¿Alguien más con migraña?

¿Alguien más con migraña?
7 agosto, 2023 por Soledad Sgarella

Desde Thalía hasta Picasso, no somos pocos en la humanidad a quienes la migraña nos ataca como un monstruo del horror para dejarnos bastante invalidados. No tenemos nada, pero vemos estrellas, los sonidos retumban como redoblantes, nos late la cabeza y, sobre todo, nos duele. Nos-due-le-mu-cho. En esta nota, hablamos con la neuróloga Fiorella Martin Bertuzzi, especialista en cefaleas y neuralgias, sobre el mal que sufrimos 1 de cada 7 mujeres y el 10% de la Argentina.

Y no. Imposible no ser autorreferencial si vamos a hablar de dolor de cabeza. Desde que tengo 12, lo que con el tiempo supe que se llamaba migraña va y vuelve en mi existir demoliendo hoteles, cuerpo y alma. 

Hace unos años (unos cuantos), el neurólogo holandés Michel Ferrari aseguró que la distorsión cubista con que Pablo Picasso pintó algunas de sus grandes obras era producto de las migrañas que sufría y por esto desfiguraba los rostros en algunos de sus lienzos. Te creo, hermano, re puede ser. Yo veo doble, escucho doble, y somos un montón.

La doctora Fiorella Martin Bertuzzi es médica neuróloga del Hospital Italiano de Buenos Aires, con especialidad en cefaleas y neuralgias, y con unas redes sociales muy activas y generosas. Con ella hablamos para saber de estas afecciones que, bien tratadas, no deberían arruinarnos el día.

—¿Qué es cefalea? ¿Hay diferentes tipos de dolor de cabeza? 

—Para empezar, cefalea significa, literalmente, dolor de cabeza. Existe una clasificación internacional que reúne los criterios diagnósticos de casi 300 tipos de cefaleas, que van desde la migraña, la cefalea de tipo tensión -son los dolores más comunes o más conocidos, y los que llamamos cefaleas de tipo primaria- hasta dolores más raros como la cefalea neuralgia del trigémino o la cefalea en racimos. Y también están caracterizadas todas las cefaleas secundarias que son aquellas que vienen por algún trastorno subyacente o un trastorno de base, como una infección de senos nasales, una infección viral generalizada como fue el caso del COVID o algunos otros tipos de dolor por traumatismo, por accidente cerebrovascular u otros. 

Obviamente, cada tipo de dolor de cabeza tiene sus características particulares y el diagnóstico se basa principalmente en el interrogatorio del paciente, en las características del dolor, que son la duración del dolor, intensidad, la cualidad -es decir, si aprieta, si pincha, si arde, si corre electricidad, etcétera-, y también si existen síntomas acompañantes. En la mayoría de los casos, tenemos que descartar otras causas con un buen examen neurológico como un examen físico y a veces con una imagen de cerebro, la cual, la mayoría de las veces, va a ser completamente normal porque la mayoría de los dolores de cabeza que andan dando vueltas por el mundo son cefaleas de tipo primaria, es decir: no hay un sustrato, no hay una enfermedad subyacente, sino que son dolores de cabeza generados por mal funcionamiento, por así decirlo, de algunas funciones neuronales que no son visibles en este momento por las técnicas de diagnóstico actuales.

—¿Por qué la migraña es la más conocida?

—La migraña quizás es la más conocida porque, dentro de los dolores de cabeza, es la más discapacitante. La migraña es un dolor que progresa, que termina siendo fuerte, que en algunos momentos late, que en algunos momentos agarra más de un lado de la cabeza que del otro, que se acompaña de empeoramientos con el movimiento (es decir, al paciente le duele más la cabeza cuando se mueve) y que se acompaña de molestias a la luz, molestias al sonido, náuseas, vómitos y algunos otros síntomas.

La migraña está presente en aproximadamente el 10% de la población. De hecho, en Argentina, tenemos un estudio hecho en el 2018 en el que salió que el 9,5% de los argentinos tiene un dolor de cabeza compatible con migraña. Por lo tanto, es extremadamente frecuente y es mucho más frecuente en mujeres que en varones: a grandes rasgos, 1 de cada 20 varones y 1 de cada 7 mujeres va a tener migraña. Es súper frecuente. 

—Entonces, como decís, “la migraña no es un simple dolor de cabeza”… 

—La migraña no es un simple dolor de cabeza por esto mismo: porque tiene muchos síntomas acompañantes. Además, la migraña se produce con fases. 

En realidad, la migraña es de origen genético, nacemos ya con la predisposición. Hay evidencias científicas de que tenemos un cerebro más sensible a la luz, al sonido, al tacto y posiblemente al movimiento, entonces, frente a algunos estímulos, se activa un mecanismo que nos va a buscar proteger de modo de que nos busquemos un refugio, nos escondamos en una cueva básicamente. 

