«Constelaciones posibles», paisajes extraplanetarios desde la ciencia y con el arte

«Constelaciones posibles», paisajes extraplanetarios desde la ciencia y con el arte
3 abril, 2024 por Inés Domínguez Cuaglia

Nahuel Sánchez Tolosa, artista educador, sureño y cordobés, va a viajar al desierto de Sonora junto con científicos de la NASA y la UNAM para realizar una residencia artística que engloba la tríada arte-ciencia-educación. En esta nota, conversamos sobre la posibilidad de construir desde las prácticas artísticas y con la ciencia otras narrativas en torno al paisaje, y cómo la díada arte-educación produce conocimiento artístico y científico. 

En las prácticas artísticas actuales, los bordes se hacen difusos, los lenguajes dialogan, se nutren y transforman. Muchxs son lxs artistas que salen del taller, de las prácticas solitarias e individuales en búsqueda de nuevas experiencias más cercanas con el territorio. En estas búsquedas, las tecnologías y los saberes de otras áreas de conocimiento vehiculizan obras y acciones artísticas que siempre requieren de un espectador activo y acompañado para recibirlas. Por ejemplo, aquellos paisajes costumbristas, cuasi realistas, colgados en algún museo hoy pueden ser una toma de sonido ambiente, un objeto encontrado en el exterior, un texto editorializado, una fotografía del mismo artista-performer interviniendo mínimamente el paisaje real.

Nahuel Sánchez Tolosa es un artista-educador, el creador de Intermitente Lab, el primer laboratorio de prácticas artísticas contemporáneas de Córdoba y uno de los gestores que co-coordina el espacio Tres Salas de nuestra ciudad. Desde hace años, se interesa por el paisaje como género y lo pone en diálogo y tensión con el cuerpo para materializar las experiencias. Busca reflexionar sobre la relación entre arte, naturaleza y humanidad desde distintas acciones en paisajes in situ de nuestro país y Latinoamérica.

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En estos días, Nahuel viaja al desierto de Sonora para ser parte de «Simulacros interplanetarios», una residencia artística en el marco del programa «Travesías terremoto», de la plataforma editorial Terremoto de México y la plataforma de artes La escuela. Cinco artistas de Latinoamérica se van a embarcar a un viaje al desierto, una misión análoga, es decir, la simulación de una misión espacial.

«El proyecto busca pensar en el desierto como si fuera un planeta más por su paisaje exoplanetario, para reflexionar colectivamente sobre estrategias utópicas de creación mundial y exploración espacial bajo una mirada antipatriarcal, anticolonial y antirracista», dicen desde la organización de la residencia que, explican, estará atravesada por la mirada artística capaz de contribuir a conversaciones espaciales desde lugares sensibles, experimentales, colaborativos, imaginativos y radicales. 

Durante dos semanas, lxs artistas seleccionadxs realizarán campamentos, caminatas, recolección de muestras, probarán equipos y aprenderán las particularidades de lo que implica la exploración de otro planeta. Acompañarán esta experiencia científicos espaciales de la NASA, de la Agencia espacial de México y de la UNAM. Luego, tendrán dos semanas en un estudio para sistematizar lo vivido y pensar en prácticas artísticas y editorializadas. 

Sánchez Tolosa ingresa a la residencia como artista-educador con «Constelaciones necesarias», una propuesta pedagógica con distintas actividades que va a desarrollar durante la misión en el desierto de Sonora. Desde La tinta, conversamos con él acerca de esto, sobre si es posible construir desde las prácticas artísticas y con la ciencia otras narrativas en torno al paisaje, y de qué manera la díada arte-educación produce conocimiento artístico y científico. 

Nahuel nos cuenta que el principal objetivo de su proyecto es acercar las prácticas artísticas, la ciencia y la tecnología entre sí, desde una constelación de ejercicios que potencien el encuentro entre artistas y científicos, y busquen activar la curiosidad por el trabajo de campo a la par de la recolección y registro. Prevé la construcción de bitácoras, archivos sonoros, mapas-atlas topográficos, fanzines y publicaciones posteriores. La idea es dar cuenta de los paisajes vivenciados y que algo de esa experiencia sea exhibida y socializada. Tiene previstas diversas propuestas expositivas, una de ellas tendrá lugar durante la segunda mitad del año en el espacio Tres Salas de nuestra ciudad.


