Biden se asoma a la Casa Blanca mientras Trump abraza la teoría del fraude
Las presidenciales en Estados Unidos todavía no se definieron. El candidato demócrata se perfila como el ganador, aunque Donald Trump ya lanzó su “teoría del fraude”.
Por Redacción La tinta
El casi octogenario candidato del Partido Demócrata, Joe Biden, se encuentra en las puertas de ser el próximo presidente de Estados Unidos, aunque todavía no se conocen los resultados finales de los comicios realizados el martes pasado. Anoche, continuaba el proceso de cómputos, dándole a Biden 264 delegados al Consejo Electoral, mientras que el actual mandatario, Donald Trump, llegaba a los 214, según The Associated Press. Según los sondeos de la cadena CNN, Biden cuenta 253 votos electorales y Trump suma 214.
Nevada es el estado clave que le podría dar el triunfo a Biden, ya que aporta los seis delegados para llegar a los 270, cifra necesaria para proclamarse presidente. Pensilvania, Carolina del Norte, Georgia y Alaska, donde todavía no finalizó el conteo, se inclinarían por la candidatura de Trump, aunque en el primero de estos estados Biden repuntó en las últimas horas. Si esos cuatro estados quedaran en manos del actual mandatario, el número de delegados tampoco le alcanzarían para obtener su reelección.
En Estados Unidos, las elecciones no son directas, sino que los ciudadanos y las ciudadanas atraviesan un confuso proceso comicial, en el que deben elegir a los 538 delegados y delegadas del Colegio Electoral, que son los que, con posterioridad, votan para definir quién es el mandatario. Este sistema, sumado a la posibilidad del voto por correo, abre multitud de interrogantes.
Luego de las elecciones, las autoridades estatales tienen hasta el 8 de diciembre para resolver cualquier controversia que pueda surgir, ya que no existe un tribunal electoral centralizado, como en la mayoría de los países del mundo. Así, el 14 de diciembre, sus miembros se reúnen en sus estados y votan formalmente al presidente, una decisión que el nuevo Congreso debe avalar el 6 de enero.
Aferrado al fraude
Desde que, el miércoles por la madrugada, el presidente Trump declarara que en las elecciones se había cometido fraude, el republicano no ha dejado de manifestarse en este sentido. Ahora, busca impugnar las elecciones vía la Corte Suprema de Justicia, donde varios magistrados son sus aliados.
Al quedar rezagado en los votos, el empresario inmobiliario devenido Jefe de Estado demandó detener el conteo de los votos, argumentando que, al principio de ese proceso, su candidatura llevaba la delantera. En estos comicios, de forma masiva se votó por correo, tras lo cual esos sufragios se empezaron a contabilizar luego de contar los votos emitidos en los centros electorales el mismo martes.
Ayer, Trump volvió a expresar que ganó, pero que en Estados Unidos se llevó adelante un “importante fraude”. Aunque el mandatario ni sus funcionarios o jefes de campañas presentaron pruebas sobre las supuestas irregularidades, Trump se proclamó ganador y apuntó contra su contrincante: acusó a Biden de intentar “robar” la votación. Desde el equipo de campaña del demócrata rechazaron estas declaraciones, a las que calificaron de “indignantes” y “sin precedentes”. Además, anunciaron que el equipo legal del Partido Demócrata se encuentra “listo para actuar” si Trump trata de detener el recuento de votos.
La confianza de Biden
En medio de las tensiones del martes, exacerbadas por el propio Trump, Biden ofreció una conferencia de prensa en la que aseguró que la victoria de su partido será un triunfo de la democracia y para todo el país. El ex vicepresidente en las administraciones de Barack Obama aseveró: “No estoy aquí para declarar que ganamos, pero una vez terminado el escrutinio, creo que tendremos los 270 votos electorales necesarios para triunfar”.
Biden, un demócrata liberal que representa al establishment de su partido, expresó que “después de una larga noche de escrutinio, está claro que estamos ganando suficientes estados para ganar la presidencia”. El candidato afirmó que, si es elegido, llegará a la Casa Blanca para gobernar para todos los hombres y mujeres del país. A esto, agregó que es necesario “bajar las tensiones, escucharnos unos a otros”, además de no “tratar a nuestros adversarios políticos como enemigos”.
