Histórica movilización docente
En el día de ayer, miles de docentes ocuparon las calles de Córdoba expresando el malestar que se vive día a día en las aulas. Con una movilización histórica por su magnitud, salieron a exigir que el salario se aproxime a la inflación, el fin a la sobrecarga y precarización laboral, condiciones dignas de trabajo y la derogación de las leyes que ajustan las jubilaciones.
Por Redacción La tinta
La medida fue decidida por asambleas en los distintos establecimientos de todos los niveles y modalidades, oficiales y privadas, de la provincia de Córdoba. Como parte de un plan de lucha, tras asambleas en los establecimientos y con altísimos niveles de malestar, un gran porcentaje de docentes de toda la provincia adhirió al paro asistiendo a la movilización de ayer, miércoles 31 de agosto. Desde las 10 de la mañana, se concentraron en la sede de la Unión de Educadores de la Provincia de Córdoba (UEPC), de calle Maipú al 30, para comenzar a marchar cerca de las 11. Miles de docentes coparon la ciudad en un recorrido por las principales calles del centro de la capital cordobesa. El apoyo de las personas que no participaban activamente de la movilización dio cuenta de que el reclamo no es exclusivo de las aulas, sino que afecta a toda la comunidad.
“Es histórica”, se repetía. La larga columna de unas quince cuadras, los cantos, pancartas y banderas expresaron el descontento a la conducción gremial de UEPC, a la difícil situación que la comunidad educativa vive cotidianamente y, por supuesto, a la última oferta de aumento salarial del Gobierno provincial. La docencia dijo basta. El Estado, el Ministerio de Educación y el sindicato no pueden desoír los reclamos.
La pérdida del poder adquisitivo en los salarios docentes escala año tras año. Desde el 2016 hasta la fecha, las remuneraciones en educación han sido de las más atrasadas en el sector público de la provincia. Un dato clave revela la situación: hoy, el salario básico es de 35 mil pesos por debajo de la canasta básica. La conclusión es simple: a nivel salarial, gran porcentaje de les trabajadores de la educación se encuentra debajo de la línea de pobreza.
Desde el año 2020, la docencia ha sido sometida a diferentes procesos y decisiones estatales que generaron sobrecarga y precarización laboral. Decisiones ministeriales que aún hoy continúan descontextualizadas y que representan trabas en el trabajo cotidiano. A su vez -un reclamo que la docencia mantiene desde el inicio de la pandemia-, nunca se consultaron con las bases las diferentes políticas que se tomaron en aquel tiempo y que hoy parecieran ser la punta de lanza de una reforma educativa que se viene cultivando desde hace varios años.
El ajuste que reciben les jubilades, principalmente desde la promulgación de la Reforma 10.694, es otro de los fuertes reclamos que se escucharon hoy en las calles. “Esta jornada histórica es la convergencia de muchas voluntades que venían intentando poner en lo público la situación de precarización y profundización que estamos viviendo y que están viviendo las jubiladas y jubilados con un salario que, en algunos casos, es un poco más de la mitad”, explica a La tinta Sandra Lario, de Educadores desde el Sur.
Sumado a todo esto, el fallecimiento de Karina Moyano el pasado 11 de agosto, docente de nivel inicial, tras el sistemático acoso laboral que recibía -fruto también de las presiones a las que son sometides les docentes-, fue lo que terminó de encender la bronca. “Es un malestar que estamos viviendo, quieren que volvamos a una normalidad que es de la disciplina, el autoritarismo, de la escuela que tiene que ser productiva sin recursos, sobre nuestras espaldas, con el cansancio de las presiones absurdas de las inspecciones y de todo lo que baja de un Ministerio que nunca viene a las escuelas”, enfatiza la educadora. Además, se suma la falta de presupuesto, los ajustes en educación y las propuestas de recomposición salarial. “Fue una burla ofrecer el 1% y hacernos discutir de nuevo. Todo eso se ha volcado ahora”, señala.
La bronca acumulada se visibilizó en las calles. También la organización. El miércoles 10 de agosto, tras concretarse el segundo paro nacional -el primero fue el 8M-, la docencia paró y marchó. Con un porcentaje muchísimo menor de acatación y de concurrencia que la de ayer, un sector de aquella marcha decidió no terminar la convocatoria en el Centro Cívico y se movilizó hasta el local de UEPC. Bajo cánticos en contra de la conducción y con la consigna clara de “paro y movilización”, se logró que el gremio presentara un plan de lucha basado, principalmente, en asambleas por escuelas.
La última propuesta de aumento salarial fue rechazada en la asamblea departamental del día viernes 26 de agosto. La miserable oferta del Gobierno provincial proponía un aumento de menos del 40% dividido en partes: 12% en julio, 8% en septiembre, 10% en noviembre y 6% en enero del próximo año.
Las asambleas por escuelas, las zonales, las acciones frente a los establecimientos -principalmente con carteles y pancartas- y las discusiones que se dieron al interior de cada espacio educativo hicieron que la acatación al paro del día de ayer fuera altísima. Mientras el Ministerio habló de un 61% de adhesión, el gremio dijo que superó el 80%.
El apoyo
En avenida Colón, unas dos mil personas con carteles y banderas rojinegras aplaudieron el paso de la marcha. Eran vecines de unas 40 barriadas de Córdoba, integrantes del Frente de Organizaciones en Lucha (FOL), un movimiento social que decidió salir a la calle a acompañar los reclamos del sector. “Estamos en apoyo a la jornada de paro y movilización docente -explicó a La tinta Ayle Macías, integrante del FOL-. Creemos que salir a la calle también implica la defensa de la educación pública y de calidad a la que asisten todos nuestros pibes y pibas”.
Reclamaron, además, al Gobierno de la provincia, equipamiento y conectividad para que estudiantes de distintos barrios puedan acceder a la escuela provincial de finalización de primaria que sostienen como organización. Por otro lado, demandan la contratación de sus cooperativas de trabajo para realizar el mejoramiento de los establecimientos educativos “que se caen a pedazos”, enfatizó Ayle.
Al finalizar la movilización, una parte de les docentes se dirigieron nuevamente a la sede de UEPC para manifestar el descontento con la conducción gremial que, expresaban, negocia a espaldas de les trabajadores, acuerda aumentos insuficientes y no da batalla para que no se descuenten los días de paro.
La docencia continúa en estado de movilización permanente. Se espera una nueva oferta. La calle habló. “No es hacer futurología, pero sí es el primer gran encuentro después de la pandemia y nos encontramos y nos reconocemos fuertes, y queremos otra escuela y otras condiciones de enseñanza-aprendizaje, así que eso no tiene techo”, concluyó Lario.
*Por Redacción La tinta / Imagen de portada: A/D.