Unión Europea: acuerdo histórico, reformas exigidas

Unión Europea: acuerdo histórico, reformas exigidas
24 julio, 2020 por Tercer Mundo

Los integrantes del bloque europeo alcanzaron un pacto histórico tras una cumbre extenuante, con la conquista de unos 390.000 millones de euros en transferencias para los países más afectados por la pandemia.

Por Lucas Gatica, desde España, para La tinta

Fue una de las cumbres más largas y maratonianas de la historia del grupo comunitario. Los líderes de los 27 países le levantaron el pulgar a una masiva emisión conjunta de deuda y a la creación de un Fondo de Recuperación, con el que se pretende reactivar la golpeada economía tras el shock generado por la COVID-19. La negociación no fue nada sencilla, pero los jefes de Estado terminaron salvando la ropa con un pacto que, aunque reduce bastante el monto inicial de transferencias, continúa siendo substancial.

El corazón del acuerdo se concentra en reactivar la economía comunitaria con un fondo ambicioso y con exigencias de reformas e inversiones. Estas reformas deberán estar encaminadas teniendo en cuenta las recomendaciones hechas por la Comisión Europea (CE). En el caso de España, los consejos giran en torno a la sostenibilidad de las jubilaciones, las inversiones sociales, una reforma educativa y la apuesta por una transición verde y digital.

A diferencia de la crisis financiera de 2008, el actual panorama parece, a priori, más halagüeño para con los ciudadanos y las ciudadanas: si hace una década se salvaron a los bancos, esta vez, la Unión Europea (UE) apunta a rescatar la economía doméstica de los países, inyectando dinero en las empresas, los trabajadores y los sectores más afectados. Es la primera vez que la UE plantea una gran emisión de deuda grupal para financiar una recuperación económica, dando la señal de un potencial futuro con mejores gestiones ante crisis venideras.

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Sin embargo, el precio ha sido alto, ya que los gobiernos se han comprometido a llevar a cabo importantes recortes en partidas clave para el futuro del club de naciones. Entre algunas de las cuestiones que se han visto tocadas, están las ayudas para la innovación, cuya financiación en dicho fondo se redujo a la mitad, y la transición verde, algo que Úrsula Von der Leyen, la presidente de la CE, calificó de “lamentable”.


Por otro lado, para Charles Michel, el presidente del Consejo de Europa, la “magia de la Unión Europea funciona”, uniéndose a las celebraciones generales de los dirigentes. El presidente español, Pedro Sánchez, declaró que “hoy se ha escrito una de las páginas más brillantes de la Unión Europea” y pidió comparecer en el Congreso de los Diputados para informar del acuerdo alcanzado. De la torta global, a España le corresponden 140.000 millones de euros del fondo de recuperación, algo más del 11 por ciento de su PBI nacional, y más de la mitad -72.700 millones- irán a ayudas directas.


Las claves del acuerdo han sido ese balance entre créditos y transferencias, así como el tamaño final del paquete. La propuesta inicial era la creación de un Fondo de Recuperación de 750.000 millones de euros. Fue esa misma cifra la que alcanzó el acuerdo final, pero modificando el equilibrio entre transferencias a fondo perdido y créditos: se optó por una disminución de los subsidios -sin obligación de devolución- y una mayor proporción de los préstamos. Tras esa traba sobre cómo repartir los fondos, luego de cuatro largas noches, los números convencieron a los líderes europeos.

Los países más golpeados por la pandemia son también los más endeudados. Teniendo en cuenta eso, lo que buscaron los gobiernos de estos países fue que el porcentaje de las transferencias a fondo perdido fueran mayores que el porcentaje de los créditos para que estos no se acaben sumando a la montaña de deuda pública ya existente.

La grieta en la negociación estuvo marcada por los denominados países frugales, liderados por Holanda y acompañada por Dinamarca, Suecia, Austria y Finlandia, que exigían un Fondo más pequeño, con menos proporción de transferencias y mayor presencia de créditos; y el grupo de Francia, Alemania, Italia y España, que pedían una propuesta más generosa y cercana al medio billón de euros en transferencias a fondo perdido.

Habrá que esperar y tener paciencia para ver los resultados. El valor político del acuerdo es indiscutible y un paso gigantesco, pero la efectividad todavía es incierta. Además, estos fondos no saldrán a la economía real inmediatamente. Recién en 2021, se desembolsará sólo el 10 por ciento del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (MRR), el núcleo del Fondo, lo que significa menos de 70.000 millones de euros para repartirse entre 27 miembros de la UE. Por tanto, las ayudas se irán desembolsando por tramos y supeditados a la aplicación de reformas acordadas.

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Otra pregunta que se desprende en este contexto: ¿serán estos fondos suficientes para hacer frente y paliar los estragos económicos generados por el coronavirus?


Nada es gratis y el pacto de rescate tampoco lo ha sido. Los frugales han vendido caro el sí del acuerdo y han puesto en riesgo compromisos de mediano y largo plazo. Así, el acuerdo incluye una condicionalidad sobre el Estado de derecho que daría la posibilidad de cortar el suministro de dinero a aquellos países que comprometieran las instituciones democráticas, por ejemplo, si decidieran intervenir en sus sistemas judiciales o atacaran los derechos fundamentales de sus ciudadanos y ciudadanas. Tampoco se sabe a ciencia cierta si esto es un mero maquillaje o si tendrá utilidad concreta. De hecho, el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, ya intentó que esta idea no tenga injerencia real en su gobierno.


En definitiva, con este acuerdo, ganan todos, lo que lo angloparlantes definen como win-win, puesto que los frugales aumentaron sus cheques de devolución, redujeron las transferencias totales e implementaron mecanismos de control de la gobernanza. Y los países del sur, más golpeados por el coronavirus, recibirán sumas cuantiosas para pilotear la crisis sanitaria y económica.

En un contexto tan particular, la UE ha estado a la altura de las circunstancias, ya que, a pesar de ciertas discrepancias, nadie ha abandonado la mesa de negociación. Esto permite a Europa recomenzar y posicionarse en el ámbito global, del cual ha venido perdiendo terreno en la última década.

Vale remarcar que el Fondo acordado es la mayor distribución de dinero a nivel multilateral de la historia de la humanidad. Nunca ningún tratado económico entre países ha alcanzado una cifra de esta magnitud. También hay que tener en cuenta que, en un organismo con 27 integrantes, no es fácil llegar a posiciones comunes, pero, en este caso, los socios se han puesto de acuerdo y han demostrado que, en momentos de crisis, es posible responder. Se puede pensar que el proyecto comunitario ha salido reforzado.

De cara al futuro, este pacto billonario -que tiene como intención salvar la economía europea de la profunda recesión provocada por la pandemia del coronavirus- dependerá de cómo evolucionen los contagios, qué decisiones se tomen llegado el caso de rebrotes descontrolados y de las relaciones de fuerza hacia dentro de la UE.

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*Por Lucas Gatica, desde España, para La tinta / Foto de portada: AFP

Palabras claves: covid-19, economia, Unión Europea

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