Quiero sentir todas nuestras superficies de placer
En la Galería Cabildo de nuestra ciudad, está «Superficies de placer», un sex shop con perspectiva psicoeducativa, de género e inclusión, que busca que la sexualidad se pueda vivenciar desde el juego, la comunicación y la confianza. En esta nota, conversamos con Julia Domínguez, su creadora, quien reflexiona sobre la importancia del cuidado, la inclusión y el disfrute para una sexualidad plena.
“Ay, quiéreme de a poco
Pero que no me dé cuenta y que nadie sepa
Ven y cuídame
Pero que parezca que me estás haciendo daño
Amárrame…”
Mon Laferte
En la Galería Cabildo, esa en donde se compran los libros para la escuela, está Superficies de placer que, antes que nada y primero que todo, es una ronda de amigxs charlando sobre las cosas más importantes de la vida: las historias, los deseos, los placeres, el goce singular, el cuerpo con cuerpo, las anécdotas que nos marcaron, lo que queremos repetir y lo que nunca más haríamos. Podría ser la charla con mis amigas en el grupo de WhatsApp o con el cafecito y la birra: «Anoche pasó de todo», se suceden con lujo los detalles. O «yo ni ganas tengo, es que la cotidianidad me lleva puesta la libido, las ganas, los espacios de intimidad». Como en la vida misma, a veces mucho, todo, de todo y otras ni tanto, soft, naif, vainilla-vainilla.
Conversamos con Julia Domínguez que creó Superficies de placer en plena pandemia. Comenzó siendo virtual y ahora cuenta con espacio físico. Por su formación como psicopedagoga y diplomada en ESI, lo pensó desde pilares que tienen que ver con la importancia de lo lúdico en todos los aspectos de la vida, la accesibilidad para todas las personas y el acceso a la información y los métodos de protección. En Superficies de placer podés encontrar juguetes y lubricantes para distintas prácticas, accesorios para kinki y BDSM, lencería, ilustración, literatura y cerámica erótica, todo de productorxs locales e independientes. En este sex shop, los dispositivos utilizados para el cuidado de la salud, como las bolitas chinas y los preservativos, se venden al costo. También hay a disposición preservativos gratis de la campaña nacional de HIV. Para disfrutar, hay que cuidarse y cuidar.
Julia nos cuenta que ella era la que iba a buscar los juguetes para sus amigas porque no se animaban a entrar al sex shop. «Porque estos lugares no siempre son para todo el mundo. Acá la idea es pensar un lugar que hable visiblemente de la diversidad sexual, que nos permita ir un poquito más allá de lo instalado por el porno. Tenemos una bajada de línea de ESI muy fuerte, hay una ética política con la que laburamos permanentemente. Distribuimos preservativos gratuitos del programa de HIV, no compramos juguetes ni nada que tenga diseño infantil, que un niñx pueda confundir, no se vende ningún fármaco y con todas las compras de juguetes tienen una consulta gratuita posterior”, comparte Julia en comunicación con La tinta e insiste en lo necesario y urgente que es tener una mirada lúdica sobre la sexualidad.
«Estamos en una época donde la sexualidad está muy expuesta en el mercado y de una manera muy poco halagadora, y a veces deserotizante. Yo veo que suceden un montón de cosas que podemos mejorar y acompañar desde el juego«, dice y agrega que llegan a su espacio mujeres grandes que se han divorciado o han quedado viudas y empiezan a re-encontrarse con la sexualidad. También se acercan parejas, triejas, grupos de personas que quieren consultar por alguna fantasía y cómo llevarla a cabo de manera segura, física y emocionalmente. Para todo eso, desde Superficies de placer tienen diversidad de propuestas: asesorías, talleres, clases lúdicas, tuppersex, etc. También hay accesorios en una amplia curva de talles para que todxs puedan experimentar y cumplir sus fantasías. Han realizado un estudio súper minucioso de los productos para brindar la mejor calidad y con precios más que accesibles.
Para jugar y disfrutar en dupla o grupalidad, es preciso hacer acuerdos previos de cuidado y consentimiento. En este sentido, Julia nos cuenta que, en su local, podemos conseguir accesorios para prácticas kinki y BDSM. «Lo primero que me parece destacar de ambas prácticas son las 3 C que tienen que estar siempre en la sexualidad: consenso, confianza y comunicación. Sobre todo, cuando hay prácticas que te pueden hacer sentir cosas diferentes o por lo que simbolizan pueden generar sensación de vulnerabilidad«, explica y continúa: «Kinki es una invitación a jugar una sexualidad por fuera de lo convencional, con apertura a los fetiches y más allá de lo heteronormado. Juegos sensoriales, utilización de todo el cuerpo, lugares raros y fantasías. El BDSM ―bondage, dominación, sumisión y masoquismo― ya es una cultura, crea comunidades y es una práctica que necesita muchas reglas. Hay que tener conocimiento de lo que se hace, del cuerpo, del cuerpo del otro y del ego cuando se está en situación de dominación. En los casos de sumisión y dominación, se asumen roles de manera consensuada y se definen palabras clave de seguridad para poder generar disrupción. Hay una parte previa muy interesante y erótica, ya que el consenso de lo reglado se trabaja para que después el juego pueda explayarse. Es muy importante aclarar que todas las cosas que ―aun dentro de ese contrato― estén por fuera del consenso o generen cualquier tipo de situación de coerción son abusivas, son abuso y es violencia«, afirma con contundencia la psicopedagoga.
Dialogamos también sobre algunos mandatos que se imponen desde las redes en torno a cómo debería vivirse la sexualidad. Nos venden, por ejemplo, el multiorgasmo o el squirt en las feminidades, y el alto rendimiento y virilidad en los varones como únicas metas. Abundan los talleres de técnicas para aprender tal o cual práctica, y tutoriales que enseñan a usar con mejores resultados juguetes que prometen 20 orgasmos al hilo. «Más que decirle a la gente ‘tenés que aprender a hacer esto o aquello’, quienes nos posicionamos desde el juego y con recursos de la clínica ―y, en mi caso, como psicopedagoga, con herramientas psicoeducativas― lo que buscamos es generar experiencias de aprendizaje para hábitos más saludables y más respetuosos de las búsquedas del placer para el cuerpo y para lo emocional«, cuenta Domínguez.
Esta tienda erótica busca acompañar las preguntas en torno a cómo cada quien vive y disfruta su sexualidad. Es un espacio inclusivo de asesoría y acceso a la salud, escuchando e incluyendo a la diversidad funcional. «Los vibradores, los dildos, los arneses, los juegos sensoriales y las cosméticas aportan cosas muy importantes a la sexualidad de personas con diversidad funcional. Sexualidades que también son parte de este proyecto».
Superficies de placer es un espacio de salud y aprendizaje que propicia el juego para una sexualidad más placentera e inclusiva. Podés visitarlo en Dean Funes 68, local 6, Galería Cabildo. Lunes, miércoles y viernes de 10 a 18:30 h. Martes y jueves de 10 a 17:15 h. Sábados de 10 a 14:30 h.
Juguemos, disfrutemos y nos cuidemos siempre.
*Por Inés Domínguez Cuaglia para La tinta / Imagen de portada: Ana Medero para La tinta.
