Alcohol, drogas, velocidad, machismo y desidia por la vida
Similitudes entre diferentes casos de Crímenes Viales en Argentina y el reclamo de las familias para que se realice un cambio en el Código Penal y se cree la carátula de Homicidio Vial.
Por Daniel Burgos, hermano de Agustín, víctima del Crimen Vial de Circunvalación
El 2 de enero de este año, el conductor Carlos Olaya Gonzales se subió con su auto a una bicisenda y atropelló a cinco ciclistas y runners, cuando manejaba drogado a toda velocidad por los Bosques de Palermo. Provocó varios heridos y una víctima fatal: Marcela Bimonte, de 62 años. Luego, el asesino huyó inmediatamente del lugar.
En el caso del Crimen Vial de Circunvalación sucedido el 17 de mayo en la ciudad de Córdoba, el asesino Alan Amoedo, después de llevarse las vidas de Agustín Burgos y Sol Viñolo, y dejar malherida a Fernanda Guardia, se camufló entre la gente sin ayudar, con la esperanza de pasar desapercibido.
Estos actos, además de todo lo que hicieron antes y después de matar, deberían confirmar la carátula de «homicidio simple con dolo eventual», dejando muy atrás la de «homicidio culposo» (lo meramente accidental).
En ambos casos, se logró en una primera instancia que la Justicia impute a los responsables del accidente con «dolo eventual», pero luego esa figura se cambió nuevamente a solo «culposo». No es un error aislado: es un mecanismo jurídico que se replica en toda la gama de poderes judiciales del país. Los familiares de las víctimas sabemos que con la carátula de homicidio culposo los asesinos siempre quedan libres.
Los Crímenes Viales son la principal causa de muerte y discapacidad en la juventud, y esto es así porque el Estado permite que los Crímenes Viales sean la principal causa de muerte y discapacidad en la juventud. El Estado omite este hecho. Y no solo son jóvenes los que tienen la desgracia de ser víctimas de estos crímenes, son jóvenes los que producen estos crímenes y matan.
Y decimos «los jóvenes», porque la mayoría de las veces son hombres. ¿Por qué? Porque vivimos en un sistema patriarcal-capitalista que coadyuva al síntoma de esta tipología de personas: se sienten machos porque toman mucho y se drogan; porque tienen auto y lo manejan a toda velocidad para medir su virilidad por la velocidad que alcanzan; por el tamaño y el modelo del auto; por la necesidad de dejar registro de sus increíbles proezas de machos, de su continua peligrosidad.
Alan Amoedo, desde 2013, se venía sacando selfies con botellas de cerveza en el volante del auto y el velocímetro a 100. ¿Es eso imprudencia? ¿Es sin querer? ¿Es accidental? No parece. Lo peor de todo es que, después de haber destruido vidas, no cambian en nada, siguen siendo y haciendo exactamente lo mismo. Por ejemplo: Luciano Filippa. En diciembre de 2020, Filippa conducía alcoholizado a 140 km por hora en la ruta provincial 23 de Santa Fe. Perdió el control de su auto y provocó la muerte de cuatro adolescentes de Morteros que viajaban con él.
Un año más tarde, en la navidad de 2021, aún estando procesado por homicidio culposo e inhabilitado para manejar, Filippa se filmó junto a un amigo manejando y tomando, haciendo alarde de su impunidad y de su peligrosidad renovada, de idéntica forma que cuando produjo el siniestro. Esa misma noche, las familias de las jóvenes fallecidas estaban en plena campaña de concientización, junto a la organización Estrellas Amarillas y el municipio local de Morteros, haciendo controles de alcoholemia para que otras personas no tengan que pasar por su mismo dolor. El video es indignante. No tienen un gramo de conciencia y arrepentimiento. Son todos idénticos: sabemos que Amoedo ya maneja por la ciudad, aunque esté inhabilitado, solo que hasta ahora no fue tan estúpido de subir un video a sus redes.
Fiscales y jueces avalan estas conductas y las premian. ¿Por qué? ¿Será que sus hijos son muy parecidos a los homicidas? ¿Será que más de una vez los habrán salvado de pagar una multa por alcoholemia, muy cerca de cruzar la potencial línea de convertirse finalmente en asesinos al volante? ¿Será que ellos mismos de jóvenes eran así o lo siguen siendo? ¿Se identifican tanto con esta forma de ser que en su subjetividad sienten que les tienen que dar una mano, que en estos casos no importa tanto matar?
