Los que siempre ganan con la guerra

Los que siempre ganan con la guerra
18 marzo, 2022 por Tercer Mundo

Las empresas armamentísticas se encuentran en pleno auge debido a la guerra entre Ucrania y Rusia. Los gobiernos occidentales inyectan miles de millones de dólares a compañías que sonríen ante la actual tragedia humana.

Por Redacción La tinta

La guerra entre Rusia y Ucrania ya dejó centenares de civiles muertxs, miles de personas desplazadas por la fuerza dentro del territorio ucraniano, una nueva crisis de refugiadxs, a lo que hay que sumar un bombardeo –literal- mediático que tiene al racismo, la xenofobia y la mentira como misiles.

Ante una nueva e inminente crisis financiera mundial, que tiene al aumento de los precios de los alimentos como látigo más concreto contra los sectores humildes del planeta, un puñado de empresas ya calculan ganancias extraordinarias para los próximos meses. Esas compañías, como no podía ser de otra manera, fabrican armamentos militares. Y para ellas, la actual guerra es como si una lluvia de dólares cayera sobre sus plantaciones de tanques, aviones, misiles, fusiles y demás pertrechos.

El martes pasado, el diario estadounidense The Hill publicó un informe titulado El conflicto de Ucrania es una bendición para la industria de defensa, en el que se afirmó que la guerra en Europa Oriental “es una bendición para los contratistas de defensa estadounidenses, que se beneficiarán del aumento del gasto militar occidental para reforzar las fuerzas de Kiev y adaptarse a la inestabilidad en la región”.

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En el artículo, firmado por Karl Evers-Hillstrom y Ellen Mitchell, recordaron que el presidente Joe Biden aprobó un proyecto de ley de financiación por 1,5 billones de dólares, que asigna 782.000 millones de dólares a la defensa, «aproximadamente 30.000 millones de dólares por encima de su solicitud inicial”. También afirmaron que este proyecto estipula “casi un 6 por ciento más que el paquete del año pasado” en materia de defensa. A su vez, la orden firmada por Biden “proporciona 6,5 mil millones de dólares en apoyo militar para los países de Europa del Este, incluidos 3,5 mil millones en armas adicionales para Ucrania”.

Estas cifras desmedidas se suman a “la ayuda adicional a Ucrania” de más de 1.000 millones de dólares que la casa Blanca gastó el año pasado para armar a los soldados ucranianos. Entre el armamento entregado en 2021 destacan “misiles antitanque Javelin, fabricados por Lockheed Martin y Raytheon Technologies, y el misil antiaéreo Stinger, de Raytheon”, puntualizó la investigación.


El informe de The Hill reveló que, desde inicios de este año, las acciones de “Lockheed Martin se han disparado casi un 25 por ciento, mientras que Raytheon, General Dynamics y Northrop Grumman vieron aumentar sus precios de acciones en alrededor de un 12 por ciento”. Todas estas firmas son las principales compañías armamentísticas a nivel mundial.


Al mismo tiempo, “el proyecto de ley de gastos del gobierno (estadounidense) para 2022, que fue aprobado por ambas cámaras con un abrumador apoyo bipartidista la semana pasada, incluyó miles de millones de dólares para barcos y aviones que el Pentágono no pidió, algo que ocurre con frecuencia en el Congreso”, advirtieron Evers-Hillstrom y Mitchell.

Al detallar lo que el Congreso aprobó, indicaron que se autorizaron 27 mil millones de dólares para barcos de la Marina, incluidos cuatro mil millones para varios buques que la Marina no solicitó, y 900 millones para aviones de combate Boeing F/A-18 Super Hornet adicionales que las fuerzas navales estadounidenses “esperaban eliminar gradualmente”. “El proyecto de ley también proporciona miles de millones para comprar 20 aviones de transporte Lockheed Martin C-130J más de los solicitados por el Pentágono”, agregaron.

El lunes 28 de febrero, el portal Berliner Zeitung informaba que las acciones de las empresas alemanas dedicadas a la fabricación de armamento habían subido hasta un 85 por ciento. “El valor de las acciones de Rheinmetall aumentó alrededor del 40 por ciento”, señala el medio, a su vez que destaca que los millones de euros destinados por el gobierno alemán para defensa, en el marco de la guerra rusa-ucraniana, puede beneficiar a firmas como Heckler & Koch, Krauss-Maffei Wegmann y Diehl.

