Los universos cinematográficos: que sigan viniendo

Los universos cinematográficos: que sigan viniendo
13 mayo, 2022 por Redacción La tinta

El concepto de universo cinematográfico no es exactamente nuevo. Mundos donde sus personajes, con sus propias historias, interactúan entre películas. Eso suena re profundo, pero, aquí, el autor se pone solo nerd y se adentra en lo que ama y odia de cada universo. 

Por Sailor Mate para La tinta

Un universo cinematográfico es un conjunto de películas cuyas historias ocurren dentro del mismo universo. El concepto no es exactamente nuevo. Las primeras obras de este estilo en el cine fueron producidas en las décadas del 30 y 40 con el universo de monstruos clásicos de universal: Drácula (1931), Frankestein (1931), El hombre lobo (1941) y Abbott y Costello contra los fantasmas (1948). 

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(Imagen: Drácula (1931) Dir. Tod Browning y Karl Freund)

Luego, tenemos sagas de películas que, técnicamente, existen en el mismo universo, como las producciones de Pixar. Sin embargo, estas obras solo comparten detalles entre sí, como el peluche del oso Lotso (Toy Story 3) en Up o la camioneta de Pizza Planet en, básicamente, todas. Ahora, si les interesa un análisis más exhaustivo y, digamos, bizarro de cómo estas películas podrían estar conectadas, les recomiendo que lean la teoría de Pixar de Jon Negroni. Es un VIA-JE. Además, podemos hablar de sagas como el Señor de los Anillos y sus muy, muy inferiores precuelas que no nombraremos, o la de Harry Potter. Pero estas tienen conexiones casi exclusivamente cronológicas. Yo me quiero enfocar en algunos universos particulares que me resultan más interesantes, sobre todo porque están entrelazados de una forma un poco más compleja. Son mundos donde sus personajes, con sus propias historias, interactúan entre películas aportando más detalles que enriquecen cada película y el universo en sí. Eso sonó re profundo, pero sepan que ahora me voy a poner re nerd. 

Empecemos por el que todos conocemos, al menos de nombre: el universo cinematográfico de Marvel. Arrancó con timidez en 2008 con Iron Man y cambió el juego de lo que se podía hacer con historias de cómics con Vengadores en 2012. Esta película la rompió, así de simple; y dejó el camino para que Disney empezara a producir más y más películas, y no parar hasta conquistar el mundo. 

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(Imagen: Los Vengadores (2012) Dir. Joss Whedon)

Yo no podría ser más feliz: estas películas son mi falopa, me mantuvieron cuerdo durante el 2020 y creo que se merecen su éxito. La mayoría son entre decentes y fantásticas, como, por ejemplo, Capitán América y El soldado de invierno, que mezcló lo mejor del género de superhéroes con el thriller de espías. La única película realmente mala es Thor: un mundo oscuro que, a pesar de su mediocridad, aportó un argumento clave para la saga del infinito (línea argumental compuesta por las primeras 23 películas de este universo) y fue inmensamente superada por su secuela, Thor Ragnarok

Actualmente, Marvel sigue dando en el clavo, incluso más que en el 2012. Al introducir el concepto de los universos paralelos (o multiverso), Marvel se ha puesto más creativo y experimental, con series como Wandavision y What if, o películas como Shang Chi y La leyenda de los 10 anillos (que explora la cultura china y elementos del cine de artes marciales), o Spider Man Sin vuelta a casa, que se fue a la mierda y no avisó, trayendo de regreso a los Spiderman de Tobey Maguire y Andrew Garfield, y a sus villanos más icónicos. 

Marvel hace ravioles, DC hace ravioles 

Al universo de DC no lo incluyo precisamente por ser bueno, sino porque, a esta altura, es patético y, a la vez, admirable por su perseverancia. Comenzó en el 2013 con Hombre de Acero y ya estaba mostrando la hilacha en 2016 con Batman v Superman. Creo que el problema principal de estas películas es que Warner Bros. parece más enfocado en hacer guita imitando la fórmula de Marvel (pero mal), que en contar historias interesantes con sus personajes. Se apuraron a meter varios en la segunda película de la saga como para sacar la liga de la justicia lo antes posible, como quien mete un flan en un horno de pizzas para tenerlo listo en 5 minutos. El resultado, La liga de la justicia (2017) fue torpe, acelerada e incoherente. Reconozco que la versión de Zach Snyder del 2020 fue sin duda mucho mejor, una buena película incluso. Sin embargo, sus más de 4 horas de duración demuestran que la saga necesitaba más tiempo y más películas de superhéroes individuales para respirar. A su vez, sí dieron en el blanco con Wonder Woman (2017), pero la cagaron con Suicide Squad (2016). Dieron un paso en la dirección correcta con Shazam (2019) y la volvieron a cagar con Wonder Woman 1984 (2020). Este delicado equilibrio de éxitos y fracasos mantienen la saga a flote, pero creo que es solo cuestión de tiempo hasta que este universo muera por su propia espada. Y por espada, quiero decir The Flash (2023) que viene amagando estreno hace media década y que, al parecer, también incorpora el concepto del multiverso, trayendo de regreso al mismísimo Batman de Michael Keaton. Como dije, patético, pero perseverante. 

