Juan Falú, «De a guitarra por mi patria»
Como parte de su gira «De a guitarra por mi patria», el reconocido guitarrista y compositor Juan Falú realizará una presentación este sábado 17 de febrero en el espacio comunitario Refugio Libertad, ex Grupo de artillería 141 José de la Quintana, centro clandestino de detención y tortura en la última dictadura cívico-militar-eclesial. Aprovechamos para conversar con el músico sobre su gira, el contexto nacional y la importancia de seguir construyendo espacios de encuentro.
Por Anabella Antonelli y Juan Pablo Pantano para La tinta
«Con todo gusto», respondió cuando lo invitamos a conversar. Ya andaba por Córdoba poniéndose al día con sus amigues, Doña Jovita y la música Marita Londra: «Actualizando las cosas que hacemos, los últimos chistes y los últimos tragos», dijo riendo. Con la misma calidez y profundidad con la que entona sus melodías, nos habló sobre la música y la situación política, indisociables en su producción artística.
Juan Falú creció en Tucumán, entre la guitarra de su padre y los punteos de su tío y gran músico, Eduardo Falú. A los 8 años, aprendió a tocar la guitarra, compañera de toda su vida. En la década del 70, participó en la militancia política hasta su exilio, tras la desaparición de su hermano Luis Eduardo. Docente durante años, dirige el ciclo «Guitarras del mundo» que, en sus 29 ediciones, reunió 457 guitarristas en 24 provincias de Argentina.
Este verano, con la gira «De a guitarra por mi patria», recorrió Buenos Aires, Santa Fe, San Luis y Mendoza. Entre las ciudades y pueblos que visita en Córdoba, el sábado 17 de febrero, tocará en el Refugio Libertad en Villa San Isidro, a unos 60 kilómetros al sur de la capital provincial. «En este contexto absolutamente hostil, en este devenir diario del desánimo, generar estas instancias y favorecer el acceso a la cultura de los pueblos, las comunidades y de los trabajadores rurales es garantizar derechos, ejercerlos y poner un freno al negacionismo y a todo lo que nos azota diariamente», explica Adrián Camerano, integrante del Refugio Libertad, a La tinta. La visita del músico se enmarca en las actividades culturales que realizan desde el Refugio Cultural y la Biblioteca Margarita Zeniquel: «Creemos que la mejor manera de hacerle frente a esta cotidianidad trágica es generando instancia de cultura, de derechos, de disfrute, planteando otras alternativas a lo que nos imponen y a lo que nos propone el sistema», sigue Adrián.
«Voy al Refugio Libertad porque sé que allí hay una actividad solidaria muy comprometida con las cuestiones sociales y ambientales —refiere Falú—. Son espacios necesarios más que nunca, estamos viviendo un momento muy grave en la historia del país y es necesario juntarse y sentir que estamos, reafirmar un sentido colectivo para empezar a buscar la salida, no podemos aguantar a solas estas pesadillas».
—Vas a tocar en un espacio recuperado por la comunidad, donde antes hubo un centro clandestino de detención y tortura de la última dictadura. ¿Qué sensaciones te genera tocar ahí?
—Es tan angustiante como necesario tenerlo presente. Son dos aspectos que van de la mano. La angustia de imaginar ese calvario, ese sufrimiento y, al mismo tiempo, tenerlo presente para que no se repitan esas situaciones. Por eso, todo lo que sea recuperar esos espacios, darles visibilidad, difundir y contar la historia es absolutamente necesario y por supuesto que estoy completamente de acuerdo. Me siento muy tocado por esa historia porque me ha salpicado de cerca. Sé muy bien de qué se trata.
—La gira se llama «De a guitarra por mi patria», ¿por qué ese nombre? ¿Cuál es tu idea de patria?
—Hay una expresión «De a caballo por la patria», una frase muy difundida, siempre me gustó esa frase y siempre me gustó decir que la patria también se hace «de a guitarra». La guitarra es más que un instrumento musical, es también una relatora de la historia de la patria. La patria es el suelo, la cuna, el destino. Los problemas más graves que vivimos ahora son por una clase dirigente que directamente usurpó un gobierno, legitimado por los votos, por supuesto, pero para mí son ocupas porque no aman a la patria y están muy vinculados a intereses antipatrióticos, muy cooptados, son socios de esos intereses. Así que la patria está en otro lado, en el encuentro colectivo, en la memoria colectiva, en las gestas y también en el continente, porque la idea de Patria Grande es anterior a la constitución de las naciones en Latinoamérica y hay que regresar a eso para hacernos fuertes.
—¿De dónde saca inspiración hoy Juan Falú para componer?
—Recién hablábamos con Marita Londra y con Doña Jovita sobre, por ejemplo, la vidalita, que es un género musical muy antiguo, que no es la vidala, es la vidalita. Hablábamos de que es una melodía única para emitir diferentes mensajes, porque le cambiaban la letra y se mantenía la melodía. Hablábamos de lo importante que sería ahora recuperar ese tipo de cantares porque son ideales para decir pensamientos. Una conversación como esa sobre la vidalita es, por ejemplo, una fuente de inspiración. Quién sabe si después cada uno, en su soledad, empieza a pensar una vidalita. Yo no tengo planes para la creación, no tengo una estrategia o una receta, es muy espontáneo, son situaciones cotidianas.
—¿Qué pensás de la situación de la cultura en el contexto actual?
—La movilización de la gente vinculada a la actividad cultural fue muy impresionante en todo el país. Fue como un despertar porque salió la gente que hace cultura, no necesariamente las caras famosas, y eso le da más peso, más valor, más sentido colectivo. Fue muy importante, fue una de las primeras protestas masivas contra el DNU (Decreto de Necesidad y Urgencia) y la Ley Ómnibus. Lógicamente que estoy de ese lado y, en la medida que puedo, estoy ahí y participo desde Buenos Aires, donde vivo.
En relación al gobierno, creo que la cultura simplemente les da miedo. Muchas veces se censura lo que da miedo, esa posibilidad de gestos de libertad. Ellos, que son libertarios, tienen miedo a la libertad, que es inherente a la actividad cultural. La cultura promueve libertad, reflexión, memoria, encuentros. Les asusta, les da miedo. Una zamba, un poema bien dicho es algo totalmente ajeno a sus sensibilidades, si es que tienen, porque creo que tienen más sensibilidad para los billetes y para el poder. Creen que cerrando las instituciones van a detener la creación cultural, pero eso es imposible.
Juan Falú se presentará el sábado 17 de febrero a las 20 horas en el Refugio Libertad (Ruta E56 / Km 13,5 Villa San Isidro / Los Molinos). El bono contribución tiene un valor de $3.500. Podés asegurar tu lugar comprando el bono de manera anticipada al alias falu.enel.refu.mp
*Por Anabella Antonelli y Juan Pablo Pantano para La tinta / Imagen de portada: A/D.