Porno, blues y chicas malas: un libro de traducciones
“A cuarenta años de las Guerras del Sexo, el sexo sigue siendo una actividad que, si no se hace bien, con la persona correcta, de la forma apropiada, debe ser condenada a los ojos de quien mira. ¿Quién tiene esa vara para decidir lo aceptable o inaceptable cuando deseamos? En efecto, coger sin condena es una disputa actual, no resuelta”. La editorial Asentamiento Fernesh presenta una compilación de traducciones de textos de los inicios del feminismo prosexo este jueves, a las 18:30 en el Museo de Antropologías.
A principios de los años 80 en Estados Unidos, se suscitó una serie de discusiones entre feministas que se dieron a conocer como las guerras del sexo. Feministas que pusieron en agenda pública la sexualidad y que fueron atacadas por otras feministas que consideraban que la sexualidad en términos de placeres y empoderamiento no podía ser parte de la agenda política del movimiento feminista, sino que, además, había que combatirla, censurarla, perseguirla y estigmatizarla. Por suerte para nosotras y el mundo entero, las feministas prosexo presentaron batalla, escribieron, desearon, hablaron, se organizaron, generando un movimiento que se conoce como feminismo prosexo.
La editorial Asentamiento Fernseh, autogestiva, conformada por Beto Canseco, César Tisocco, Kolo Dahbar, emma song y quien escribe, editó una compilación de textos fundamentales de Ellen Willis, Patrick Califia, Amber Hollibaugh, Hortense Spillers, entre otrxs, traducidos por César y Beto. Es raro escribir sobre la propia práctica; en las reglas de la crítica periodística, siempre son otros los que dan cuenta de tu trabajo, pero, ¿a quién le importa un puñado de mujeres que reivindican el placer sexual, la exploración de otras prácticas sexuales, el trabajo sexual, el sexo con extraños como una política feminista? A pocxs, por eso nos parece importante traducir, maquetar, editar, corregir y hacerles llegar este material: Porno, blues y chicas malas.
La antropóloga Gayle Rubin, en un texto fundamental para nuestro movimiento escrito en 1981, “Reflexionando sobre el sexo”, dijo: “Ha llegado el momento de pensar sobre el sexo. A algunos, la sexualidad quizá sólo les parezca un tópico sin importancia, un escape frívolo de los problemas más críticos de la pobreza, la guerra, la enfermedad, el racismo, el hambre o la aniquilación nuclear. Pero es precisamente en épocas como esta, en la que tenemos que convivir con la posibilidad de una destrucción inimaginable, cuando es más probable que la gente se vuelva peligrosamente desquiciada en lo referente a la sexualidad”.
Llevamos meses discutiendo –de nuevo- el derecho al aborto, a la educación sexual, a una vida libre de violencias, ante una corriente de odio que pretende gobernar nuestro país; se han corrido los límites de lo decible y lo imaginable. Asistimos a la emergencia de nuevas posturas negacionistas, campañas con motosierra y a la amenaza latente de la destrucción del endeble Estado de derechos que hemos sabido construir. Los focos de muchas de las discusiones estuvieron puestos sobre la sexualidad e incentivaron un odio creciente hacia las feministas; estamos siendo testigos y protagonistas de una pedagogía de la crueldad, que no te da lugar a mantenerte al margen, que te involucra directamente, porque pusieron en agenda acuerdos que ya estaban establecidos y, al menos yo, me he visto discutiendo en el aula, con amigos y compañeros, de nuevo, la importancia de la vida.
Traducir a nuestra lengua estos textos es una manera de interpelar la agenda política, de invitar a pensar desde otros paradigmas la lucha de las mujeres y de toda la comunidad que se piense desde una sexualidad feminista.
¿Cómo volvemos a discutir sexualidad sin la retórica identitaria? ¿Cómo hablamos la lengua del deseo sin acudir al lenguaje de los derechos? ¿Cómo politizamos los placeres sin domesticarlos? ¿Cómo hablamos de sexo, como lo imaginamos, más allá de la retórica médica, psicológica, sanitaria o de derechos humanos? ¿Cómo hacemos emerger las problemáticas que la vida sexual acarrea para conformar una comunidad? ¿Cómo las volvemos visibles sin categorizar el deseo en una lista de nombres infinitos? En definitiva, cómo hacemos eso que la ESI nos propone explorar con seguridad. Quizás en estos textos encontremos algunos indicios.