(Imagen: Shazam (2019) Dir. David F. Sandberg)

Un dato interesante de DC es que también existe el universo televisivo de segunda mano de DC, Arrowverse (Flechaverso, lol), con series como Arrow, Supergirl, The Flash (otro flash distinto al agotadoramente cómico Ezra Miller), Batwoman y hasta el mismísimo Constantine. Mi opinión no es muy confiable en lo que respecta a estas series, ya que solo vi el primer capítulo de Arrow y Constantine, y, oh por dior, ¡qué malos que son! No me interesa en lo más mínimo confirmar si las otras son mejores. Ya aprendí con Gossip Girl a no confiar en The CW, la cadena responsable del Flechaverso (lol). 

El monsterverse: Godzilla subió unos kilitos y el internet lo canceló por gordo 

El Monsterverse, un breve, pero memorable universo, comenzó en 2014, cuando Warner Bros. estrenó Godzilla. Un par de puntos a destacar de este film es que nuestro adorable lagarto panzón casi no aparece hasta los 55 minutos de película, lo cual resultó decepcionante para algunes fans. Por otro lado, muches japoneses pegaron el grito en el cielo al ver a Gozdilla subido de peso y el Internet explotó con memes (fue un buen día en la historia del Internet, en mi opinión). Sin embargo, más allá de las críticas, la película fue un éxito tal que sus secuelas fueron anunciadas solo dos días después del estreno. 

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(Imagen: Godzilla vs. Kong (2021) Dir. Adam Wingard)

Luego, en 2017, estrenó Kong: la isla calavera, película que oficialmente inaugura el universo de monstruos y cuyo éxito en taquilla ya prometía una futura batalla épica entre los dos titanes. ¡Y vaya si fue épica! En 2021, estrenó Godzilla vs. Kong. Esta no solo nos dio altas peleas entre los dos bichos (team Godzilla), sino que también los vimos unir fuerzas en contra de mecha-Godzilla: una especie de robot Godzilla gigante. A ver, gente, yo fui niño criado en los 90 con los Power Rangers; no puedo explicar la emoción de ver a estos titanes romper todo en la ciudad de turno. De hecho, mi frustración con estas películas siempre ha sido el tener que fumarme un melodrama familiar entre personajes cuyos nombres no recuerdo, solo para ver un poco de acción. Por ejemplo, Godzilla aparece en pantalla 12 minutos en la primera película, ¡12 MINUTOS! Entre tanto, vemos la historia de Ford, un militar conflictuado por su relación distante con su padre, a quien culpa por la muerte de su madre, quien pereció en la planta nuclear donde trabajaba por culpa de un accidente raro, que resultó ser causado por uno de los bichos contra los que tiene que pelear Godzilla, y además está el doctor Ishiro Serizawa, que lleva años investigando… ¡A quién le importa, José! ¡Me duermo!

Universo cinematográfico del conjuro

El universo cinematográfico del conjuro comenzó con El conjuro en 2013. Estas películas son como las Avengers de este universo: introducen personajes que luego tendrán sus propias películas. Así fue el caso de la muñeca Anabelle en la primera película, que después tuvo su propio film en 2014. Lo mismo ocurrió con El conjuro 2 (2016), que presentó a la única, la inigualable, la monja, que también apareció en su propia historia en 2018. Destaco esta película por una razón peculiar: en sí, no es muy buena que digamos, la historia es floja, por momentos incoherente y hasta ridícula. Sin embargo, la película zafa (y, de hecho, me gusta bastante) gracias a su protagonista. Es de esos personajes cuya sola presencia da miedo, siempre acompañada por su música característica que hiela la sangre (muy al estilo de Jason Vorhess o Michael Myers). 

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(Imagen: El conjuro (2013) Dir. James Wan)

Los films del universo del conjuro varían en calidad, no hay duda, pero todas triunfan en lo más importante: aterrorizar al espectador. En mi opinión, esto se debe a una persona: James Wan. El cineasta ha estado involucrado en todas y cada una de las películas de este universo, ya sea como director -en el caso de las conjuro-, como escritor o como productor. Wan tiene un talento innato para el terror, como ya se vio antes en Saw (2003) o El títere (2007) –sí, esa también es una excelente película; vengan de a mil-. 

Esta franquicia actualmente parece estar quedándose sin ideas. Algunos de sus últimos proyectos, como La llorona (2019) o incluso El Conjuro 3 fueron más bien decepcionantes. Yo, particularmente, odié el conjuro 3. A ver, primero me trauman con posesiones diabólicas, ¿y después me saltan con esta bruja escaldufa dejando maleficios por ahí? Así-yo-NO. La película trata de un caso de asesinato real, en el que el asesino decía haber sido poseído por un demonio. Yo me esperaba que la historia se enfocara más en el juicio (y si creen que eso no da en una película de terror, es porque no han visto El exorcismo de Emily Rose). Pero no, la película trata de la pareja de superdetectives paranormales que tratan de atrapar a la bruja, pero para eso deben convencer a la policía de que realmente son superdetectives paranormales y, a la vez, la bruja trata de maldecirles a elles o algo así, no sé, me dormí. Tal vez los futuros proyectos de El hombre torcido y La monja 2 sean una luz al final del túnel; lo que es seguro es que, en la medida en que sigan haciendo guita, tendremos espíritus chocarreros para rato. 

La película, como medio para contar historias, siempre se ve limitada por su propia naturaleza porque el espectador no puede ver una película que dure 10 horas. Es esto lo que hace tan interesante al universo cinematográfico: sus películas, autónomas e independientes de las demás, son piezas de una imagen más grande.

*Por Sailor Mate para La tinta / Imagen de portada: Espinof.

Palabras claves: Marvel, película, Walt Disney

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