El fiscal Tomás Casas, públicamente, fingió cambiar la carátula de la causa de homicidio culposo a homicidio con dolo eventual, debido a la presión de la sociedad en su conjunto y a la interminable lucha de los familiares y amigos de las víctimas del Crimen Vial de Circunvalación, y a las apabullantes pruebas empíricas de las pericias vehiculares y psicológicas, para finalmente, unos días antes de las fiestas de fin de año, retrotraer la carátula antes de la elevación a juicio, y elevar la causa.
En otras palabras, el fiscal Tomás Casas, del lado del homicida, se burló de todos. No solo de los familiares y amigos de las víctimas, sino de la sociedad que todo este tiempo creyó que se había logrado algo de justicia y que las cosas por fin estaban cambiando en Córdoba.
Algo similar pasó con el caso de Mateo Aguirre, el niño de 8 años que fue atropellado en diciembre de 2016 por Nahuel Ghione y Axel Pérez, dos hombres que estaban corriendo una picada automovilística a toda velocidad por las calles de Villa Santa Rosa. Los padres y familiares de Mateo tuvieron que soportar cinco años de juicio, mientras los asesinos de su hijo andaban libres, para que al final, por decisión del fiscal Sergio Ruiz Moreno, obtengan prisión en suspenso y sigan libres.
Entonces, ¿cuáles son las similitudes?
• La combinación de elementos es siempre la misma: machito con auto/alcohol/drogas/desidia crónica por la vida; provoca muerte; y obtiene impunidad.
• Asesinos potenciales que se realizan como tales después de haberse jactado de romper todas las normas viales en un estado de atrofia mental general. Y demostrando, ellos mismos, que vienen replicando esa conducta, antes y después de matar, con orgullo.
• Un Estado que desampara a las víctimas de crímenes viales en su visión patriarcal y estancada de la vida, dando vía libre a los homicidas que siguen reproduciendo una estructura mental peligrosísima, porque saben que si matan a alguien, después se van a sus casas tranquilos, a “pensar” en lo que hicieron, como si fueran niños que los ponen de penitencia un rato por haberse portado mal.
• Gobiernos y municipios que se dedican a sacar fotomultas para acumular plata veloz, y no aplican medidas necesarias con las cuales se estarían impidiendo este tipo de crímenes.
El alcohol aparece en 1 de cada 4 siniestros viales en Argentina y, por año, por ejemplo, en 2019, se producen 4.867 muertes por incidentes viales. El director de la Agencia Nacional de Seguridad Vial, Pablo Martínez Carignano, luego de la intervención de la agencia para exigir la carátula de dolo eventual en el caso del asesino al volante de Palermo, afirmó recientemente: “Hoy en la Argentina, matar a alguien con un vehículo es muy barato, casi gratis, y no importan los agravantes. La legislación los considera como casos de poca monta. Pero los siniestros viales son la principal causa de muerte de menores de 35 años. Me desespera que entremos a un nuevo año con leyes viejas”.
Lo que planteamos es una unión de las familias de todo el país que están en esta situación y un programa de lucha general para lograr generar cambios en el Código Penal y crear la carátula de Homicidio Vial.
Esto le puede pasar a cualquiera. Porque esto pasa, esto está pasando ahora y hay que evitarlo de verdad. Y evitar el dolor de perder a seres luminosos, como en el caso de mi hermano Agustín y de su amiga Sol, cuidadores de la vida propia y ajena, porque para ellos no existían vidas ajenas. Jóvenes con conciencia y ganas de cambiar este mundo para que sea un lugar mejor para todos. Y aquí no estamos haciendo ningún tipo de elitismo humano, es algo muy simple de entender: o cuidás tu vida y la de los otros, o producís tu propia muerte, y lo que es realmente peor, la muerte de personas que nada tienen que ver con tu miseria.
* Por Daniel Burgos, hermano de Agustín, víctima del Crimen Vial de Circunvalación. Imágenes: La tinta.