«El desierto de Sonora es un territorio que comparte México con los Estados Unidos, sumamente conflictivo por múltiples cuestiones. Tiene características que se asemejan a las de los paisajes de la luna u otros planetas que han sido visitados por la especie humana. Todas las personas que trabajan como astronautas, antes de viajar al espacio, tienen que llevar a cabo misiones análogas que son prácticas previas. Es interesante pensarlas como pensamos la práctica docente o en la práctica científica, es como hacer un trabajo previo. En este caso, ver de qué manera utilizar ciertos artefactos o trajes, permanecer en cuarentena, responder a protocolos, etc. La idea de esta experiencia es habitar ese lugar que responde a características de otros planetas y acceder al contacto y colaboración de científicos para poder imaginar otras narrativas, otros paisajes, otros mundos posibles”, cuenta el artista y comparte que, desde febrero, está recibiendo una capacitación en humanidades espaciales, prevista en el marco de la residencia y brindada por la Universidad Iberoamericana, el centro astronómico Clavius y KOSMICA Institute. 


Por otra parte, Sánchez Tolosa reflexiona en torno al binomio arte-ciencia: «No es un binomio nuevo e históricamente hubo prácticas que se pueden enmarcar en la relación arte-ciencia. Hoy, es un desafío para quienes somos educadores de arte o de la enseñanza de las artes visuales», y continúa: «En tanto es posible pensar el campo artístico como campo de saber y conocimiento, el mismo tiene algo para aportar a las ciencias exactas o duras, la astronomía, la geología, la astrofísica. El campo artístico tiene que ver con una práctica sensible que contribuye a compartir cuestiones propias de las ciencias». 

Nahuel también considera que, en el acto creativo, subyacen prácticas de todos los campos del conocimiento. «El arte contemporáneo hace que las fronteras y los límites entre áreas se diluyan. Hoy, se están pensando muchas prácticas en donde distintos profesionales comparten sus saberes y criterios para poder generar algo nuevo, pensando desde el arte otras narrativas», comparte.

El artista será parte de esta residencia artística inmersiva desde el jueves. Una oportunidad única para profundizar prácticas profesionales y abrir el abanico de las posibilidades, de nuevas geografías y otros mundos imaginables. El arte nos acompaña, al igual que la ciencia, desde distintas metodologías, a comprender la vida, a inventarnos formas de vivirla y aprender el mundo. El arte y las ciencias atraviesan nuestra humanidad y nos construyen como tal.

*Por Inés Domínguez Cuaglia para La tinta / Imágenes: Nahuel Sánchez Tolosa.

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Palabras claves: Arte, ciencia, educación

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La Patagonia rebelde de Guillermo Saccomanno

La Patagonia rebelde de Guillermo Saccomanno
18 marzo, 2025 por Leandro Albani

Con una serie de crónicas sobre el sur argentino, el escritor argentino revela las estructuras profundas que mantienen al país anclado en las fauces del capitalismo.

Ni periodismo darwiniano ni charlatanería turística for export. Y tampoco la historia oficial sobre una tierra “civilizada” a punta de fusiles y bayonetas. Sobre estos pilares, se sostiene Guillermo Saccomanno para escribir una serie de crónicas sobre el sur argentino, publicadas en su mayoría en la década de 1990 y ahora reunidas en el libro Escrito en Patagonia, editado en 2024 por La flor azul.

Si las descripciones y las voces dan ritmo y profundidad a las crónicas, también lo hacen las reflexiones y pasajes ensayísticos que el escritor argentino articula a lo largo de los textos. Para Saccomanno, es tan importante mostrar los detalles de un viaje por una ruta desolada como preguntarse para qué sirve la literatura, entender (y escribir) que la memoria se manifiesta en el cuerpo o contar por qué la verdad es el principal valor para el pueblo mapuche.

