Verano a pata, cascaditas para conocer en la Reserva Natural Vaquerías
En Valle Hermoso, a 65 km de la capital cordobesa, se puede visitar la reserva natural de la UNC para conocer un extracto de flora y fauna nativa. Tiene un sendero bien señalizado y apto para todo público por el que se llega a dos cascadas preciosas. Y lo mejor, la entrada es gratis. En esta nota, te compartimos cómo llegar a la reserva y sus cascadas, tips para la caminata y algo de lo que conversamos con uno de sus guardaparques.
Por Inés Domínguez Cuaglia para La tinta
Veranito cordobés. Tiempo de descansar, transpirar, respirar. Buscar arroyos, mojarse las patas, fijar la vitamina D bajo el sol. Leer un libro, juntarse con amigxs, tomar mates eternamente. Sobre gustos y descanso, no hay nada escrito. La naturaleza es siempre una buena opción.
A solo 65 km de Córdoba, en la localidad de Valle Hermoso, se encuentra la Reserva Natural Vaquerías que pertenece a la Universidad Nacional de Córdoba. Se llama así porque, en la época de los Jesuitas, esta zona era usada para la cría de ganado vacuno. Se sabe también que fue un lugar de paso del Camino Real. Y que, en 1900, Antonio Marcuzzi comienza a construir el complejo hotelero que se encuentra a la entrada de la reserva. En los años 70, la UNC compra estas tierras, hoy, complejo turístico y reserva natural. Unas 400 hectáreas de bosque serrano funcionan como aula viva para estudiantes de todos los niveles y como laboratorio para investigadorxs y científicxs que se acercan a conocer y estudiar la cuenca, flora y fauna nativa. También es un hermoso destino turístico para pasar el día y hacer caminatas ATP, descubrir cascadas y miradores rodeados de un entorno natural increíble. Estos paisajes encantadores, que cambian mientras el año avanza, siempre son una linda opción para volver a conectarse con los sonidos de la naturaleza y su inmensidad.
La reserva, que alberga una muestra representativa del bosque serrano, es atravesada por el arroyo Vaquerías y protege una parte importante de la cuenca con toda su flora y fauna nativa. También se dedica a controlar la expansión de especies exóticas y hace un fuerte trabajo en educación ambiental.
“El objetivo principal que tenemos es proteger la biodiversidad del bosque serrano y hacer actividades de educación ambiental. La reserva, al ser periurbana, tiene una incidencia muy fuerte en todo lo que es actividades educativas. Otro de los objetivos principales es generar conocimientos. Por ser una reserva de la Universidad Nacional de Córdoba, acá se han realizado y se realizan muchas actividades de investigación”, cuenta el guardaparque Joaquín Piedrabuena en comunicación con La tinta.
Joaquín también nos cuenta qué tareas realizan los guardaparques en una reserva como esta. Empieza diciendo que “las áreas protegidas sin guardaparques son solo áreas. Digo esto para graficar la importancia de que estos espacios estén ocupados por profesionales de la conservación como guardaparques”. Joaquín explica que realizan numerosas y variadas actividades que distingue en tres principales, unas relacionadas al rol de control y vigilancia del espacio, otras relacionadas a la asistencia a la investigación y las más importantes que tienen que ver con la educación. En esta última, se detiene y nos cuenta que, cada año, reciben miles de estudiantes de escuelas que visitan la reserva y realizan actividades de recreación, pero, sobre todo, de educación ambiental y preservación de recursos. En este sentido, el guardaparque nos cuenta que tienen mucho vínculo con la población local y que realizan numerosas acciones con la comunidad.
“Creemos que, desde la reserva, podemos funcionar como un espejo. Como una forma de reflejar un montón de cosas que sería esperable que se hicieran en todos lados. Muchas de las cosas que se hacen para conservar el bosque serrano en la reserva se pueden replicar en otros lugares, me refiero, por ejemplo, al avance de especies exóticas invasoras y a las actividades de restauración ecológica”, afirma Piedrabuena.
En Vaquerías, también funciona un programa de voluntariado destinado a estudiantes de carreras como guardaparque, biología, geografía y gestión ambiental. La idea es que contribuyan con las actividades que se realizan cotidianamente en la reserva, mientras aprenden sobre conservación de áreas protegidas.
