Aumento de medicamentos, una cara cruel de la motosierra
Esther tiene 82 años y está jubilada de ama de casa, una de las jubilaciones puestas en duda por el actual Gobierno nacional. Acomoda algunas cajas de medicamentos vacías arriba de su mesa, como un tetris. Aún no consiguió turno con su médica de cabecera, a quien quiere consultarle cuál puede dejar de tomar porque ya no puede comprar todos los que tiene indicados por sus patologías, aun con los descuentos de PAMI y la entrega gratuita ―a la que, hasta el momento, no le llegó la motosierra―. «Intento no ponerme nerviosa, tampoco quiero sobrecargar a mis hijos porque también están con problemas para llegar a fin de mes. Es triste pensar para adelante».
Lo que afronta Esther se replica en muchos hogares del país. También hay situaciones aún peores, para quienes no tienen cobertura de PAMI ni jubilaciones. La realidad es tan cruda y dolorosa como dejar la medicación para cubrir gastos de alimentación o vivienda. La desregulación económica y la falta de regulaciones trajeron su correlato en la industria farmacéutica, con la aceleración del aumento de precios y un incremento en las ganancias de los grandes laboratorios. El fin de marzo trajo novedades para lxs jubiladxs, nada buenas. Los datos son alarmantes.
«Normalmente, trato de usar números para acercarme a la realidad superando prejuicios. Los precios están descontrolados, comparados con los de otros países en los que vivo. El paquete de medicamentos que compro periódicamente cuesta en Argentina 775 US$ norteamericanos; en Ecuador, 323; y en México, 221. Los ingresos en los tres países también son distintos: el salario mínimo en Ecuador es de 460 dólares; en México, 450; y en Argentina, 202. Concretamente, los argentinos tienen salarios propios de los países más pobres del mundo y precios de los productos superiores a los de los más ricos«, escribió el fin de semana Jaime Duran Barba en una nota del diario Perfil. Lo dice nada más ni nada menos que el creador publicitario de Macri, un afín a las políticas neoliberales y de crueldad que profundiza Milei.
El Centro de Economía Política Argentina (CEPA) publicó un informe que analiza comparativamente el encarecimiento de la canasta de medicamentos en relación con el poder adquisitivo de las jubilaciones. «Desde 2019-2023, hubo un sustancial incremento de precios, aunque las políticas de acuerdos con las industrias farmacéuticas garantizaban precios por debajo de la evolución del IPC. Además, la política de medicamentos gratuitos representó más de $32.000 en promedio mensual para el mes de enero de 2024, considerando una inflación en medicamentos del PAMI de 15,6% en diciembre y de 33,6% en enero. Sin embargo, el inicio de la era Milei y el auge de la desregulación económica trajo como consecuencia una fenomenal aceleración de los precios, con un impacto altamente negativo en el rubro de medicamentos».
Agrega el informe del CEPA: “En los últimos dos meses del año 2023, la inflación escaló a un 41,6% y los precios de venta al público de los medicamentos más consumidos por las personas mayores ascendieron un 77,2%. Solo en el último mes del año 2023, los medicamentos más consumidos por las personas mayores aumentaron en promedio un 40,9%”.
A su vez, proyectan aumentos del 10% para el mes de marzo 2024, que aún no está medido, pero que con solo conversar con alguna persona jubilada o visitar una farmacia alcanza para tomar dimensión. “Teniendo en cuenta el bono de $70.000 para marzo, no se llegarían a compensar las pérdidas de poder adquisitivo previas en relación con la canasta de medicamentos”, anticiparon.
Por otra parte, el Centro de Profesionales Farmacéuticos (CEPROFAR) presentó un informe en el cual detallan que el aumento fue de más de 110% en los últimos tres meses, 40% por encima de la inflación. Se dejaron de comprar más de 10 millones de unidades mensuales. “Una vez finalizados los acuerdos que se venían sosteniendo entre los laboratorios y el gobierno anterior, que si bien eran de cumplimiento voluntario, implicaban una regulación de los precios, comenzaron a verificarse importantes aumentos en los precios de los medicamentos”.
El período medido va de noviembre del 2023 a enero de este año, lo cual arrojó que los medicamentos más recetados y usados aumentaron un 111,9% cuando la inflación para el mismo periodo fue del 70,8%. Las consecuencias se traducen en un impacto en la salud, se está dejando de usar medicación para tratamientos crónicos.
El DNU 274/2024 modifica la fórmula de la movilidad jubilatoria, que establece que “la primera actualización en base a la movilidad dispuesta en el artículo 1° del presente se hará efectiva a partir de las prestaciones previsionales correspondientes al mes de julio de 2024”. Hasta junio, se mantiene la fórmula actual; luego, será por el Índice Precio al Consumidor (IPC).
Desde el Ministerio de Economía, aseguraron que el aumento es del 13,2% (la inflación de febrero), más un tramo compensatorio del 12,5%, más el bono de $70.000, lo que resultaría en un haber mínimo de unos $241.000, siempre y cuando se modifique el tope vigente, que es de $204.445 mensuales. Al momento en que anunciaron la medida, no habían modificado la anterior reglamentación. Lo que no se entiende si es puro tecnicismo o impericia, ya que deben modificar el decreto anterior para el tope vigente. Mientras tanto, la licuación del haber jubilatorio es brutal.
En lo concreto, ayer empezaron los pagos de jubilaciones y pensiones que, este mes, según indicó ANSES, serán pagadas en dos cuotas “para no demorar el acceso a los haberes”. La segunda parte está sin fecha por el momento.
Hoy se convocó a referentes en el tema para continuar con el debate en la Comisión de Previsión y Seguridad Social de la Cámara Baja, a cargo de la riotercerense Gabriela Brouwer de Koning, en busca de nuevos consensos frente al DNU.
Mientras, la realidad de muchas personas mayores en diferentes rincones del país es una foto de la crueldad con la que el gobierno actual está gestionando el proyecto de país para pocos.
*Por Redacción La tinta / Imagen de portada: JUAN MABROMATA / AFP.
