Blogs, descargas y blogueres: cómo darlo todo sin pedir nada a cambio
Reseñas, discos y links. La tríada sagrada de les blogueres que apuestan a difundir cultura y expandir el universo musical a beneficio de todes les mortales.
Por Fernanda Albornoz para La tinta
Una constante en mi vida es descubrir blogs, enamorarme de la reseña de algún disco, hacer click y descargarlo. Como toda constante, es difícil recordar el momento preciso en que comenzó, solo sé que es algo vital para mí.
Es en y desde esas búsquedas nocturnas donde voy construyendo mi universo sonoro y resignificando lo que la música genera.
Guy Debord propone el concepto de deriva como una técnica de pasos ininterrumpidos a través de ambientes diversos, ligado indisolublemente al reconocimiento de efectos de naturaleza psicogeográfica y a la afirmación de un comportamiento lúdico-constructivo que la opone en todos los aspectos a las nociones clásicas de viaje y de paseo.
Tomo ese concepto, lo abrazo y pienso que, mientras blogueo, derivo, me divierto, construyo y viajo a lugares que no demandan definiciones. Vuelvo al origen de ese espacio donde la sensibilidad auditiva se estimula.
En ese viaje estoy cuando, de repente, la lectura de una frase me trae de vuelta: comentar es agradecer. ¿Quién escribió eso? ¿Qué significa?
De tanto bloguear, lo entendí: existen personas que trabajan para compartir lo que en algún momento, intuyo, también les hizo derivar. Voy derecho a comentar tremendo disco, gracias por el aporte, no conocía esta banda.
Esta nota es un intento de agradecer lo imposible: la creación musical como génesis de todo y la generosidad de quienes crean espacios para compartirla, les blogueres.
Track 1: Un pibe rafaelino, pasional y radioactivo
Una madrugada de hace ya varios años, aparece alguien random por Messenger preguntando si yo escribía. No pasó mucho para que ese chat se convirtiera en amistad con un distribuidor en los márgenes de la ley, como avisa en su perfil Bruno Androvetto.
Este mutante rafaelino era colaborador en esa genialidad llamada El humo está en el foco y, en paralelo, había comenzado a trabajar en una radio. Esa mixtura caló hondo y cuando, por cuestiones de servidores, el Humo cerró, la manija y la necesidad de seguir compartiendo eran ya imparables. Así nació All That Chernobyl, que haciendo honor a la columna radial, tomó el mismo nombre.
Indagando en lo que potencia la identidad del blog, Bruno habla de sus inquietudes particulares, reconociendo que otros espacios se nutren de muchas miradas, pero, en este caso, él quería poner su sello radioactivo: “Tenía ganas de hacer algo que podía ser totalmente caprichoso y personal”.
Pienso en lo que implica mantener un blog, en el tiempo que demanda subir cada disco, la dedicación para escribir las reseñas y mantener los links activos. Quiero saber si tantísimo trabajo es en solitario y si alguna vez tuvo colaboradores como es común en tantos blogs. Me cuenta que el funcionamiento y la dinámica es activada solo por él y lo que sí suma son recomendaciones y aportes de amigues y seguidores.
Hago una pausa para disfrutar lo que propone la deriva. Voy al último posteo, descargo y le doy play a Sunday at the Village Vanguard, Bill Evans Trio. Mientras escucho esta joyita, dudo de la escasa cantidad de años que declara el pibe en cuestión y reafirmo que un viejo espíritu jazzero lo poseyó mientras se embriagaba dulcemente con un Cabernet Franc.
Sigo escroleando y me encuentro con el ADN santafesino que tanto adoro al leer otra reseña:
“Lo que Falcone hace, ni más ni menos, es reconvertir el pulso romántico -en sentido histórico- y la libidus poeticus de Mattioli a una lógica ajena. En ese juego, la banda entrega una performance que repercute porque sabe contener la melancolía (y la calentura) de la versión original en un estilo antagónico”, escribe Bruno.
