urgente porque son muchas personas que están en esta misma situación y cada vez van a ser más los pedidos y cada vez hay más apertura a romper el paradigma binario mujer/varón”.
“Nuestra intención, además de visibilizar nuestro pedido, es que las identidades no binarias accedan a una información completa e integral sobre sus derechos y puedan iniciar el trámite si lo desean. Mientras más pedidos ingresen, mayor será la demanda hacia el Estado Nacional para que regularice nuestra situación”, concluye.
La idea de autonomía y autopercepción no debe ubicarnos en un casillero de varón o mujer, sino que puede y debe ir admitiendo, visibilizando e integrando muchas otras expresiones del género y de la sexualidad humana.
La sola existencia de Jamaica Imán desarma cualquier sistema binario. Por eso, esta búsqueda de reconocimiento legal por parte del Estado se transforma en un activismo para que más personas puedan sentirse cómodas con ese papel plastificado que nos acompaña durante toda nuestra existencia.
Podés contactarte con Jamaica y con Jimena Gómez Roselló a través de Instagram.
*Por Milagro Mariona para La Nota Tucumán / Imagen de portada: Belinda Quinteros.