Vuelve «El Detonar Preciso», Encuentro Audiovisual Feminista

Vuelve «El Detonar Preciso», Encuentro Audiovisual Feminista
28 septiembre, 2023 por Ana Medero

Desde hoy y hasta el sábado 30, se realizan las jornadas del Encuentro Audiovisual Feminista “El Detonar Preciso”. Un espacio de debate y formación que ya lleva seis años construyendo un cine inclusivo. 

Vuelve el Encuentro Audiovisual Feminista “El Detonar Preciso”, que se realiza los días 28, 29 y 30 de septiembre en la ciudad de Córdoba. Organizado por DIVAC (Diverses Audiovisuales Córdoba), en esta 6° edición, la programación se hizo a partir de una convocatoria abierta en la que recibieron gran cantidad de material. La selección final presenta una mirada local, nacional y latinoamericana, con diferentes propuestas narrativas que cuestionan el cine hegemónico comercial en los estereotipos de género que reproducen. Las corporalidades que se ven en escena, el vínculo que tienen con el mundo laboral, con sus relaciones sexoafectivas, con otres y con el mundo. 

DIVAC es una colectiva de mujeres, lesbianas y personas no binarias que se organizan desde 2017 para dar visibilidad a las diferentes problemáticas que atraviesan quienes trabajan delante y detrás de cámara en los medios audiovisuales de Córdoba. Es un espacio que propone un intercambio de experiencias y saberes para repensar los espacios de trabajo desde lógicas antipatriarcales. 

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Conversé con Marcela Yaya, una de las organizadoras del evento e integrante de DIVAC, quien me cuenta: “Desde El Detonar Preciso, nos parece importante ver en la pantalla esas otras historias que generalmente no se encuentran en los cines comerciales y que podamos entender que visibilizar discursos audiovisuales, que no acompañan ese mercado, va a ser clave para poder continuar la resistencia a la lucha y, sobre todo, poder vivir de un mejor modo”.

Desde El Detonar, comenzaron a maquinar el encuentro en el verano; redunda aclarar que el contexto era otro, de crisis, pero distinta, dicen. Tuvieron que modificar muchísimas cosas, sobre todo, después de las PASO. “Una de las cosas que remarcamos dentro del grupo fue la importancia de defender los derechos ganados, la educación pública. La mayoría de nosotras venimos de ahí, estamos ahí, transitamos y seguimos habitando esos espacios. Queremos defender el cine, para que se puedan hacer producciones audiovisuales entendiendo la importancia de que las mismas multiplican miradas. El fomento y la producción de cine es algo que involucra y que mueve la industria, y mueve un sector no solamente específico audiovisual, sino que es interdisciplinario. Y cuando se realiza una producción, se mueven un montón de espacios alrededor y eso produce un movimiento en la economía circular y del sector a donde se filme. El giro de las elecciones nos activó, no solamente desde DIVAC. Varias de nosotras participamos en distintos espacios y, de pronto, hubo un montón de grupos y focos que empezaron a hacer acciones que inviten al diálogo y, sobre todo, a repensar por qué llegamos a donde estamos y qué hacer”, expresan desde el equipo organizador. 

Marcela nos cuenta que uno de los objetivos del encuentro es también vincularse cara a cara con la comunidad. A partir de esa idea, la invitación fue pasando por las aulas, por centros vecinales, por los distintos barrios de los que forman parte. Entienden que las batallas no solamente se dan desde los espacios de trabajo, sino en nuestra vida cotidiana. “Es desgastante abrir diálogos con nuestras amistades, familias, pero si solamente seguimos hablando entre pares que más o menos pensamos parecido, sigue siendo un lugar cómodo. Es aliviador y está bueno tener esos espacios, pero también entendemos que los feminismos siempre van a incomodar, porque básicamente plantean cuestionamientos sobre formas ya naturalizadas y pensar de qué modo se pueden llegar a buscar posibles soluciones”.

En el 2019, una de las frases que rondaban mucho por los activismos audiovisuales era: “Hagan lugar”. Hoy en día, eso se modificó bastante. Explican que hay una red construida, colectiva y con trabajo autogestivo. En los últimos años, en Córdoba, hay muchas cosas que se fueron modificando, pero son este tipo de encuentros los que nos dan un espacio de aire para la discusión, la reflexión, para conocer y visibilizar a otras realizadoras. 

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“Hemos recibido materiales de Chile, de Colombia, de varias provincias argentinas y, cuando vemos esas historias y vemos las formas en las cuales las hicieron, y de pronto vemos temáticas que se van atravesando, que no solamente se replican aquí, sino en otras regiones, luchas de distintas comunidades aborígenes, las luchas ambientales, las luchas de ecofeministas, bueno, es algo que nos hace pensar de qué manera el cine transfeminista le hace o intenta hacer combate a todo el avance, al sistema que tenemos”.

Esto no quiere decir que la sola producción audiovisual va a modificar la realidad que habitamos, pero el conjunto de acciones que se van tejiendo entre las diferentes ramas del arte y de la cultura pueden servir como un ejercicio para ir transformando. “Es importante que podamos abrir el debate y, sobre todo, encontrarnos y vernos presencialmente, porque también me parece que parte de la lucha es que nos podamos encontrar y dialogar presencialmente. No hay empatía sin sintonía y El Detonar es eso o intenta hacer eso, una acción que sintonice con todas las personas que más se pueda. Así lo hacemos”, concluye Marcela.

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Las propuestas para capacitaciones ya cerraron su inscripción, pero el jueves 28 y viernes 29 habrá proyecciones en el Cineclub Municipal “Hugo del Carril” abiertas a todo público. El sábado 30 se realizará el cierre del encuentro en el Espacio Cultural Museo de las Mujeres, dirigido a mujeres, lesbianas, travas, trans y personas no binarias.