Track 2: μTorrent, descargas directas y MP3 320 kbps
Si leyeron hasta acá y esperaban zafar de la ñoñada, pues no, micielas, se calman que aquí vengo a hablar del formato de compresión más popu, algo así como el peroncho pseudo deconstruido con ese toque sexy que cae tan bien a las masas. Sí, estoy hablando de MP3 320 kbps -no vayan a cometer la herejía de descargar en 192 y dejen de leer si todavía tienen cosas en 128-. Ya estoy escuchando al trosko con ínfulas de oído absoluto diciendo que WAW es mejor, que FLAC es superior, que la calidad y bla. Cómo te explico que el peroncho se la banca, ocupa el espacio que tiene que ocupar y te da alegrías todos los días.
Aclarado eso, pasemos al programa que todes les melómanes deben instalar: μTorrent. Descarga de múltiples ficheros de forma simultánea, límite en el consumo de ancho de banda global, rápida recuperación de descargas interrumpidas y la posibilidad de seleccionar qué archivos en concreto queremos descargar de un paquete de varios. Además, soporta la descarga sindicada de contenidos a través de canales RSS o, lo que es lo mismo, la posibilidad de suscribirse a feeds especializados en la descarga de determinados torrents.
En otras palabras y a modo de declaración de amor eterno: μTorrent es un programa que permite compartir y descargar archivos con protocolo P2P de otras compus de usuaries que también lo tengan instalado. Así de genial. Y es gratis.
Pero no todo es amor romántico, ¿cierto? A tono con tanto discursito barato poliamoroso, confesaré amoríos circunstanciales con Mega, MediaFire y Zippyshare. Amantes exprés que garantizan rápida satisfacción y buen servicio.
Hay que decir también que, a veces, somos porfiades e insistimos en bajar ese disco inconseguible -descatalogado o recién salido de estudio-. En ese lapsus y con poco resto de amor propio, aparece algún chongo y su promesa de link activo: Rapidshare, 4Shared, Depositfiles. Así confirmamos en la deriva virtual lo que ya sabíamos, los chongos mienten y mucho mejor perderlos que encontrarlos.
Track 3: blogs, relax y disfrute
Ahora que ya saben de formatos, programas y servidores de descarga directa, están listes para ir a Sex and the bici y buscar el Hi-Fidelity Dub Sessions XIV; pasen antes por esa cosita tan hermosa que es ZZK Records y llévense algún mixtape. Si Yayo Salva les acepta la solicitud de su blog privado, podrán acceder a algún viejo LP remasterizado. Cabeza de Moog es todo lo que está bien, siempre.
Si pinta amor franchute, en Á découvrir absolument lo encontrarán. Porfis, no se olviden de hacer una parada en Ska me crazy, Sound park, Planeta WMA, Folk and Indie y Sácate un cómpac. Navegando por La uva y la parra y GPS Sonoro, conocerán los sonidos del Mediterráneo.
Volviendo a estos lares del mundo, en clave indie y producciones independientes: Discos Perfectos, Fuego Amigo Discos, Discos Basura y, desde el paisito, Feel de Agua.
¿Quieren rockearla fuerte? La destilería sonora y una mención especial para El Barbero Loco que redobla la apuesta con clásica y rock. En Voces de la Patria Grande podrán entonar alguna zamba y en Un blog de tango encontrarán el encanto del tono arrabalero. Para desatar la furia de los encierros pandémicos, a mover las cachas se ha dicho con Cumbia santafesina y Trap Free.
Stop. Sería imposible linkear todos los blogs que conozco, sólo diré que, si algune golose quiere más, se comunica con esta servidora.
Bonus track
La parada final de la deriva me trae a un terreno conocido donde esa industria más o menos mainstream-under-autogestiva-cooperativa, pero industria al fin, hace posible la creación, producción y digitalización de todos estos contenidos subidos en diversos formatos a múltiples plataformas.
Aunque es prácticamente imposible intentar equilibrar teras y teras de descargas, creo que todes, en la medida de nuestras economías, podemos contribuir con el sostenimiento de la industria musical. No la de allá lejos y en otros países, sino la de acá cerquita, la de cumpas y amigues que trabajan cotidianamente para crear magia en letras, sonidos y canciones.
Antes de la pandemia, cuando iba a un toque-recital-concierto, compraba el disco ahí mismo, en la mesita puesta en la entrada del bar, en la feria de Cabezas de Tormenta o en la peatonal. Mientras esperamos el después de la pandemia, seguiré descargando, agradeciendo y compartiendo vida, o sea, música.
*Por Fernanda Albornoz para La tinta.