«Con todas las ilusiones de mi vida real», la mirada febril de Guillermo Franco
Si uno pasea por la ciudad de manera frecuente, es muy posible que se cruce con Guillermo, con su cámara en mano y mirando cada movimiento y paisaje citadino. Como resultado de esos paseos, hoy podemos ver la serie «Con todas las ilusiones de mi vida real», con más de 100 fotografías en blanco y negro. Estas imágenes se realizaron entre 2016 y 2022, «mayoritariamente, en la ciudad de Córdoba, con cámara analógica y ‘mirada febril'», define el fotógrafo. La muestra se inaugura el próximo sábado 26 de octubre a las 11:30 en la Galería Fotográfica del café Le Dureau.
Las fotografías de Guillermo son cercanas, cotidianas. Ante la costumbre de ver paisajes ajenos, en ellas, nos encontramos con lo familiar y es como si esas imágenes nos dijeran: “¡Ey! Esto pasa en tu ciudad, esto pasó en los lugares por los que caminás, por esas esquinas y veredas en las que están tus recuerdos”.
Le envío a Guillermo algunas de mis inquietudes y él me contesta con un texto cuyo gesto poético está forjado por la ternura, la paciencia y la mirada lúdica. Por eso, queridx espectadorx, me parece interesante que te sumerjas en la lectura atenta y sensible:
Amateur
Dice Guillermo Franco (GF): «No soy profesional, pero amo la fotografía, vivo de ella, es aire que respiro».
Dice Bernard Plossu: «Trabajo cuando estoy dedicado al papeleo, a las facturas, a los asuntos de oficina, pero no cuando hago fotos. Hay un término en español que me gusta mucho. Al llegar a vivir a Almería, un asesor fiscal me dijo: ‘Un trabajo como el suyo se llama fotógrafo de aire libre‘. Esa es exactamente mi condición».
¿Fotografía callejera?
Dice GF: «Prefiero llamarla fotografía de vida cotidiana».
Dice Antonio Muñoz Molina: «Nada más pisar la calle, comienza el aprendizaje de lo inesperado».
Dice Sabine Weiss: «Lo único que he hecho ha sido fotografiar aquello con lo que me tropezaba en la calle y me gustaba».
Dice Agnès Varda: «Cada mañana, el telón se alza en el teatro de lo cotidiano».
Ojos que juegan
Dice GF: «Me gusta creer que la mía es la mirada de un niño. A veces, pícara, desvergonzada, ingenua, inmadura. También perpleja, carente de certezas, sorprendida. Por momentos, afectuosa, plena de cariño, de ternura. ‘Ternura’ es una palabra que no abunda en el glosario de la fotografía contemporánea».
Dice Henri Cartier-Bresson: «Veo a niños que pintan de maravilla y, luego, en la pubertad, se acabó, abajo el telón. Cuando ya has aprendido cómo se hace, necesitas toda una vida para rescatar no ya la pureza infantil, pues eso no se recupera, sino las cualidades del niño».
Dice Bob Dylan: «Todo el mundo va disfrazado / para esconder lo que hay detrás de sus miradas / pero yo no puedo disimular cómo soy / donde quiera que los niños vayan, los seguiré». («Abandoned Love»).
El acto fotográfico
Dice GF: «Lo que importa es la mirada. Privilegiar el momento de observar, vibrar, obturar la cámara, no las imágenes resultantes».
Dice James Agee: «La mayoría de las buenas fotografías, en particular, aquellas que son rápidas y están llenas de lirismo, son batallas entre el artista y la suerte, y las victorias más dichosas para el artista son los empates».
Ver y mirar
Dice GF: «Ver es, simplemente, ejercitar un sentido, el de la vista. Algo que todos hacemos de manera parecida, siempre y cuando no suframos alguna discapacidad visual importante. Mirar, en cambio, es una acción más única, rica y compleja. Mirar quizás sea un verbo que incluya a otros verbos: sentir, desear, pensar, querer, amar…
Ver es algo que nos implica a todos. Mirar nos involucra a cada uno. Y ‘todos’ no es lo mismo que ‘cada uno’. Ni siquiera el ‘todos’ es la suma de los ‘cada uno’. Por suerte, todos vemos lo mismo, pero, por fortuna, cada uno miramos distinto. Vemos solo lo visible. Miramos también lo invisible. El mirar construye miradas. Y ese es el único patrimonio de los fotógrafos: su mirada.
Definitivamente, la fotografía es cuestión de mirar. No de ver, de mirar».
Dice Ramón Gómez de la Serna: «No soy ni pensador ni escritor, soy mirador».
Dice Roberto Juarroz: «La vida nos acorta la vista y nos alarga la mirada».
¿Cámara analógica?
Dice GF: «Por amor a la imagen latente. Allí, habitan juntos el misterio de la obturación y la magia de lo secreto, lo escondido. ¿Qué es eso? Una ensoñación intangible, pero perdurable, cuando una fotografía (aún sin revelar) solo yace grabada en nuestras retinas, nuestra mente y nuestro corazón».
Dice Jorge Luis Borges: «La perplejidad es el secreto del laberinto».
Fotografía: ¿arte o documento?
Dice GF: «Mis fotografías no declaman méritos artísticos ni proclaman logros documentales. Son imágenes. Frutos, en parte, de la imaginación mía. Hijas ―con virtudes y defectos― de mi mirada.
Ni artística ni documental, pienso mi fotografía como un acto amoroso, de relacionamiento con un entorno en el que crezco, me reconozco y al que me gustaría legarle mi impronta».
De Henri Cartier-Bresson: «Aprendí muchas cosas. En un documental, se lo ve salir, de a ratos, a obturar sin película en la cámara. ‘Hace fotos’ (entre comillas) que nunca existirán. Cuando lo vi, pensé que bromeaba; con el tiempo, vislumbré algo importante en aquel hecho ‘disparatado’. Cada tanto lo emulo, ando por la vida con cámara (analógica) sin rollo y miro; miro y obturo, obturo y vibro, vibro y respiro, respiro y vivo».
Dice Ferdinando Scianna: «¿Qué significa fotografiar? Para mí, significa vivir».
La muestra «Con todas las ilusiones de mi vida real» se inaugura el próximo sábado 26 de octubre a las 11:30 h en la Galería Fotográfica del café Le Dureau (Independencia 180).
*Por Fernando Bordón para La tinta / Imagen de portada: Guillermo Franco.