“En un mundo justo, las niñas no son madres”
El lunes, la ciudad de Córdoba amaneció empapelada con una información que duele leer: “En Argentina, cada 3 horas, una niña de entre 10 y 14 años es forzada a gestar, parir y criar”. ¿Qué tipo de sociedades hemos creado donde esto es posible? Nos recordamos, en la previa al día del niñe, que el cuidado de las infancias implica garantizar derechos para una vida libre de violencias.
Por Redacción La tinta
La Campaña Nacional “En un mundo justo, las niñas no son madres” es una iniciativa que, desde el año pasado, llevan adelante las Socorristas en Red (feministas que abortamos). Esta semana, lanzaron una campaña gráfica en todo el país, una interpelación pública que pone en escena la politización de los cuidados en las infancias. “Cuidar, lejos está de ser mera responsabilidad individual, es un derecho de todas, todes y todos. En un mundo justo, se cuida a las niñas de la tortura del abuso y las violaciones. Por eso mismo, en un mundo justo, las niñas no son madres. Las queremos vivas de risa, vivas jugando. Las queremos niñas, no madres”, expresaron en sus redes.
El próximo sábado, se celebra en todo el país el día del niñe, de las infancias, en plural, en sus diferencias y singularidades, reconocidas en y desde sus múltiples vidas. Una fecha para jugar, dibujar, regalar y mimar, pero también para sensibilizar, denunciar y visibilizar que, en Argentina, cada tres horas, una niña de entre 10 y 14 años es forzada a gestar, parir y criar, interrumpiendo sus infancias plenas. Los embarazos no deseados ni planificados en niñas y jóvenes es una realidad preocupante.
La campaña busca interpelar no solo las miradas y prácticas adultocéntricas, sino también a aquellas instituciones que deben promover, garantizar y proteger los derechos de las niñas, niñes y niños en la integralidad de sus vidas, porque tampoco vamos a tolerar el hambre, la falta de vivienda, de agua, el acceso desigual a la educación, la falta de conectividad en este contexto, la burocracia o la falta de acceso a la salud, el irrespeto a las identidades ni las violencias en sus múltiples expresiones en sus existencias.
Brenda Stolze, trabajadora de la educación y activista feminista, esbozó algunas certezas sobre cómo definir las infancias en el ciclo: “La escuela: conversaciones desde la ternura”. El eje, así como la campaña, es pensarlas en un mundo justo, en donde “las infancias no son objeto del daño. No son explotadas. No son sentenciadas a las guerras ni a las opresiones racistas, sexistas, clasistas, capacitistas, adultocentristas. En un mundo justo, las infancias no se interrumpen. No son adultizadas, patologizadas ni medicalizadas. No son medidas, calificadas ni reprobadas. Ni las infancias trans son expulsadas, ni las infancias intersex son mutiladas, ni las niñas son madres. En un mundo justo, las infancias tienen tiempo. Ríen, corren, juegan, desean, deciden, desobedecen, traman, se distraen, imaginan, inventan otros mundos, otros universos, pluriversos. Están despojadas de las obligatoriedades corporales; saben que no hay veredicto de normalidad o anormalidad. Las infancias van a la escuela y, en ese mundo justo que deseamos, solo las escuelas frágiles, que acogen, hospedan, escuchan, abrazan, cuidan, dan y aman, sabrán atesorarlas”.
“Arte para aprender, arte para jugar, arte para gozar de mis derechos”
En paralelo, en Córdoba, la colectiva feminista (ar)tivista socorrista Las Hilando también llevó adelante actividades con el foco sobre los derechos de niñas, niños, niñes y adolescentes, visibilizando sus autonomías corporales, sexuales y afectivas para una vida libre de violencias, y desmontando discursos que invisibilizan sus voces y subestiman o desvalorizan sus vivencias.
Desde el año 2017, Las Hilando dan información y acompañan a personas con capacidad de gestar para acceder a un aborto con medicamentos, de una forma autónoma, cuidada, segura, libre y feminista, a la vez que llevan adelante intervenciones artísticas y culturales en diferentes espacios públicos. Conversamos con Lidia Zurbriggen, integrante de esta colectiva, quien nos cuenta que, desde el 1 enero hasta el 30 junio de este año, la Red Socorrista acompañó 9267 mujeres y personas gestantes en el país, de las cuales, 1228 fueron acompañamientos a niñas y adolescentes de entre 14 y 19 años. Además, remarca que vienen profundizando, en este contexto, la articulación con el sistema de salud.
