San Cayetano, tirale a los laburantes una mano
En los últimos estertores de la pasada dictadura, una gran marcha conmovió los cimientos del poder represivo y consolidó un liderazgo político-sindical que marcaría toda la década del 80 y parte de la siguiente. El 30 de marzo de 1982, fueron miles los que salieron a la calle contra la dictadura por “Paz, Pan y Trabajo”, con el cervecero Saúl Ubaldini a la cabeza, un dirigente que marcó época, pese a provenir de un gremio chico, de poca incidencia. Tres días más tarde, la misma Plaza de Mayo se llenaría para vivar a la aventura malvinera de un general beodo, pero esa es otra historia.
Con el país sumido en la mayor recesión del pasado reciente, 42 años después, aquella consigna del sector obrero organizado cobra más vigencia que nunca. Es por ello que, bajo el lema “Paz, Pan, Tierra, Techo y Trabajo”, se reformula aquel reclamo de hace cuarenta años, tan actual que duele. Se reafirman las tres T enarboladas por el papa Francisco y se intenta marcar la cancha a un gobierno inmutable ante la necesidad del otro, de los millones de argentinos bajo las líneas de pobreza e indigencia, aunque sí tenidos en cuenta siempre para la estigmatización y la represión, dos caras de la misma moneda.
A la intemperie del desempleo
Según datos oficiales, en el primer semestre de este año, son 98.703 las personas que perdieron el empleo registrado y que comenzaron a cobrar el seguro o la Prestación por Desempleo. Parece un número menor, pero el dato es que representa un aumento del 100% con respecto a quienes solicitaron el beneficio en el mismo período, pero del año pasado, cuando ya había crisis.
De las 98.703 altas, las más numerosas están en la construcción (36.488 trabajadores), la industria manufacturera (19.532), el comercio (15.389), actividades administrativas (6.768), servicio de transporte (3.753), servicios de comida y alojamiento (3.268), salud y servicios sociales (2.708).
Pueden cobrar el seguro por desempleo los despedidos sin justa causa, por finalización de contrato o por causas externas al trabajador que estuvo en relación de dependencia. El dato refleja la magnitud de la gravísima situación social, en un contexto en el que, pese a los reiterados exhortos judiciales, la ministra de Capital Humano sigue sin repartir miles de kilos de alimentos a punto de vencerse, los recortes presupuestarios afectan en mayor medida a los más necesitados y, desde enero, el programa Potenciar Trabajo fue congelado en míseros 78 mil pesos y desenganchado al aumento del mínimo vital y móvil que, por otra parte, se viene ajustando (poco) por decreto.
La prestación por desempleo implica un ingreso de $182.858 mensuales, máximo por un año, extensible seis meses a los mayores de 45 años. Luego, a changuear, porque el empleo viene siendo una especie en extinción en este contexto de flexibilización laboral propuesta por el propio Estado, que despide al por mayor.
Gremios y organizaciones sociales, unidas y adelante
Lo que se vivirá en Córdoba este 7 de agosto viene a ser continuidad de una unidad en la acción con varios capítulos del inicio de la era Milei a esta parte. Los dos paros nacionales de la CGT, las marchas por el 8 y el 24 M, la histórica movilización por el presupuesto universitario y la resistencia a la firma del Pacto de Mayo en la provincia mostraron una entente del campo popular, no sin matices ni diferencias, pero unida por el espanto ante un gobierno decidido a llevarse puesto todo. Este San Cayetano no será la excepción, con una convocatoria lanzada desde las 10 por la UTEP, las dos CGT y las dos CTA, con el acompañamiento de organizaciones políticas y de derechos humanos.
Desde la UTEP, Iván Córdoba señaló que “San Cayetano es una jornada histórica para los movimientos sociales” y, en esa línea, recordó que “el 7 de agosto de 2016, marcó la unidad en acción contra el gobierno de Macri; luego, nació la Ley de Emergencia Social, el salario complementario, el registro de barrios populares, varias herramientas transversales que nos ayudaron a estructurar nuestro sector”.
Consciente de la actual “situación muy difícil, de mucha ofensiva del gobierno”, Córdoba adelanta que, este miércoles, habrá “una concentración, un acto y, luego, un feriazo pedido por las compañeras para exponer el trabajo que realizamos en los barrios, para culminar en un festival con artistas populares”.
La expresión de unidad, que tendrá su cita en la plaza Agustín Tosco, es consecuencia de la articulación que las entidades convocantes vienen dándose de un tiempo a esta parte en el plenario multisectorial que sesiona en la sede histórica de la CGT. Es por ello que, para esta fecha, “han adherido las dos CGT, las dos CTA, el Culturazo, la Mesa de Derechos Humanos, gremios que están por fuera de las CGT”, precisó Córdoba y destacó que se trata de “una unidad muy amplia, construida en base a la oposición al modelo de Milei”. “Un modelo que le saca impuestos a las grandes riquezas y le suma impuestos a los trabajadores; permite blanqueo de capitales que pueden provenir del delito y ataca a las organizaciones sindicales y comunitarias, que están cuidando el tejido social en los barrios. Y con el RIGI, abre las puertas a las grandes corporaciones y daña la industria nacional”, se explayó.
En oposición al individualismo extremo y el sálvese quien pueda, las organizaciones del campo popular enarbolarán un modelo de comunidad, solidaridad y trabajo. “Ahí está la disputa que tenemos que dar; esto nos permitió ir generando una resistencia cada vez mayor en una provincia en la que dicen que Milei sostiene mayor visión positiva. El trabajo es ir uniendo y construyendo resistencia”, completó.
También anticipó presencia la CTA Autónoma, en la figura de Federico Giuliani, secretario general de ATE Córdoba. “Iremos como ATE, nosotros lanzamos para ese día, lanzó para este 7 un paro nacional”, señaló el dirigente.
Marchas como la cordobesa se replicarán en otras geografías, con la mirada puesta en Buenos Aires, donde se movilizará del santuario de Liniers a Plaza de Mayo. En todos los casos, habrá confluencia de lucha y fe: el acto frente al Patio Olmos abrirá con la bendición de herramientas a cargo de Melchor López, vicario de los pobres, y de referentes de distintos credos. Son sectores que confluyeron semanas atrás en un encuentro del espacio Común Unión y que también abonan a la construcción, sin prisa ni pausa, de un programa político de diez puntos básicos, que permita darle continuidad y volumen político a la parada de manos al gobierno de Milei, hasta el momento, ha sido tan necesaria como insuficiente. “Vamos de a poco, tiempo al tiempo: ya sabemos que todo es en su medida y armoniosamente”, señalan desde el sector.
*Por Adrián Camerano para La tinta / Imagen de portada: La tinta.