*Por Ana Medero para La tinta / Imagen de portada: El Detonar Preciso.

Palabras claves: Cine, DIVAC, El Detonar Preciso, feminismo

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La Patagonia rebelde de Guillermo Saccomanno

La Patagonia rebelde de Guillermo Saccomanno
18 marzo, 2025 por Leandro Albani

Con una serie de crónicas sobre el sur argentino, el escritor argentino revela las estructuras profundas que mantienen al país anclado en las fauces del capitalismo.

Ni periodismo darwiniano ni charlatanería turística for export. Y tampoco la historia oficial sobre una tierra “civilizada” a punta de fusiles y bayonetas. Sobre estos pilares, se sostiene Guillermo Saccomanno para escribir una serie de crónicas sobre el sur argentino, publicadas en su mayoría en la década de 1990 y ahora reunidas en el libro Escrito en Patagonia, editado en 2024 por La flor azul.

Si las descripciones y las voces dan ritmo y profundidad a las crónicas, también lo hacen las reflexiones y pasajes ensayísticos que el escritor argentino articula a lo largo de los textos. Para Saccomanno, es tan importante mostrar los detalles de un viaje por una ruta desolada como preguntarse para qué sirve la literatura, entender (y escribir) que la memoria se manifiesta en el cuerpo o contar por qué la verdad es el principal valor para el pueblo mapuche.

La Patagonia se abre como un territorio concreto, sin veleidades exóticas o rasgos que remiten al concepto de orientalismo, acuñado por el intelectual palestino, Edward Said. Saccomanno, recientemente galardonado con el Premio Alfaguara por su novela Arderá el viento, rompe la representación que hacen los poderosos sobre esa tierra que creen que es su gran propiedad privada. El escritor también apunta sin contemplación a la hora de denunciar al Estado burgués argentino y sus imposiciones históricas y cargadas de crueldad contra los pobladores originarios.

Saccomanno explica que “cuando se trata de escribir, no se trata sólo de un asunto literario, la elección de un género, sino de una toma de partido ideológica”. Y agrega: “También me parece oportuno señalar a esta altura que la teoría literaria, tal como la entiendo, es teoría política”. Desde esta posición, Saccomanno cuenta y denuncia, describe y apuesta, rescata lo que el establishment de turno quiere ocultar y demuele la construcción oficial de la historia. Esos golpes directos se sienten página a página, sin perder una prosa con oficio y claridad.

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Imagen: La flor azul.

Leer Escrito en Patagonia es tender puentes hacia las investigaciones del historiador Osvaldo Bayer sobre los fusilamientos de peones por parte del Ejército. O también volver a Los dueños de la tierra, de David Viñas, una novela que revela la vileza de estancieros y oligarcas hacia los “otros”, ya sean peones o indígenas, pero todos condenados, según esos dueños de la tierra, a la explotación o la muerte.


En las crónicas, además, sobrevuelan las sabidurías, los pensamientos y las prácticas del pueblo mapuche. “Los mapuches no piensan que este territorio les pertenece ―escribe―. A los huincas este pensamiento los sorprende: ‘No es que esta tierra me pertenece’, piensa el mapuche. ‘Sino que yo soy la tierra’. El pensamiento es mucho más sencillo y, a la vez, abarcador. No se trata de posesión. Sino de sentirse parte”. Entrelazado a eso, la naturaleza que resiste el “desarrollo” capitalista que, desde su origen, se construye con la voracidad del saqueo de la tierra y la cultura.

Saccomanno pone la mira en las raíces de nuestro país burgués y, por estos tiempos, transnacionalizado: el Ejército argentino como fuerza de choque a las órdenes de los poderosos, el extractivismo como política de ocupación y saqueo, la historia oficial escrita por manos locales y extranjeras que intentan condenar a la Patagonia como desierto virgen que tiene que ser violado. Pero también la contracara: el docente Orlando “Nano” Balbo, detenido-desaparecido que sobrevivió a la dictadura y que apuesta a otra educación; el recuerdo vivo del maestro Carlos Fuentealba, fusilado por la policía; y otra vez Bayer, en un artículo que cierra el libro, aunque, más que finalizar la obra, permite abrir ventanas hacia el futuro, porque la figura, la ética y el oficio del historiador anarquista argentino es faro hacia donde mirar cuando se habla de compromiso con las luchas de los más desposeídos. Saccomanno pronuncia: “Si escribir sobre Bayer me enerva, se debe a que, al hacerlo, debo mirar alrededor. Imposible mirar el alrededor sin mirar el pasado. Imposible no tener en cuenta la proyección de sus tensiones cruentas en el presente, la crisis de representación que corrompe los estamentos de la realpolitik. Imposible hacerse el distraído. Esta, aunque suene a reduccionismo, es la lección mayor de Bayer”.

En Escrito en Patagonia, se descubre la relación estrecha del escritor con ese territorio, sus miradas sobre la literatura en relación a ese país dentro del país y los recuerdos de conscripto en el servicio militar. En este libro, el escritor toma posición y denuncia, pero nunca pierde de vista que escribir de una forma más hermosa que como lo hacen nuestros enemigos es una de nuestras armas. En estos momentos de una Argentina que vira aceleradamente hacia el fascismo, Saccomanno, con sus crónicas, propone otro país: uno donde los y las condenadas de la tierra no pierden las esperanzas y todavía atemorizan a los estancieros y oligarcas.

*Por Leandro Albani para La tinta / Imagen de portada: Martín Bonetto.

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Palabras claves: Guillermo Saccomanno, Libro, Patagonia Rebelde

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