“Con esta campaña, nos interesa interpelar las miradas y las prácticas del mundo adulto en relación a las distintas formas de cuidados de las infancias; cuestionarnos cómo les miramos y escuchamos, qué lugar les damos en la toma de decisiones, ya sea desde la familia, instituciones escolares desde lo comunitario y desde las políticas públicas. Hay posiciones adultocéntricas según la cual niños, niñas y niñes son sujetos carentes y privados de la capacidad de discernimiento. Nosotras insistimos en el derecho a que les niñes sean consultades sobre las situaciones que les afectan, que se tengan en cuenta sus opiniones y, para eso, es necesaria una escucha atenta, es en el diálogo que se construye la autonomía con las niñas y niñes”, afirma Lidia.
Esta campaña local también recupera las voces de niñes: “Nos queremos participando y tomando decisiones”, “Son cosas que nos pasan”, “Son mis deseos y disfrutes”, “No son caprichos ni berrinches”, “Necesito experimentar”, “Crezco, por eso, me pregunto y manifiesto mis angustias”. Está centrada en la sensibilización para el ejercicio de derechos y la exigencia de una efectiva y concreta implementación de la ley de Educación Sexual Integral (ESI) en todos los territorios, no solo en las escuelas. Lidia sostiene que la ESI es una herramienta necesaria para construir el proyecto de vida de las niñeces y juventudes, el acto de escuchar a estudiantes constituye en sí mismo un acto de cuidado y reparador, por eso, la urgencia e importancia de su efectiva implementación.
“Es importante que maestras, maestros, profesores y profesoras sientan que no es delito hablar de derechos sexuales y aborto. Es necesario dar esa información, enseñar a cuidarse, a poner límites ante lo que no les gusta, que sepan a quién acudir en casos de maltratos, violencias y abuso sexual. Con la ESI, tienen la posibilidad de ejercer sus derechos y tener vidas más libres y felices”, concluye Lidia, quien remarca con preocupación la falta de capacitaciones y recursos para la formación docente y de organizaciones sociales.
Niña Mamá
En el marco de estas actividades, hoy, miércoles a las 18 horas, en las redes de la Revuelta Colectiva Feminista Neuquén, podés sumarte a la presentación del documental Niña mamá y al conversatorio “El embarazo adolescente, una realidad para atender”. Andrea Testa realizó un documental en el que pone en escena relatos de niñas y adolescentes del conurbano bonaerense, en la intimidad de los consultorios de dos hospitales públicos.
“A partir de la voz de jóvenes mujeres que transitan maternidades en su adolescencia, atravesadas por violencias y una extrema vulnerabilidad, la película ahonda en las vicisitudes de la toma de una decisión: continuar o no con un embarazo. Es el encuentro con las historias de vida de ellas, las tensiones de estas maternidades forzadas y el miedo latente que provocan los abortos inseguros y clandestinos”, se lee en la sinopsis de esta propuesta audiovisual, tan necesaria.
Podés colaborar alquilando el documental. Todo lo recaudado será donado a los hospitales públicos donde se rodó.
Acceso a la salud, a los métodos de anticoncepción, al aborto y la violencia obstétrica se ponen en escena en las conversaciones con trabajadoras sociales, con personal médico y las jóvenes, en contextos de violencia institucional y machista. “La película no habla del aborto, sino que retrata la vida de adolescentes que atraviesan un embarazo o de quienes deciden interrumpirlo. Por otro lado, sale la ley. ¿Cuánto van a cambiar las realidades de estas chicas? Después de pensarlo, decidimos habilitar el poder de la palabra de estas pibas. En el equipo, tenemos una trabajadora social que, además de hacernos los contactos en los hospitales, fue quien nos contuvo para transitar estas situaciones. Nos costó emotivamente, era como un ladrillo en la garganta constante. Veíamos en las guardias la precariedad de los cuerpos de la pobreza, la desprotección, la desigualdad y la muerte, ahí”, expresó la directora en una entrevista que le hicieron les compañeres de La Revuelta.
*Por Redacción La tinta.