Para llegar a Vaquerías desde Córdoba, se puede ir en colectivo usando los que salen desde la terminal y bajar en Valle Hermoso. Desde allí, caminar 2,5 km aproximadamente hasta la entrada de la reserva. Otra opción económica, pero más lenta, es tomar el Tren de las Sierras que sale diariamente en diferentes horarios desde dos estaciones: Mitre (frente a la terminal) o la de Alta Córdoba, y también llega a Valle Hermoso. En auto, son 65 km desde la capital cordobesa por el Camino del Cuadrado, en el que se puede detener por unos mates o para comer algo rico en los paradores que se encuentran sobre la ruta y que, de ida o de vuelta, son una pausa obligada para fotear las Sierras Chicas y respirar el aire que siempre es más fresco allí.
Ya en el camino de tierra, previo a la reserva, está el Complejo Turístico Vaquerías. Hay que cruzar el vado y seguir hacia la izquierda unas 8 cuadras en subida. Se llega a la zona del diquecito y punto de partida para las caminatas. Aquí, hay que registrarse con el guardaparque que, además, brinda información sobre el recorrido y comparte las indicaciones necesarias para encarar una caminata por este bosquecito serrano.
Dos cascadas para disfrutar
Con el sol bien arriba indicando el mediodía, protector solar, gorra, agua, mate y el infaltable sánguche de milanesa, entramos al sendero que te conduce a cruzar varias veces el arroyo. Es una experiencia inmersiva. De fondo, un coral de pajaritos mezclado con el sonido del agua y las brisas frescas propias de estos senderos boscosos. Molles, talas, espinillos, piquillines, ahí al lado de quienes atraviesan este camino. Después de unos 30 minutos de marcha -que podrían ser menos, pero no se disfrutarían igual-, se llega a la Cascada de Los Helechos. Un salto de 10 m rodeado de sombra para descansar y agua para refrescarse. Es una cascada bien alta, pero poco profunda. Las infancias que llegan chapotean y siguen.
Una vez recuperada la energía, se puede seguir por un sendero bastante empinado, pero muy seguro, que conduce a la Cascada del Ángel. Entre la primera cascada y esta, serán unos 50 minutos más de marcha. La Cascada del Ángel es más pequeña, pero descansa en una olla profunda para nadar.
Luego, vienen los mates, las frutas o el pan casero, todo vale. Antes de las 18 h, hay que emprender el regreso por el sendero señalizado para hacerlo. Es una hora más de caminata por un caminito estrecho que hay que transitar con cuidado y desde el que se observa desde arriba todo el bosque que cuida Vaquerías, y, a lo lejos, el Camino del Cuadrado.
Recomendaciones de siempre, pero que nunca están de más
Llevá tu agua, traé tu basura (colillas de cigarrillos, cáscaras de frutas y yerba, aunque orgánicas, también son residuos y tienen que volver con vos). Nada de lo que llevamos de casa le sirve al monte.
Llevá comida liviana, gorra, protector solar puesto (y para reponer cada dos horas) y unas buenas zapas de trekking con suela que no resbale y amortigüe el andar entre piedras. Para esta caminata, también sirven las sandalias de trekking, ya que hay que cruzar por el agua varias veces. Caminá con atención, disfrutando el paisaje, pero concentradx, la naturaleza se respeta. La Reserva Vaquerías está muy bien señalizada, hay que seguir carteles y flechas, no salir de los senderos marcados. Aunque parezca una recomendación de más, NO se puede hacer fuego y, si fumás, apagar bien y guardar las colillas en la mochila.
Esta es una caminata súper ATP y de entrada gratuita. Un imperdible de verano, aunque dicen que también es preciosa en otoño.
Distancia desde Córdoba: 65 km
Tiempo de marcha estimado a Cascada Los helechos: 30 minutos
Complejidad: Baja
Tiempo de marcha estimado a Cascada del Ángel: 60 minutos
Complejidad: Moderada
Recomendaciones de equipo: Mochila liviana con agua y comida. Zapatillas o sandalias de trekking (hay que cruzar muchas veces el arroyo). Gorra, protector solar, lentes de sol, abrigo, bolsa para residuos.
*Por Inés Domínguez Cuaglia para La tinta / Imagen de portada: Inés Domínguez Cuaglia.