La Asociación de Reducción de Daños nace en 1999, a partir del encuentro de múltiples profesionales que apostaban por un cambio de paradigma en las políticas públicas sobre drogas, promoviendo alinearlas con la salud, los derechos humanos y la evidencia científica. Muches de elles venían del Centro de Estudios de Drogadependencia y Sida (CEADS) de la Universidad Nacional de Rosario (UNR).
Desde CEADS, en 1994, se activó el primer dispositivo de reducción de daños con talleres de desinfección de equipos para usuaries de drogas inyectables. Hacia fines de los 90, esa iniciativa dio pie a la instalación del primer programa con distribución de equipos de inyección en una institución de salud pública: el Centro Regional de Salud Mental “Dr. Agudo Ávila”, ex Hospital Psiquiátrico de Rosario.
La «Cajita» que repartía ARDA, entre fines de los 90 y principios de los 2000, incluía dos jeringas, agujas, un recipiente estéril para preparar la droga, dos sobres de algodón con alcohol, dos aguas destiladas, dos preservativos y un Manual de Inyección.
El Servicio Asistencial en Drogadependencias y Sida (SADyS) funcionó hasta 2020, cuando cerró sus puertas tras más de 25 años de trabajo, debido al desfinanciamiento que sufrió durante la pandemia de COVID-19, por decisión de la Provincia de Santa Fe.
En aquellos años, el enfoque era novedoso y hablaba de un cambio de paradigma, más aún en instituciones públicas. Como nos cuenta Silvia Inchaurraga, secretaria general de ARDA y doctora en Psicología, el dispositivo «venía a reformular, porque no se trataba de la política de la abstinencia y del abordaje centrado en la sustancia, sino de un modelo innovador centrado en la subjetividad y asociado a la modificación de las condiciones en las que se daba ese consumo, a partir de estrategias para reducir los daños mientras la persona podía continuar con ese consumo en forma activa”.
ARDA tomó como bandera la reforma de las políticas de drogas desde su creación. “Instamos desde el inicio por despenalizar la tenencia de drogas para el consumo personal, modificar la ley de drogas 23.737 y, en particular, por reformar la política pública; no solo la política sanitaria, sino también la política legislativa porque consideramos que uno de los daños más significativos y más serios es el que produce la prohibición”, detalla Silvia.
La ONG trabaja en la reducción de daños (RD) en distintos escenarios. Sus inicios están asociados a los patrones de consumos que tenían que ver con el uso de inyectables. “Nuestros proyectos nacieron en los barrios, en los dispositivos sanitarios que intentaban contactar a aquellos que no llegaban a él, instalando consejerías y dispositivos en los sectores más vulnerables. Actualmente, en la ciudad de Rosario, tenemos un programa que desarrollamos desde el CEADS con la colaboración también de ARDA. Es un proyecto focalizado en escenarios de gran vulnerabilidad social y fundamentalmente en los asentamientos urbanos irregulares. Desde el año 2000, venimos trabajando en los escenarios festivos, hemos desarrollado proyectos en diversos eventos multitudinarios con el programa Sexo y Rock & Roll, convocando también a las bandas a transmitir los mensajes, elaborando material comunicativo parafraseando las letras de las canciones para hablar de drogas”, relata la secretaria general.
ARDA también participó en múltiples festivales, recitales y eventos con stands de reducción de daños. En la ciudad de Rosario, hoy existe un programa de RD en fiestas electrónicas que viene a continuar con esta línea de trabajo que tienen en ARDA. Repasando su historia, Silvia nos dice: “Hemos sido pioneros en el testeo de pastillas de forma clandestina”.
A sabiendas de la adulteración reinante, ARDA, desde sus comienzos, realizó dispositivos de RD para el testeo de sustancias con reactivos colorimétricos. Se realizan en fiestas under de varios puntos del país, especialmente en Rosario y Buenos Aires, aunque recientemente también en Mar del Plata, como nos cuenta Patricio Liddle, secretario de Juventudes y Medios Digitales en la ONG. “Estos dispositivos siempre se realizaron de forma clandestina, dadas las condiciones legales que convierten a los testeos en una práctica de salud que puede ser castigada penalmente“, explica.
Durante la década del 2000, se realizaron estos análisis de drogas utilizando “principalmente el reactivo de ‘Marquis’“, que permite detectar la presencia de MDMA en una muestra, y permitió visibilizar en esos ambientes la problemática de la adulteración en el mercado ilegalizado“, detalla Liddle.
Primeras marchas por la marihuana en Argentina
En 2002, se realizó la primera concentración por la marihuana en la ciudad de Rosario. El título de la convocatoria fue “Cura, no guerra: Marcha contra la intolerancia”.
Como nos cuenta Silvia, la marcha se organizó por un grupo de profesionales del CEADS, que luego se agrupó en ARDA, junto a agentes de salud en programas de RD y acompañados por la Red Argentina en Defensa de los Derechos de los Usuarios de Drogas (RADDUD).
Aquella concentración fue en el marco de la manifestación global denominada “Million Marijuana March“, el nombre anterior de lo que hoy se conoce como Marcha Mundial de la Marihuana (MMM), un evento que se realiza desde 1999 de forma simultánea y autónoma, el primer sábado de mayo cada año en ciudades de todo el mundo.
La manifestación fue en la plaza Pringles de Rosario y convocó a más de un centenar de personas usuarias y profesionales con una posición filosófica disruptiva.
