Detienen por defraudación al gurú de la nueva derecha mundial
Steve Bannon fue arrestado y acusado de desviar fondos por 25 millones de dólares. El líder de la “nueva” derecha fue el encargado de llevar a Donald Trump hasta la Casa Blanca.
Por Gonzalo Fiore Viani para La tinta
La detención de Steve Bannon, acusado de fraude por la justicia estadounidense, es un golpe más contra el gobierno de Donald Trump, en medio de la campaña electoral de cara a los comicios presidenciales que se llevarán a cabo en noviembre próximo. Una figura muy ligada al mandatario estadounidense, la captura de Bannon contribuye a enrarecer aún más el clima político del país. Actualmente, el mandatario estadounidense se encuentra en todas las encuestas entre 10 y 12 por ciento debajo de su rival demócrata, Joe Biden. Aunque Trump no se resigna a perder y apuesta a que una “mayoría silenciosa” le otorgue su reelección.
Su ex asesor fue detenido específicamente por presuntas irregularidades en la campaña We build the wall, creada en diciembre de 2018 para construir el muro en la frontera de Estados Unidos con México. Se lo acusa de desviar fondos por más de 25 millones de dólares, provenientes de cientos de miles de donantes. El dinero, finalmente, jamás se usó con ese fin.
Bannon es un personaje bastante desconocido en Argentina, pero que logró lo que muy pocos alcanzaron en los últimos años: aunar bajo su ala a los partidos de extrema derecha a nivel mundial. El ex jefe de campaña y asesor de Trump conduce una agrupación con presunciones de convertirse en una especie de internacional de la nueva derecha mundial: The Movement. Si bien esta “internacional” tiene su sede principal en Bruselas, y parecía centrarse especialmente en Europa, ya ha comenzado a echar raíces en América Latina a través de Brasil.
Con su medio de “derecha alternativa”, o “alt right”, Breitbart, Bannon comenzó a cimentar la candidatura de Trump a partir de teorías conspirativas extrañas, despotriques contra la clase dirigente de Washington, contra Sillicon Valley y la inmigración. Todo lo que huela a progresista se convirtió en enemigo de los sectores cobijados por The Movement. En piruetas discursivas extrañas, podían entrar en la misma canasta los integrantes de la comunidad LGBTIQ+, los inmigrantes latinos, los extremistas islámicos y los políticos liberales del Partido Demócrata.
Ideológicamente, The Movement presenta un rechazo absolutamente visceral a todo lo que huela a progresismo y a lo que la extrema derecha considera “marxismo cultural”. Su eje en la región no es tanto la problemática de la inmigración -como sucede en Europa-, sino, más bien, todo lo que tenga que ver con lo que califican como “ideología de género”: el movimiento feminista y las disidencias sexuales. Por eso, centra gran parte de sus ataques contra la comunidad LGBTIQ+.
En diciembre de 2018, se llevó a cabo, en Foz de Iguazú, Brasil, una cumbre internacional de estos sectores conservadores, organizada por Eduardo Bolsonaro, hijo del actual mandatario brasileño y representante de The Movement en la región. Al momento de referirse a su doctrina, el diputado oficialista brasileño Fernando Francischini la definió como “liberal en la economía, conservador en las costumbres y poner a la familia por encima de todo”. Esto, también, diferencia a la versión latinoamericana de la europea, ya que extremistas como Marine Le Pen, Matteo Salvini o Viktor Orban se reivindican proteccionistas en lo económico.
Actualmente, The Movement logró una mayor inserción en los países tanto latinoamericanos como europeos a partir de su férrea oposición a las políticas de aislamiento para combatir la COVID-19. Con un discurso de supuesta defensa de las libertades individuales, que mezcla elementos conspiracionistas, ataques contra el magnate húngaro George Soros e, incluso, grupos anti-vacunas, este tipo de ideas están alcanzando una visibilidad inédita gracias a los medios masivos de comunicación. Con anterioridad, se limitaban a una actividad subterránea, especialmente, en las redes sociales o en oscuros foros de internet como 4Chan.
Si bien Bannon aseguró que Trump no tiene nada que ver con los hechos por los que se le acusa, esto salpica la imagen del mandatario. Trump manifestó que “hace mucho tiempo que no tengo vínculos con él, no sé nada sobre el proyecto”. Al mismo tiempo, afirmó sentirse mal sobre lo sucedido y que el arresto era algo “triste”.
El ex director de Breitbart es uno de los personajes claves para expandir esta clase de teorías a lo largo y ancho del globo. Estará por verse qué sucederá con la situación judicial particular de Bannon. Lo cierto es que sus ideas y su “movimiento”, por ahora, gozan de cada vez más de una mejor salud, tanto en el mundo como en América Latina.
Por Gonzalo Fiore Viani (Autor de “Una globalización antiglobalista”, sobre Steve Bannon y The Movement. Para acceder al libro: Gonzalo-Fiore-VIani-Una-globalizacion-anti-globalista) / Foto de portada: A/N
