La Policía irrumpió violentamente en un comedor de Barrios de Pie en villa La Lonja
Con el presunto objetivo de hallar una bicicleta robada, efectivos de la Policía de Córdoba ingresaron al barrio, reprimieron a vecines y detuvieron violenta y arbitrariamente a una de las mujeres que sostiene el comedor “Huellitas de Amor”. Todo quedó grabado en varios videos.
Por Redacción La tinta
La organización Barrios de Pie/ Libres del Sur emitió un comunicado para repudiar enérgicamente la represión policial sufrida este domingo por compañeres de Villa La Lonja, de Córdoba Capital, y la detención de María José Montenegro.
«Las fuerzas policiales de la Provincia de Córdoba llevaron adelante un operativo repleto de irregularidades. Sin respetar ninguna garantía, ingresaron sin orden de allanamiento a la vivienda de nuestra compañera María José Montenegro, ejerciendo abuso y violencia hacia ella, lo cual queda explícito en las imágenes registradas por lxs vecinxs», expresaron desde Barrios de Pie.
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En la casa de María José funciona el comedor “Huellitas de Amor”, donde, día a día, asisten más de cien niños y niñas en busca de un plato de comida. «Repudiamos y lamentamos que en aquellos lugares donde el Estado no llega para cubrir las necesidades más urgentes, se haga presente solo para ejercer violencia y abuso de poder», indicaron.
«No se trata de un caso aislado y no es el primer ataque que sufrimos como organización. Desde el mes de julio venimos padeciendo distintos episodios donde nos robaron en varios de nuestros merenderos, amenazando con armas a compañerxs y, ahora, la Policía se presenta allí con un accionar totalmente repudiable y violento. A partir de los hechos primeramente mencionados, solicitamos en distintas ocasiones una reunión con las autoridades de las fuerzas policiales en busca de una solución a esta situación, pero lo único que recibimos hasta el momento fue más violencia institucional», sostuvieron.
Desde el Encuentro de Organizaciones (EO), organización que también tiene presencia en el barrio, remarcaron son al menos seis los comedores que funcionan en villa La Lonja y dan de comer a cerca de 500 familias.
«Ahí donde nosotrxs estamos no llega nadie más; ahí donde las trabajadoras de la economía popular hacemos malabares para cocinar más y más platos de comidas para las familias; ahí donde exponemos nuestros cuerpos y nuestras familias a más riesgos de contagio porque aislarnos significa morir de otra cosa; ahí, allí, no tan solo no nos reconocen en el trabajo que hacemos sino que nos juzgan, nos condenan y nos violentan más», reflexionaron.
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* Por Redacción La tinta