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El 2 de marzo, el diario La República, de Colombia, recordó que, en 2020, “el mundo gastó casi dos billones de dólares en armamento. “Ahora, la cifra es relevante porque se estima que para 2021 habría sido de 2,3 billones de dólares y llegaría incluso a 2,5 billones en 2022. Los recursos para la defensa global volvieron a ser tema de la agenda ante la escalada del conflicto en Ucrania por parte de la toma de Rusia”, sintetizó el diario.


Entre los ejemplos que se muestran está el caso de la empresa alemana Hensoldt, que produce tecnologías de sensores para misiones de protección y vigilancia en los sectores de defensa, seguridad y ciencia aeroespacial, cuyas acciones a finales de febrero subieron 42 por ciento en la Bolsa de Alemania, “una escalada que no se veía incluso desde el 9/11”, cuando se produjeron los atentados a las Torres Gemelas de Nueva York, en 2001.


El diario citó el informe Perspectivas de la industria aerospacial 2022, realizada por la consultora financiera inglesa Deloitte, que estimó que para este año el gasto mundial de defensa aumentará 2,5 por ciento. La razón principal, según la consultora, es que “las principales potencias de Occidente han decidido fortalecer sus fuerzas armadas a medida que aumentan las tensiones con Rusia”.

En el artículo Empresas armamentísticas: cómo lucrar con la guerra, lsabella Arria, investigadora del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE), detalló que, el año pasado, Washington destinó a Ucrania, en concepto de defensa, 600 millones de dólares. A esto, se suma que el Reino Unido transportó más de 2.000 lanzadores de misiles antitanque a territorio ucraniano en apenas una semana. A su vez, Dinamarca anunció un nuevo “paquete de apoyo integral” de 25 millones de dólares para “ayudar” al ejército de Ucrania y que, de esa forma, “esté en línea con los estándares de la OTAN”. Por último, Arria remarcó que “Turquía acordó un marco de cooperación militar con Ucrania el otoño pasado y enfureció a Rusia al vender a Kiev un lote de drones, y Canadá, que tiene la tercera población más grande de ucranianos fuera de Ucrania y Rusia, envió una unidad de operaciones especiales para entrenamiento y no descartó enviar armas defensivas”.

El dinero público de los gobiernos de estos países se transforma en armamentos luego de quedar bien resguardado en las arcas de las grandes compañías armamentísticas.

En su artículo, Arria sentenció que en “los siete primeros días de la guerra entre Rusia y Ucrania, el valor conjunto de las 15 empresas armamentistas con mayores ventas en el mundo y que cotizan en alguna bolsa de valores -nueve estadounidenses, cuatro europeas y dos chinas– se disparó en alrededor de 81.500 millones de dólares”. Un día antes de que Rusia lanzara sus primeros ataques, “dichas compañías tenían un valor conjunto de 804 mil millones de dólares”, mientras que el 2 de marzo ya valían 885.881 millones de dólares, “un incremento de 10 por ciento”.

La principales beneficiarias de la especulación en las grandes bolsas de valores del mundo fueron la francesa Thales, la italiana Leonardo, la británica BAE Systems y las estadounidenses Northrop Grumman, Honeywell International y Lockheed Martin. La investigadora además puntualizó que el listado de empresas, “por mayor volumen de ventas”, lo componen Lockheed Martin Corp, Raytheon Technologies, Boeing, Northrop Grumman, General Dynamics, BAE Systems, Norinco, AVIC, L3Harris Technologies, Airbus, Leonardo, Thales, Huntington Ingalls Industries, Leidos Holding y Honeywell International.

En el informe de The Hill fue consultado Arnold Punaro, general estadounidense de tres estrellas, ex director de personal en el Comité de Servicios Armados del Senado y actual consultor de la industria de defensa, quien resumió en pocas palabras cómo ven el futuro las compañías que viven de la guerra y la violencia: “Hay un viejo dicho: ‘La marea alta levanta todos los barcos’. Así que creo que cuando (los gobiernos) comienzan a invertir esa cantidad de dinero, ciertamente queremos que nuestras empresas compitan por eso”.

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Imagen: Reuters

Un lobbysta del área de defensa en el Congreso estadounidense, que prefirió el anonimato, le dijo al diario estadounidense que las implicaciones a corto plazo de enviar rápidamente más equipos y sistemas defensivos a Ucrania significa que “vamos a tener que rellenar parte de eso nosotros mismos, por lo que obligará al Pentágono a comprar más a algunas de las empresas de defensa”.

En la opinión de este lobbysta se puede resumir la voracidad de quienes lucran con la muerte.

*Por Redacción La tinta / Foto de portada: A/D.

Palabras claves: Estados Unidos, industria armamentística, Ucrania

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