El arte de la traición, la traducción
Nuestra colección de traducciones se llama “Traiciones”, porque consideramos que cada texto traducido es un nuevo texto en cierto sentido y que siempre la lengua (que es situada, contextual y corpórea) traiciona de alguna manera a su autora, porque la hace hablar aquí, en este tiempo, en esta ciudad, la vuelve cercana.
Entonces, decido directamente preguntarle a lxs traductores Beto Canseco y César Tisocco y que en sus voces me cuenten.
—¿Traicionaron a estas autoras? ¿Cómo?
—Todos los textos tienen sus destinatarios, más o menos explícitos. En este caso, fueron escritos con el fin de interpelar muy directamente al movimiento feminista estadounidense que se encontraba entrampado en un único modo de hablar sobre sexualidad: siempre que se hablaba de sexo dentro del feminismo, se hablaba en términos de riesgo, violencia y peligro. Escritos en un momento de virulencia en la discusión entre activistas, estos textos no nos hablan directamente a nosotras. En cambio, articulan una voz contrahegemónica que buscaba trabar un giro anti-sexo dentro del movimiento estadounidense, en el contexto de ascensión de la Nueva Derecha con la presidencia de Ronald Reagan, cuyo gobierno se caracterizó por llevar una política conservadora, cristiana, nacionalista, anticomunista y neoliberal. Es un contexto muy específico en el que surgen estos textos y están dirigidos a destinatarias también muy particulares.
La traición está allí. Entendiendo que ellas pueden hablarnos también a nosotrxs, en el Sur global, y con un movimiento feminista también diferente -ha pasado mucha agua bajo el puente- traemos esas voces con la conciencia de que sus palabras tendrán otro efecto, el cual sospechamos, pero no podemos prever del todo. Hay algo de los sentidos del pasado que solo puede desplegarse cuando los leemos en otro tiempo y espacio, y esa es la potencia de la traducción/traición.
—¿Cómo surge la idea de traducir estos textos?
—Allá por el 2011, cuando comenzábamos a hacer del Asentamiento Fernseh un proyecto de producción teórica, política y estética en la ciudad de Córdoba, leíamos el texto de Rubin que hablaba de feminismo prosexo y tomábamos la decisión de reconocernos en esa genealogía. ¿Qué significaba ser prosexo? A la respuesta la fuimos articulando en las diferentes propuestas de posporno, de discusión teórica sobre sexo, de posicionamiento de agenda, de reivindicación del reconocimiento del trabajo sexual, etc.
En 2018, yo, Beto, quiero estudiar la historia del feminismo prosexo en el que nos reconocíamos varixs y pensar ese feminismo desde una perspectiva descolonial. Para ello, consigo una beca de maestría en la Universidad Federal do ABC en el Estado de São Paulo, en Brasil. Debemos recordar que, en Argentina, estábamos en el medio del gobierno de políticas neoliberales de Mauricio Macri, lo que implicó, entre otras cosas, el desfinanciamiento del sistema científico y tecnológico argentino, y una nueva oleada de conservadurismo moral en el país. En 2019, en medio de mi maestría, es electo Jair Bolsonaro en Brasil con un discurso anticomunista, de tendencia neoliberal y de fuerte conservadurismo moral y sexual que se traducía en una guerra a lo que llamaban la ideología de género. En el estudio de los textos que me servían para reconstruir la historia del feminismo prosexo, entonces, y atravesada por lo que nos estaba sucediendo como comunidad y como región, percibo las similitudes en el contexto político de emergencia de dichos textos y puedo sentir, además, los ecos de muchas de las discusiones y puntos que lxs autorxs querían poner de relieve dentro del movimiento feminista.
