Vivir con miedo en barrio Costa Canal 3
Inundaciones, presiones, discriminación y abandono, son algunas de las situaciones violentas que viven los vecinos del pequeño asentamiento ubicado al suroeste de la ciudad de Córdoba. Invisibilizados y sin respuesta estatal, temen por nuevas inundaciones ocasionadas por la negligencia en las obras de una gran desarrollista inmobiliaria.
Costa Canal 3 es un asentamiento conformado por veinte familias ubicado entre el Canal Maestro y las vías del tren, en el suroeste de la capital cordobesa. Ante la falta de políticas públicas que permitan el acceso a una vivienda digna y los alquileres cada vez más altos, la toma de tierras fue la alternativa que los vecinos encontraron ante la necesidad de un hogar propio donde alojar a sus familias.
Desde hace dos años, además de afrontar la difícil situación de tener viviendas precarias y carecer de servicios públicos, deben enfrentar las nuevas complicaciones generadas por las empresas inmobiliarias que pretenden construir en la zona.
En un informe del colectivo de prensa Comunicación Rebelde, los vecinos y vecinas cuentan las distintas situaciones que vienen padeciendo hace más de un año los habitantes de Costa Canal 3.
Re-presión empresarial
Imaginate tu barrio, tu casa, tus vecinos, inundados. Imaginate que una grieta destruye una casa y divide tu barrio en dos porque taparon el Canal Maestro, generando que el agua vuelva e inunde tu barrio, poniendo en peligro varias estructuras. Este fue uno de los momentos más dramáticos que han vivido los vecinos del asentamiento. ¿La causa? La empresa Edisur decidió modificar el curso natural del Canal Maestro, porque pasaba por el medio de su nuevo emprendimiento.
Los vecinos, desesperados, se manifestaron realizando un corte en una de las avenidas del barrio Manantiales del grupo Edisur, reclamando la solución de los problemas ocasionados por sus obras. Si bien la empresa tapó la grieta, la solución no fue definitiva ya que el nivel de las alcantarillas que hicieron en el nuevo barrio es más alto que el caudal natural por lo que cuando el cauce del agua aumenta por las lluvias, se vuelve en sentido contrario.
Nuevamente se acerca la época de lluvias y los vecinos vuelven a temblar. La grieta no se ve pero sigue saliendo agua hacia las vías del tren por lo que se cree que podría haber una fisura bajo tierra por donde pasa el agua y que puede volver a abrirse si el caudal aumenta por las lluvias. Así es como viven los vecinos de Costa Canal 3: en medio del temor a las inundaciones y a un accidente por derrumbe.
Para agravar más su situación, Costa Canal se encuentra rodeado por barrios privados de las empresas Edisur, Cooperativa Horizonte y Natania, y éstos consideran que la presencia de los vecinos en el asentamiento frustra posibles ventas y baja el valor de las tierras. Por esta razón, el grupo Edisur construyó un muro, que divide su predio del asentamiento para que los futuros vecinos no vean la villa. Los habitantes de Costa Canal acusan además que la firma Natania ofrece entre 20 y 25 mil pesos para dejar sus casas y que la oferta viene, además, con sugerencias con tono amenazante: «Es preferible que agarren la plata porque de acá los van a terminar sacando”.
La tierra como negocio
Según el informe Tomas de tierras en la Provincia de Córdoba del colectivo de investigación El llano en llamas, casi la mitad de los hogares de la provincia presentan algún problema habitacional.
En Córdoba aproximadamente el 35% de la población vive en una tierra o casa que no les pertenece. El Estado en vez de dar soluciones, profundiza la crisis habitacional al no presentar políticas de viviendas y fomentar que grandes grupos empresarios hagan del suelo de la ciudad un negocio, otorgando facilidades a la hora de cederles tierras y permitirles urbanizar. Tal es el caso de “Manantiales”, donde el Gobierno ordenó el traslado de la villa “Las siete alcantarillas” con el argumento de que la zona no era habitable y hoy el emprendimiento inmobiliario se lleva a cabo en el mismo lugar.
De esta manera, mediante convenios urbanísticos, el Estado se desliga del planeamiento de la ciudad y de pensar un acceso a la vivienda digna para todos los sectores. Lo que en realidad viene haciendo es una privatización de la obra pública. Los grandes emprendimientos inmobiliarios obtienen tierras a cambio de generar infraestructura para la ciudad.
El acceso a un lote para la casa propia es prácticamente inalcanzable para la clase media baja e inalcanzable para las más bajas. Esto, sumado a las pocas políticas de viviendas de últimos diez años (la última fue los barrio ciudad, las cuales fueron muy criticadas), ha generado que las clases más vulnerables tengan que vivir en asentamientos informales, villas, hacinados en un barrio ciudad u optar por la toma de tierras como una solución a la necesidad de una vivienda propia.
Toma de tierras, una alternativa
Ante el costo cada vez más elevado de los terrenos y con la necesidad cada vez más urgente de tener una casa, tomar tierras es la solución que encuentran los sectores populares cuando la crisis habitacional se hace cada vez más grande .A partir del 2008, con la finalización del programa “Mi casa mi vida” han resurgido con fuerza las ocupaciones en nuestra provincia a pesar de los riesgos que ésta conlleva.
La toma de tierra es resultado del proceso de ciudades excluyentes y exclusivas donde no toda la ciudadanía está habilitada a transitar, vivir y elegir. A pesar de las complicaciones y las dificultades que representa una toma de tierra, éstas son una forma que encuentran los sectores postergados de pensarse en la ciudad: ¿dónde vivir? ¿cómo vivir?
*Por el Colectivo de Comunicación Rebelde para La Tinta.