Con Trump no alcanza, pero sin Trump no se puede

Con Trump no alcanza, pero sin Trump no se puede
22 febrero, 2021 por Gonzalo Fiore Viani

El ex presidente de Estados Unidos dejó la Casa Blanca, pero sus políticas sobrevuelan el país. Pese a los juicios en su contra, parece que Trump goza de buena salud.

Por Gonzalo Fiore Viani para La tinta

Donald J. Trump ostenta el triste récord de ser el único presidente de la historia de Estados Unidos en ser sometido dos veces a un juicio político. También es el primero en ser sujeto de un impeachment tras dejar la presidencia. Sin embargo, la contracara de esto es ser el único mandatario estadounidense en sobrevivir a semejante escarnio público y político, no sólo de parte de la oposición, sino también de dirigentes de su propio partido. Esto demuestra, en parte, que ni Trump ni el trumpismo deben ser dados por muertos tras la derrota electoral de noviembre pasado. Más bien, todo lo contrario: su movimiento goza de tan buena salud que el mismo Partido Republicano se encuentra frente a una disyuntiva que parece reducirse a con Trump sólo no alcanza, pero sin Trump no se puede. La llegada disruptiva del magnate a la política terminó siendo para el Partido Republicano un terremoto mucho mayor que el desembarco de Bernie Sanders y los “socialistas democráticos” en el Partido Demócrata.

El miércoles pasado, el ex presidente dio su primera entrevista tras haber dejado el poder el 20 de enero. Ya sin su principal herramienta de comunicación, debido a que su cuenta de Twitter fue suspendida, hacía varias semanas que no se conocían sus declaraciones. En una nota a la cadena conservadora Fox News, el magnate inmobiliario reiteró sus denuncias de fraude, asegurando que “ganamos por amplio margen”, y denunció una “caza de brujas” en su contra y contra sus seguidores. Al mismo tiempo, afirmó que seguirá “defendiendo la grandeza de Estados Unidos. Nuestro magnífico, histórico y patriótico movimiento, Make America Great Again (Hacer a Estados Unidos grande de nuevo), acaba de empezar”. Adelantó que retornará, de alguna manera, al escenario público al asegurar que, en “los próximos meses, tendré mucho que compartir con ustedes y espero continuar nuestra increíble aventura por la grandeza de América”.

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Más allá de haber sido absuelto, el juicio político de la semana pasada dejó algunos datos interesantes para el futuro del Grand Old Party (GOP) y del trumpismo. El líder de la bancada republicana, Mitch McConell, votó a favor de absolver a su flamante ex jefe político. No obstante, dos días después, Trump lo llamó “un mercenario político terco, tosco y aburrido”.


Esto sucedió debido a que el oriundo de Kentucky criticó el accionar político del ex mandatario. McConell ya venía distanciándose de Trump, a pesar de haber sido una de sus espadas políticas más fieles en el Congreso durante los cuatro años de su presidencia. Junto a un sector más ligado al establishment tradicional del Partido Republicano, el senador pretende liderar una renovación que deje afuera no sólo a Trump, sino a todo rastro del movimiento ultraconservador que intentó tomar por asalto el Capitolio el pasado 6 de enero. Por eso, el Senador declaró que el ex presidente podría llegar a ser sometido a un proceso penal.


En sus críticas a McConnell, Trump se refirió al recuento de votos en el estado de Georgia, donde dijo que este “no hizo nada, y nunca hará lo que debe hacerse, para asegurar un sistema electoral justo y equitativo en el futuro. No tiene lo que se necesita, nunca lo tuvo y nunca lo tendrá”. Además, lo calificó como un “líder de tercera categoría” junto a otros dirigentes republicanos, como Mitt Romney.

Recluido en su residencia de vacaciones en Mar-a-Lago, Trump continúa delineando cuáles son los pasos a seguir en los próximos meses. Algunos rumores indican que podría llegar a abrir su propio canal de televisión para competir con Fox News por la audiencia conservadora, mientras que otros afirman que incluso podría llegar a convertirse en accionista mayoritario de la mega cadena de medios, tras la muerte de su amigo Rush Limbaugh un día antes de la entrevista. El magnate y conductor de radio, considerado por muchos como el mayor impulsor de los medios conservadores, falleció a los 70 años. Era una voz líder del Partido Republicano en los medios y fue uno de los principales promotores del trumpismo y la deriva ultra conservadora que el GOP tuvo durante los últimos años.

El establishment del Grand Old Party aboga por volver a las raíces del partido y abandonar el discurso extremista, que tomó la centralidad a partir de la irrupción de Trump. Si algo así finalmente termina sucediendo, los sectores conservadores estadounidenses se encontrarían frente a un cisma impensado hace tan sólo algunos años. Por ello, no está descartada la creación de un nuevo partido si la fractura en el Partido Republicano no termina de arreglarse. Según la mayoría de las encuestas, 7 de cada 10 de los 70 millones de estadounidenses que votaron a Trump en las últimas elecciones creían en sus reclamos de fraude y rechazaban la actitud de la plana mayor republicana. Por lo que, en caso de finalmente romper con el partido, Trump se llevaría una buena parte del electorado. Lo cierto es que, más allá de lo que suceda adentro del GOP en los meses siguientes, y más allá de los deseos de algunos dirigentes históricos, el trumpismo está lejos de ser enterrado. Todo parece indicar que, como vienen mostrando desde el entorno del ex presidente, “sin Trump, hoy, no se puede”.

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*Por Gonzalo Fiore Viani para La tinta / Foto de portada: CBC News

Palabras claves: Donald Trump, Estados Unidos, juicio

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