Compartiendo estos descubrimientos -porque la producción teórica nunca es individual- con la comunidad de saber, poder y placer que es la Editorial Asentamiento Fernseh, acordamos en que sería muy interesante discutir nuevamente las preguntas e interpelaciones de los inicios del feminismo prosexo. Para ello, precisábamos acceder a los escritos en nuestra lengua, de modo que seamos más quienes nos sentemos a la mesa a conversar sobre las interpelaciones que nos dejaban los textos de antaño. De tal suerte, nos embarcamos a la tarea, eligiendo entre varios textos importantes y discutiendo traducciones posibles; ahí es que fue fundamental el trabajo de César, que es traductor de oficio.
Creíamos y creemos que estudiar esta historia puede colaborar en el reconocimiento de una historia de lucha que nos excede, al mismo tiempo que podamos encontrar los límites de un discurso hecho en el Norte global y con otros actores. Solo la discusión abierta y colectiva que habilita la traducción nos lo permitirá.
—¿Les impactó la cercanía con nuestros tiempos?
—Mucho. Salvando las distancias de décadas y kilómetros, estos textos nos interpelan en torno a temas en los que seguimos discutiendo como feministas aquí y ahora. La pornografía, el trabajo sexual, el BDSM, el lugar de la fantasía sexual, el deseo heterosexual, la violencia sexual, la sexualidad lésbica, los modos de definir la libertad sexual, la intersección con otros marcadores de diferencia (como raza, clase, etnia, diversidad corporal), entre otros aspectos del sexo, continúan siendo centros de debates y discusiones interminables, a veces dentro de espacios políticamente afines y otras con movimientos profundamente antisexo. Desde luego, es diferente la derecha estadounidense de los ochenta de la derecha latinoamericana de nuestro tiempo, son diversas sus agendas y estrategias, es otro el contexto internacional. Al mismo tiempo, sin embargo, hay cuestiones que son espantosamente similares y, entre ellas, el lugar que ocupa la sexualidad dentro de las discusiones públicas en momentos de crisis socioeconómicas fuertes.
Lo mismo podemos pensar del movimiento feminista argentino con el que hoy queremos discutir estos textos, un colectivo diverso de aquel que existía en Estados Unidos en el momento en que surge el feminismo prosexo (contemporáneo a la articulación del feminismo negro contemporáneo con la declaración del Colectivo del Río Combahee; y de las llamadas feministas del Tercer Mundo, con la publicación de la compilación Este Puente, Mi espalda, a fines de los setenta, principio de los ochenta). Y, sin embargo, qué podemos decir sobre sexo como feministas latinoamericanxs, aquí y ahora, sigue siendo motivo de disputa. En ese sentido, las reflexiones expresadas en estos textos que seleccionamos nos pueden ayudar no a tener una respuesta acabada, pero sí a estimular nuestro pensar, a volver a viejas preguntas o a formular nuevas, y a generar herramientas políticas necesarias en este contexto actual en el que muchos de los derechos conseguidos hace muy poco están siendo amenazados y necesitamos afilar nuestros sentidos.
Muchas otras preguntas y reflexiones podrán escuchar este jueves 26 a las 18:30 horas (puntual) en el Museo de Antropologías (Hipólito Yrigoyen 174, Córdoba capital) para conversar en torno al libro. Contaremos con la lectura de Natalia Monasterolo, Florencia Ravarotto y la interpretación de Vanesa Salazar. Esta actividad está coorganizada con el Área de Formación en Género, Sexualidades y ESI de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la UNC, a cargo de Ianina Moretti Basso.
Sacar un libro en medio de una devaluación feroz, especulaciones financieras, crisis social y política no es sin costo. El libro se ofrecerá de manera digital a colaboración con un precio sugerido. No hemos podido imprimirlo por el precio del papel, la devaluación de nuestro peso y nuestras propias precarizaciones laborales. Y nos encontramos en la encrucijada de: ¿qué hacer? ¿Esperamos? ¿Ahorramos? Entendemos que habitar una crisis es hacerse cargo de las condiciones de posibilidad, priorizamos la circulación de Porno, blues y chicas malas, con la esperanza de poder imprimirlo en algún momento de mayor estabilidad.
*Por Noe Gall para La tinta / Imagen de portada: A/D.