Entonces, lo que va a generar es, primero, una sensación de sueño, bostezos, ganas de comer comidas hipercalóricas, retención de líquidos, un tipo de síntomas que se llaman “síntomas prodrómicos” y que son síntomas del hipotálamo. Después, hay algunos pacientes que van a tener “aura”, que es un fenómeno neurológico con una distorsión visual que dura entre cinco minutos y una hora en la mayoría de los casos. Siguiente, empieza el dolor de cabeza… que el dolor de cabeza no es solo dolor de cabeza, es también náuseas. Es también molestias -como te decía- a la luz, al sonido, es también sueño, es también intolerancia al movimiento, también un montón de otras cosas que pueden suceder. Es también frenada del estómago, entonces estoy inapetente. Y después de que pasa el dolor de cabeza, todas esas áreas cerebrales que estuvieron generando y procesando todos estos estímulos se tienen que recuperar y tenemos lo más llamado coloquialmente “la resaca” o el postdromo de la migraña, que es la etapa de recuperación, que puede durar hasta tres días más. Entonces, sumando el pródromo que puede durar entre 12 y 24 horas, más hasta 3 días de dolor de cabeza y que puede durar 4 y 72 horas la crisis, más entre 12 y 72 horas el postdromo… podemos estar tranquilamente una semana entera con síntomas de migraña, de la cual tres días tuvimos dolor fuerte, pero el resto de la semana nos sentimos pésimo.

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¿Podemos hablar de impacto social de la migraña?

—La migraña puede perjudicar las relaciones familiares y sociales, además de reducir la calidad de vida. Si uno esto lo tiene una vez cada tanto, podés verla venir y tomar un analgésico rápido. Ahora, si esto ocurre bastante seguido, qué sé yo… dos veces por semana, y aunque la crisis sea corta, la cola de una crisis se junta con el inicio de la siguiente y terminamos generando un estado de todo el tiempo hipersensibilidad a los estímulos. Entonces, no terminamos de salir nunca y esto es lo que se llama cronificación. Cuando pasan tres meses, esto se instala y entonces tenemos casi siempre un dolorcito de cabeza de base, donde todo el tiempo estamos como contracturados, tensos, con la cabeza dura y en el medio, dos o tres veces por semana, tenemos dolor más de tipo migrañoso. Esto se puede repetir por años. 

Imagínate que si uno tiene una crisis aguda de migraña, pierde el día, cuando se cronifica, ya no pierde el día, pero va perdiendo capacidad de concentración, memoria, ya no podés hacer tanto ejercicio, ya no podés planificar tanto las actividades porque no sabés cuándo puede llegar a empeorar tu dolor de cabeza. Empieza a limitar la comida, te empieza a limitar un montón de otras actividades, la actividad física te empeora el dolor, si te movés mucho en auto o colectivo, y te mareás, etcétera. Entonces, poco a poco, te va generando una restricción progresiva de la calidad de vida. Y ese es el verdadero impacto de la migraña crónica en la cotidianidad. La buena noticia es que tiene el tratamiento, que se basa en lo farmacológico y en lo no farmacológico.

Y no olvidarnos de la autocompasión, que es cuidar de uno mismo y dejar de autoexigirse estar presente, estar bien y perfecto todo el tiempo. Esta exigencia pone al límite tus capacidades y no te permite escuchar tus propias necesidades por encima de las de los que te rodean. Por eso, es necesario trabajar con quien te acompaña para que el dolor de cabeza no sea un conflicto, sino un encuentro. No olvidar que el dolor de cabeza responde a una señal de alarma y es muy importante que la comunidad -como familia, como amigos- podamos acompañar a las personas con dolor.

—Tus redes están llenas de tips y consejos, y se agradece. ¿Nos sintetizás algunos importantes?

—El primer consejo en tratamiento es que si nosotros la vemos venir y tenemos días libres de dolor, pero la vemos venir que empieza, tratemos el dolor ahí nomás. En el mismo momento que nos damos cuenta que nos está empezando una crisis, tratemos el dolor porque, de esa forma, evitamos que se activen otros mecanismos que potencian la crisis. 

Si nosotros ya estamos en una fase de cronificación, donde el dolor es más seguido, ya es necesario hacer prevención y esto se hace con neuromoduladores o con moduladores del sistema nervioso autónomo -ya sea medicaciones vía oral o inyectables-, que está bueno que los haga un especialista para tratar de deshabituar, desaprender, el dolor continuo. Lo mismo si tomamos analgésicos todos los días: hay que tratar de retirar esa medicación. Y muchas veces no se puede dejar sola, no se puede dejar de un día para el otro y decir «dejo de tomar ibuprofeno todos los días». Entonces, lo que hacemos es generar una base de neuromodulación o de modulación del sistema nervioso para que uno pueda dejar de tomar los analgésicos de todos los días y, de esa forma, soportar mejor y tener menos dolores.

De todas maneras, en líneas generales, la vida saludable, la actividad física, la buena gestión del estrés, el dormir bien y el comer bien son todas cosas que uno tendría que tener como bandera cuando uno tiene la predisposición genética de ser migrañoso.

Un tip: un buen remedio casero para el dolor de cabeza es tomar una rica infusión. Por ejemplo, de manzanilla y té verde (que tiene efecto antiinflamatorio) o de jengibre (con efecto antiinflamatorio y analgésico).

*Por Soledad Sgarella para La tinta / Imagen de portada intervenida por Soledad Sgarella.

Palabras claves: salud

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