Intermitente: laboratorio artístico experimental
Durante la pandemia, vio la luz el laboratorio de prácticas artísticas contemporáneas, “Intermitente Lab”. Artistas cordobeses, de Argentina y el mundo producen arte con todas las cualidades de nuestra época, poniendo el foco en las problemáticas ambientales y en una práctica del paisaje que tiene como eje el cuerpo en movimiento.
Por Inés Domínguez Cuaglia para La tinta
En Córdoba, hay un laboratorio artístico que surgió como obra colectiva durante el aislamiento del 2020. Durante cuatro meses, una lista de instrucciones para producir una obra giró por los talleres de distintos artistas de la ciudad. Nahuel Sánchez Tolosa, docente, artista, gestor cultural y el creador de esta iniciativa, cuenta que, a partir de aquella experiencia pandémica, percibió la necesidad de generar otro tipo de espacio para poner a circular prácticas y decires artísticos.
Intermitente es su nombre. Como lo que se enciende, se apaga, se vuelve a encender. Con ese espíritu, nace la propuesta, teñida por las formas de hacer creativo que marcaron a Nahuel durante los meses de cuarentena estricta: hacer con lo que había a mano, lejos del taller. Hacer, dejar, volver a empezar.
“Se trata fundamentalmente de un espacio que propicia diversos procesos artísticos a través de la esencia de un laboratorio. Es decir, a partir de proyectos, ensayos, pruebas, ejercicios, experimentos, se promueve el encuentro entre artistas y agentes del ámbito de la Cultura para producir conocimiento e imágenes que permitan crear otros mundos posibles”, describe el artista.
El laboratorio como formato del arte en la actualidad es una manera de pensar las prácticas creativas donde el proceso es obra, valen el ensayo y el error. Y lo que se hace, piensa e investiga, se escribe, se editorializa y, luego, se difunde. “El formato laboratorio me parece algo muy interesante y es propio de la producción hoy en los grandes centros de arte. Por ese motivo, Intermitente asume esa piel”, afirma Sánchez Tolosa.
Un laboratorio artístico convoca al encuentro, habilita la construcción colectiva. En este punto, la idea de autoría se reconstruye de forma horizontal desde el intercambio y el debate. Es una manera de cambiar o de romper con la vieja idea del taller del artista romántico, solitario. Hacer arte hoy es hacer con otrxs.
Desde Intermitente Lab, piensan la producción del arte con todas las características de contemporaneidad o, más bien, de post-contemporaneidad. Un arte inmerso en las problemáticas de nuestra época y no solo en las problemáticas, sino en las lógicas de vida. La experiencia práctica, soportes, materiales, lenguajes, vías de circulación se tiñen de la humanidad que somos, de las nuevas tecnologías, las pandemias globales, los desastres naturales y todo lo que nos conecta.
“Creemos que resulta fundamental (re)pensar lo contemporáneo desde interrogantes que nos exijan preguntarnos acerca del modo en que vivimos y cuáles son los costos de nuestro accionar para el resto de la humanidad”.
Desde su nacimiento, Intermitente ha participado con propuestas en muestras colectivas en la ciudad de Córdoba y también en otros lugares del mundo. En agosto, formaron parte de Híbrida, la muestra por el 8° aniversario de 220 Cultura Contemporánea. En noviembre, inauguraron la propuesta de Correo Intermitente: Arte por Correspondencia. Actualmente, una de sus producciones editoriales se encuentra en una muestra en Chile, de la mano de Plataforma Mínima. Y, en enero, llegarán a Tucumán, Tafí Viejo y se instalarán en Fulana Galería.
Intermitente Lab cuenta con cinco formatos de trabajo activos que incluyen el quehacer de artistas, gestorxs y curadorxs de Córdoba y otras provincias de nuestro país. A la vez que participan desde Chile, Brasil, Colombia, España y Rusia.
Proyecto Panorama. Inspiradxs en la noción del Antropoceno, a partir de la producción artística, buscan reflexionar sobre nuestro habitar y accionar en los territorios que vivimos.
Ensayos Intermitentes. Es una propuesta de escritura donde se invita a referentes del ámbito artístico a producir textos breves sobre temáticas referidas al hacer artístico contemporáneo.
Desorientaciones del Dibujo. Se trata de artistas que salen a caminar y dibujar por los barrios más tradicionales de nuestra ciudad, buscando resignificar el valor patrimonial y cultural de los mismos. Este proyecto recibió el reconocimiento del Programa OBRAR de la Secretaría de Cultura de la Municipalidad de Córdoba.
Programa Accionar. Es un sistema de formación en intercambio que busca descentralizar la producción artística, apostando a construir redes y nuevos mapeos del arte contemporáneo. Va por su segunda edición en Tucumán, se realiza con formato virtual y exhibiciones presenciales.
Artifacts. Es un proyecto colaborativo con Content Showroom de Rusia donde lxs artistas hacen caminatas, registros y recolecciones para comunicarse desde el arte postal. Después, realizan piezas de joyería contemporánea.
Este laboratorio posee una serie de publicaciones editoriales a las que se puede acceder de manera virtual. Se trata de producciones gráficas que registran los diferentes procesos que vienen haciendo.
“Creemos, de manera rotunda, que los procesos editoriales en sus versiones papel y digital significan una evidencia tangible y observable del trabajo que hacemos. También funcionan como motores de circulación, aunque su alcance sea otro en relación a las redes. Los procesos editoriales habilitan a explicar las prácticas y su relevancia, dar antecedentes, es decir, a contextualizar históricamente esas prácticas, dar sentidos, resignificar, posibilitar otros mundos posibles”, dice con toda certeza Nahuel Sánchez Tolosa. Sin dudas, editorializar es una manera de democratizar la circulación, recepción y lectura de las artes.
La iniciativa Intermitente tiene como características comunes las prácticas artísticas contemporáneas abordadas por lo colectivo y socializadas fundamentalmente a través de las redes. “Nuestras prácticas surgen, se desarrollan y se sostienen desde la grupalidad. Entendemos que, en ese gesto, contribuimos y apostamos a un arte democratizador y accesible a todxs”, explica su creador, que también se refiere a las redes sociales como vía de difusión. Las eligen por el nivel de masividad en relación a la comunicación y como una manera de ejercicio pedagógico donde la producción artística es acompañada por relatos que cualquier persona puede entender.
Laboratorio Intermitente se autogestiona, piensa arribos posibles, prioriza los procesos, democratiza la circulación y la recepción de los mensajes artísticos que involucran la reflexión por parte de quien hace y quien mira. Es que nunca está de más decir que hacer arte es pensar, es producir-se preguntas, es encontrar destinos nuevos con otrxs, en red.
*Por Inés Domínguez Cuaglia para La tinta / Imagen de portada: Laboratorio Intermitente.
