«La libertad son tus derechos»: organizaciones marchan a 47 años de La Noche de los Lápices
El viejo discurso negacionista del terrorismo de Estado y los crímenes de lesa humanidad vuelve -o quizá nunca se había ido del todo- y se instala en la campaña electoral, se mediatiza y se articula en las conversaciones cotidianas. ¿Necesitan recordatorios los acuerdos alcanzados democráticamente? Los organismos de derechos humanos y las juventudes organizadas marchan por los 25 años de la Mesa de Trabajo por los Derechos Humanos de Córdoba y los 47 años de La Noche de los Lápices. Y por no olvidar, claro.
Luna Pallás tiene 18 años, está estudiando Derecho en la UNC y coordina la Comisión de Juventud de la Mesa de Trabajo por los Derechos Humanos de Córdoba. “Hace 25 años, cuando nació la mesa, yo todavía ni existía”, nos dice en diálogo con La tinta. Gustavo Tisera tiene 73 y desde hace muchos años milita en la organización Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas. “Fui preso político durante 10 años, pertenecí en los años 70 al Partido Revolucionario del Trabajador y el Ejército Revolucionario del Pueblo. Llevo prácticamente el 80, 70% de mi vida en la militancia por un país mejor”.
Luna y Gustavo forman parte de la Mesa de Trabajo por los Derechos Humanos de Córdoba, que nació como una organización de organizaciones -así la presentan- en la que se encontraron los organismos de derechos humanos, familiares de desaparecidos e hijos con las juventudes organizadas de ese momento. Eran fines de los noventa. Los unía la defensa de los derechos humanos y el repudio constante a lo sucedido en la última dictadura militar.
Se cumplen 25 años del surgimiento de la Mesa, “como una necesidad de organizar a la sociedad y nuclear tanto a los organismos de derechos humanos como sociales, sindicales, estudiantiles, las organizaciones del pueblo en apoyo a los organismos de derechos humanos. La iniciativa surge fundamentalmente de H.I.J.O.S., que lleva la propuesta a los otros organismos de derechos humanos de Córdoba y fue evaluada positivamente, y la gran mayoría de las organizaciones adhirió y acompañó esta conformación que nacía”, cuenta Gustavo, que está desde el comienzo.
Desde su nacimiento, la Mesa fue mutando de acuerdo a las necesidades reales de la sociedad, remarca Gustavo, siempre manteniendo una vigencia con actualidad, el pasado y el futuro. Por ejemplo, días antes del golpe de Estado en Bolivia, conformaron el Comité de Solidaridad con los Pueblos Latinoamericanos, que ha trabajado de manera muy activa con la situación boliviana y que hoy lo hace con la situación en Perú.
“Con el tiempo, se han sumado más personas y organizaciones. Pasó de ser una mesa de Córdoba capital a ser de toda la provincia. Hoy, están participando más de 20 localidades, donde cada una conforma una mesa local de acuerdo a las necesidades y proyecciones que tiene, es fundamentalmente federalista”, agrega Gustavo Tisera.
Este sábado 16, se realizará la marcha a las 17 h desde Colón y Cañada hasta la Plaza de la Intendencia. Convocan en conjunto con la Federación de Estudiantes Secundarios de Córdoba, la Red de Centros de Estudiantes de Sierras Chicas, la Unión de Estudiantes Secundarios y organizaciones juveniles nucleadas en la Mesa de Trabajo por los Derechos Humanos de Córdoba.
“Les invitamos a marchar este 16, con la misma importancia que lo hacemos cada 24 de marzo, y sobre todo en la coyuntura actual, es imprescindible. La consigna este año es ‘La libertad son tus derechos’, una forma de reapropiarnos de la palabra libertad que, para mi generación, no es ni más ni menos que nuestros derechos conquistados en democracia; el Boleto Educativo Gratuito, la Ley de Centros de Estudiantes, el aborto legal, el Conectar Igualdad, el Progresar, complementaridades para nuestros derechos humanos”, detalla la coordinadora de la Comisión de Juventud.
25 años de la Mesa, 40 años de democracia, 47 años de La Noche de los Lápices. El 16 de septiembre de 1976 en La Plata, de madrugada, entraron a la casa de 10 jóvenes y los secuestraron. Eran militantes de la Unión de Estudiantes (UES) y de la Juventud Guevarista que, el año anterior, habían estado reclamando por el boleto educativo gratuito, pero que, sobre todo, estaban organizados políticamente. Entre ellos estaban: Francisco López Muntaner, María Claudia Falcone, Claudio de Acha, Horacio Ángel Ungaro, Daniel Alberto Racero, María Clara Ciocchini, Pablo Díaz, Patricia Miranda, Gustavo Calotti y Emilce Moler. Cuatro sobrevivieron, las personas restantes están desaparecidas.
Un negacionismo que no termina de irse
En las últimas semanas, luego de que la candidata a vicepresidenta por La Libertad Avanza (LLA), Victoria Villaruel, realizará un acto en la Legislatura porteña para homenajear a las víctimas del terrorismo, en una provocación electoral, ha reinstalado un viejo debate que creímos saldado como sociedad. Poniendo en jaque acuerdos alcanzados por la mayoría del arco político que permitió tener leyes de vanguardia en la región que juzgaron a los genocidas de la última dictadura cívico-militar y políticas de memoria que se han construido con la potencia y perseverancia de los organismos de derechos humanos, políticas de Estado de memoria, verdad y justicia. Chile, por dar un ejemplo, 50 años después, recién está intentando traspasar el negacionismo y poder tener una política de justicia. A los 40 años de democracia llegamos con expresiones antidemocráticas, que no hacen más que advertir un retroceso.
Para Luna, el negacionismo puesto en agenda demanda reabrir debates que creímos saldados las veces que haga falta, para confirmar que la democracia es bandera. “Si bien generaciones como la mía nacimos en democracia y con la existencia de la Mesa. Y esas militancias de derechos humanos tan activas también marcan otras agendas y quienes vinimos después las valoramos un montón. Pero así como la naturalizamos, no tenemos que perderla y sostenerla intergeneracionalmente”, expresa Luna.
“El negacionismo es un intento de la derecha de negar el pasado, de negar el terrorismo de Estado. Pero hoy estamos en una situación más grave que el negacionismo, que es la vuelta de la ultraderecha que reivindica al terrorismo de Estado. Seguimos construyendo el Nunca Más, que no es una frase, sino una construcción política que hay que renovar día a día”, recuerda Gustavo.
Estar en las calles, como gesto de demostración colectiva, popular e intergeneracional, para recordar que siempre están para defender la democracia y lo seguirán haciendo.
*Por Redacción La tinta / Imagen de portada: Federación de Estudiantes Secundarios de Córdoba.