Un año después de esa actividad en Rosario, la movida organizada por ARDA y la RADDUD se mantuvo en plaza Pringles y se expandió hasta el Rosedal de Palermo, en la Ciudad de Buenos Aires. Ahí convocó a más de 15 mil personas, en el mismo lugar donde ya se concentraban manifestantes que reclamaban por la marihuana desde 2001.
Así, la Million Marihuana March (MMM) tuvo su versión porteña con un festival que no solo reclamó por el cannabis, sino también por la despenalización de la tenencia de drogas para consumo personal.
Reducción de daños en Latinoamérica
Le pedimos a Silvia que reflexione sobre las particularidades de la RD en la región y desarrolló dos ideas.
“Una es que siempre la RD en América Latina ha tenido que enfrentar todo el atropello de la prohibición y de las políticas abstencionistas. En nuestra región, no solo se demonizan y estigmatizan a los que consumen drogas, sino que también se han demonizado y estigmatizado a profesionales como nosotros, que hemos sido pioneros en este abordaje. Se ha acusado al modelo y a los profesionales que lo llevamos adelante de apología de la droga o de incentivo del consumo. Cuesta mucho a quienes somos profesionales que venimos de la academia demostrar con la evidencia científica que es necesario modificar las políticas de drogas. Nos ha costado mucho justamente hacer la defensoría, la advocacy de este modelo y esta es una de las dificultades que enfrentamos”.
Sobre la segunda particularidad, la secretaria general de ARDA puntualiza: “La reducción de daños en América Latina se hace en los contextos de mayor vulnerabilidad social donde, justamente, se maximizan los daños. Consumir drogas en escenarios de pobreza está asociado a solventes, pasta base o cocaína de bajísima calidad… Lejos de cuestionar el modelo, esta realidad lo viene a legitimar, porque son mayores los daños. En los escenarios de vulnerabilidad social, este modelo pasa a ser mucho más necesario y debería legitimarse como parte de las políticas oficiales».
El folleto de Morón
En abril de este año, circuló en Twitter la captura de pantalla de una historia de Instagram de la Dirección de Juventudes de Morón, donde aparecía un folleto de RD en el uso de drogas. El volante se repartió en el marco de un festival que terminaba con una fiesta electrónica y un recital de rock.
La captura del folleto fue compartida por dirigentes políticos opositores en tono alarmista y se alentó un pánico moral por las indicaciones del folleto, que daban consejos como “Cocaína / pastillas: tomá poquito para ver cómo reacciona tu cuerpo“. Los medios rápidamente construyeron una polémica bajo la falsa idea de que el folleto promovía el consumo.
“Al otro día, fuimos tapa de Clarín y La Nación con el folleto. Pero el folleto es la punta del iceberg; porque se enmarca en una actividad que estaba previamente preparada y detrás tenía muchos años de trabajo con el municipio“, nos cuenta el presidente de ARDA, Gustavo Zbuczynski.
En 2021, el municipio de Morón, con el apoyo de ARDA, aprobó por unanimidad la ordenanza 20477/2021 que dispone la creación del “Programa de Reducción de Riesgos y Daños asociado al consumo de sustancias psicoactivas legales e ilegales“. La norma promueve “transmitir a la población usuaria conocimientos acerca de los procedimientos adecuados para minimizar los riesgos y daños inherentes al consumo“.
El folleto brindaba información de RD para quienes ya decidieron consumir sustancias psicoactivas legales o ilegales, y se había realizado en conjunto con ARDA. El volante es una herramienta elemental y una práctica básica en los programas de RD que buscan informar sobre medidas de cuidado de la salud a la hora de consumir una sustancia determinada.
Como balance del suceso, Gustavo nos dijo que “había una línea de trabajo de RD con las personas que en ese evento iban a hacer uso de drogas. Eso nos da tranquilidad porque no hubo improvisaciones de ningún tipo, esto se enmarca en la seriedad de una organización que tiene más de 25 años en la materia y que no improvisa con estas cosas“. Además, valoró positivamente el revuelo: “Nos permitió llegar a todo el país, quizá no de la forma que hubiésemos querido, pero nos dio una excelente oportunidad para poner en discusión un tema para el que nunca hay tiempo, nunca están dadas las condiciones“.
Usar drogas en Argentina
Sobre las problemáticas que enfrentan las personas que usan drogas en Argentina, Silvia puntualiza: “Acá se enfrentan los riesgos y los daños de la prohibición, la posibilidad de morir por una droga adulterada, como pasó recientemente en la tragedia de la cocaína adulterada. En Argentina, es posible morir por consumir sustancias de composición química desconocida, dadas las características de este mercado cada vez más redituable donde se estiran y se cortan, es decir, se adulteran las sustancias. Estas características del mercado ilegal de las drogas hace que las personas se expongan a muchísimos riesgos y muchísimos daños que hacen todavía más necesarias las estrategias de reducción de daños“.
Como relata la secretaria general de ARDA, otra de las características es el avance sostenido de la lógica del abstencionismo, de la mano dura, del encierro y del aislamiento de las personas que consumen drogas; algo que dificulta la posibilidad para encontrar dispositivos amigables desde una perspectiva de derechos. “Faltan dispositivos centrados en la problemática subjetiva y no en consumir o no consumir una sustancia”.
En los últimos años, ARDA impulsó campañas por la despenalización de la tenencia de drogas, RD en el uso de nicotina y formaciones de promotores en RD en todo el país. Además, dan la lucha por la implementación de la ley de salud mental y la aplicación del paradigma de RD en entornos de nocturnidad.
*Por Revista Mate / Imagen de portada: Revista Mate.