La Patagonia se abre como un territorio concreto, sin veleidades exóticas o rasgos que remiten al concepto de orientalismo, acuñado por el intelectual palestino, Edward Said. Saccomanno, recientemente galardonado con el Premio Alfaguara por su novela Arderá el viento, rompe la representación que hacen los poderosos sobre esa tierra que creen que es su gran propiedad privada. El escritor también apunta sin contemplación a la hora de denunciar al Estado burgués argentino y sus imposiciones históricas y cargadas de crueldad contra los pobladores originarios.

Saccomanno explica que “cuando se trata de escribir, no se trata sólo de un asunto literario, la elección de un género, sino de una toma de partido ideológica”. Y agrega: “También me parece oportuno señalar a esta altura que la teoría literaria, tal como la entiendo, es teoría política”. Desde esta posición, Saccomanno cuenta y denuncia, describe y apuesta, rescata lo que el establishment de turno quiere ocultar y demuele la construcción oficial de la historia. Esos golpes directos se sienten página a página, sin perder una prosa con oficio y claridad.

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Imagen: La flor azul.

Leer Escrito en Patagonia es tender puentes hacia las investigaciones del historiador Osvaldo Bayer sobre los fusilamientos de peones por parte del Ejército. O también volver a Los dueños de la tierra, de David Viñas, una novela que revela la vileza de estancieros y oligarcas hacia los “otros”, ya sean peones o indígenas, pero todos condenados, según esos dueños de la tierra, a la explotación o la muerte.


En las crónicas, además, sobrevuelan las sabidurías, los pensamientos y las prácticas del pueblo mapuche. “Los mapuches no piensan que este territorio les pertenece ―escribe―. A los huincas este pensamiento los sorprende: ‘No es que esta tierra me pertenece’, piensa el mapuche. ‘Sino que yo soy la tierra’. El pensamiento es mucho más sencillo y, a la vez, abarcador. No se trata de posesión. Sino de sentirse parte”. Entrelazado a eso, la naturaleza que resiste el “desarrollo” capitalista que, desde su origen, se construye con la voracidad del saqueo de la tierra y la cultura.

Saccomanno pone la mira en las raíces de nuestro país burgués y, por estos tiempos, transnacionalizado: el Ejército argentino como fuerza de choque a las órdenes de los poderosos, el extractivismo como política de ocupación y saqueo, la historia oficial escrita por manos locales y extranjeras que intentan condenar a la Patagonia como desierto virgen que tiene que ser violado. Pero también la contracara: el docente Orlando “Nano” Balbo, detenido-desaparecido que sobrevivió a la dictadura y que apuesta a otra educación; el recuerdo vivo del maestro Carlos Fuentealba, fusilado por la policía; y otra vez Bayer, en un artículo que cierra el libro, aunque, más que finalizar la obra, permite abrir ventanas hacia el futuro, porque la figura, la ética y el oficio del historiador anarquista argentino es faro hacia donde mirar cuando se habla de compromiso con las luchas de los más desposeídos. Saccomanno pronuncia: “Si escribir sobre Bayer me enerva, se debe a que, al hacerlo, debo mirar alrededor. Imposible mirar el alrededor sin mirar el pasado. Imposible no tener en cuenta la proyección de sus tensiones cruentas en el presente, la crisis de representación que corrompe los estamentos de la realpolitik. Imposible hacerse el distraído. Esta, aunque suene a reduccionismo, es la lección mayor de Bayer”.

En Escrito en Patagonia, se descubre la relación estrecha del escritor con ese territorio, sus miradas sobre la literatura en relación a ese país dentro del país y los recuerdos de conscripto en el servicio militar. En este libro, el escritor toma posición y denuncia, pero nunca pierde de vista que escribir de una forma más hermosa que como lo hacen nuestros enemigos es una de nuestras armas. En estos momentos de una Argentina que vira aceleradamente hacia el fascismo, Saccomanno, con sus crónicas, propone otro país: uno donde los y las condenadas de la tierra no pierden las esperanzas y todavía atemorizan a los estancieros y oligarcas.

*Por Leandro Albani para La tinta / Imagen de portada: Martín Bonetto.

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Palabras claves: Guillermo Saccomanno, Libro, Patagonia Rebelde

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