La lucha en el Congreso
Mientras todas las miradas están puestas en el conteo de votos para definir si Trump seguirá en la Casa Blanca o le cederá el puesto a Joe Biden, también se eligieron representantes para ambas cámaras legislativas. En esta ocasión, estuvieron en disputa los 470 escaños de la Cámara de Representantes y un tercio de los 100 puestos del Senado.
La cadena BBC informó que el Partido Demócrata llegó a los comicios de esta semana con 232 congresistas en la Cámara de Representantes, lo que le otorgaba una holgada mayoría sobre los republicanos, que contaban con 197. De acuerdo con los resultados parciales de hace dos días, hasta este miércoles por la tarde, los demócratas lideraban la carrera por la Cámara de Representantes con 199 congresistas electos, mientras los republicanos sumaban 188, cuando aún faltaban 83 puestos por definir.
El control de la Cámara de Representantes es fundamental para cualquier gobierno, ya que sobre esta recae la iniciativa legislativa, goza de amplios poderes de investigación y, muy importante, es la responsable de dar inicio a cualquier proceso de impeachment.
Por su parte, en el Senado, el Partido Republicano controla la cámara alta desde 2014. En el último período, mantuvo una mayoría de 53 representantes versus 47 demócratas -incluyendo a los senadores independientes Bernie Sanders (Vermont) y Angus King (Maine)-.
Los resultados parciales que se conocen hasta ahora muestran una pelea muy ajustada por quién tendrá mayoría en el Senado. Hasta este miércoles por la tarde, los demócratas sumaban 47 senadores frente a 48 republicanos, cuando aún faltaban cinco puestos por definir. Esas cifras incluyen a John Hickenlooper, el nuevo senador que los demócratas sumaron por Colorado, y a Tommy Tuberville, la nueva incorporación de los republicanos en Alabama.
El líder de la mayoría en el Senado, Mitch McConnell, afirmó ayer que aún es imposible declarar una victoria republicana en ese espacio legislativo. “No sé si voy a ser el coordinador defensivo u ofensivo”, dijo McConnell a los periodistas en Kentucky, refiriéndose a las posiciones de líder minoritario o mayoritario para la próxima legislatura que comienza en enero de 2021.
En el sistema estadounidense, la Cámara Alta es fundamental para la aprobación de los presupuestos y de toda nueva legislación. También posee amplios poderes de investigación y es la encargada de enjuiciar y remover al presidente cuando la cámara baja eleva un impeachment. Además, es responsable de confirmar a los nominados por el presidente para ocupar puestos altos y medios en el gobierno, así como a los jueces que integran los tribunales federales y la Corte Suprema de Justicia.
De hecho, en los últimos cuatro años, fue el control del Senado el que le permitió a Trump nombrar tres magistrados para consolidar en la Corte Suprema de Justicia una mayoría de seis jueces conservadores frente a tres liberales.
Calles agitadas
En las últimas 48 horas, las calles de varias ciudades estadounidenses fueron escenarios de diversas protestas. Reportes de la prensa dieron cuenta de que estallaron enfrentamientos frente a la Casa Blanca, así como en Seattle, Portland y Minneapolis, donde 14 personas fueron detenidas después de una manifestación contra la brutalidad policial, que concluyó con pintadas y lanzamiento de pirotecnia contra las fuerzas de seguridad.
Por otra parte, más de 800 personas se concentraron en Portland, algunas de ellas con armas, en una aparente continuación de las protestas que se registran diariamente desde la muerte del afroamericano George Floyd a manos de la policía. En Seattle, la policía arrestó a ocho personas tras una serie de movilizaciones, mientras, en Los Ángeles, las autoridades declararon ilegal una movilización organizada en las inmediaciones del estadio Staples Center.
En la ciudad de Graham, en Carolina del Norte, el foco de las tensiones fue un monumento en honor a los fallecidos del bando confederado durante la Guerra Civil, donde se enfrentaron detractores de este homenaje y seguidores de Trump.
*Por Redacción La tinta / Foto de portada: Los Angeles Times