Julio se tiñó de memoria: Córdoba tiene dos nuevos espacios reapropiados
Durante este mes, en la provincia de Córdoba, se realizó la señalización de dos sitios de la memoria: el ex Grupo de Artillería 141 José de la Quintana, actual Refugio Libertad, y la Imprenta del Pueblo Roberto Matthews.
Por Redacción La tinta
El 2 de julio, la organización Trabajadores Unidos por la Tierra (TraUT) junto a vecines y organizaciones de la zona lograron que la Dirección Nacional de Sitios y Espacios de Memoria de la Secretaría de DD. HH. de la Nación señalice el ex Grupo de Artillería 141 José de la Quintana como Sitio de la Memoria. Se trata de un predio ubicado la ruta E56, a 25 kilómetros de Alta Gracia, que fue recuperado por TraUT con acciones comunitarias y productivas.
Tres semanas después, el pasado sábado 23 de julio en la ciudad de Córdoba, se realizó el acto de señalización oficial de la Imprenta del Pueblo Roberto Matthews. Allí, entre el 73 y el 76, el PRT-ERP imprimió los periódicos El Combatiente, Estrella Roja y otras publicaciones, hasta ser apropiada por los militares y transformada en centro clandestino de detención y tortura. “Desde entonces, pasa a ser una desaparecida más de nuestra historia”, explica Valentina Sabán, integrante del colectivo que recupera esta Casa de la Memoria.
“La señalización ha sido posible gracias a la movilización popular, gracias a la lucha sostenida durante y pos dictadura -expresó en el acto Alicia Bello, compañera de Roberto Matthews-. Los militares hubieran querido olvido y difamación. Este es nuestro triunfo sobre los militares”.
La presencia de militantes setentistas, los testimonios y recuerdos, la memoria de les que ya no están, los abrazos compañeros, las expresiones artísticas y la palabra encendida desbordaron los protocolos. “El acto fue muy emotivo por la presencia central y clave de personas que han pasado por el lugar en calidad de detenidos desaparecidos y por el gran acompañamiento popular, de vecinos, de organismos de derechos humanos, de militantes, de compañeres. Fue una jornada inolvidable”, narra Adrián Camerano, integrante de TraUT.
Que el Estado señale estos sitios implica un reconocimiento simbólico importante y una medida de amparo legal y protección para que estén abiertos, llenos de vida y en movimiento. Es un mojón más de los procesos que se desarrollan en los espacios.
“Desde el 2019, nos hemos puesto manos a la obra para recuperar el lugar y que pueda tener vida de nuevo, ya que estaba como apagado, solitario y desde que entramos tiene vida ese campo, se hacen distintas actividades como chacra, quintas, cría de animales, cosas que se necesitan. Enseñamos a los niños que la tierra tiene vida y que tenemos que vivir de ella”, explica Hilda Rodríguez, integrante de TraUT y vecina de San Isidro, en relación al Refugio Libertad.
“En el sitio, estamos encarando un proceso de apertura del lugar, trabajando de modo organizado, autogestionado, intentando ir develando la historia con investigaciones, registros, recorridos, relevamientos -agrega Adrián-. Hay mucho por hacer, todo es urgente y todo demanda una lógica que no es de apuro, sino de conciencia, seriedad, profesionalismo y sistematización”.
En el caso de la imprenta, desde la recuperación del espacio en 2019, conformaron un equipo de trabajo autogestivo y militante que realiza diferentes tareas: arqueología y conservación, prensa, formación política, registro de la historia oral de la casa y mantenimiento del lugar. Recuperar el espacio y abrirlo a quienes quieran conocerla “es la posibilidad de continuar con las luchas que dieron les compas en los 70. Entrar en contacto con la imprenta significa entrar en contacto con los proyectos revolucionarios de América Latina. Aporta a pensar la actualidad desde el encuentro con esa generación, no desde la muerte, desde la tortura o desde la tristeza, sino desde la lucha por cambiar este mundo”, explica Valentina.
“Estamos repensando un sitio de memoria en una clave distinta a otros sitios, en función de las características y la historia del lugar, y de nuestros propios proyectos como organización social. Tiene más que ver con la reconversión que con el museo, con la resignificación que con el conservadurismo o la intocabilidad”, señala Adrián.
“La memoria activa del pueblo es una memoria que se nutre de estos actos, pero que todavía tiene un largo camino por recorrer”, expresa Alicia Bello en el acto de la Imprenta del Pueblo y continúa: “Para reparar, queremos saber dónde están los cuerpos, qué hicieron con cada uno de ellos, nosotros queremos que se abran los archivos porque archivos existen, los tenían la iglesia, los tenían los empresarios, los tenían los gobiernos municipales y los tenían en la fuerzas armadas”.
Para Adrián, se trata de volver a plantear la necesidad de justicia para quienes pasaron por ahí como detenidas desaparecidas y “para saber si en el fondo del predio hay cuerpos enterrados”. Una justicia que todavía tiene respuestas pendientes para con muchos ex centros clandestinos a lo largo y ancho del país, “que aún no han tenido un juicio que dilucide y castigue los delitos de lesa humanidad que ocurrieron en esos lugares”.
“No es que nosotros queramos recuperar a los 30 mil por una concepción melancólica, historicista. No. Queremos recuperar a los 30 mil porque los necesitamos, porque las luchas que hoy nuestro pueblo está dando no solo en Argentina, sino en América Latina y en todo el mundo contra el hambre, la inflación, la guerra, esas luchas requieren de nuestros 30 mil, de sus valores, de sus quereres, de sus afectos, de sus pensamientos -expresa Carlos ‘Vasco’ Orzaocoa en el acto de la Imprenta del Pueblo-. Esa es una responsabilidad colectiva, que nos compete a todos, esta tarea de recuperación histórica, porque es la forma de revertir la historia”.
*Por Redacción La tinta / Imagen de portada: Ezequiel Luque para La tinta.