Otra vez olor a veneno en Dique Chico
Por Redacción La tinta
La historia se repite año tras año en la localidad cordobesa de Dique Chico, a 14 kilómetros de Alta Gracia, donde, desde 2016, les vecines denuncian que productores fumigan con agrotóxicos en campos que colindan las últimas casas del pueblo y la escuela.
El conflicto ambiental lleva ya cuatro años y, durante ese periodo, se produjeron avances y retrocesos respecto a la aplicación de agroquímicos en el pueblo, con protestas de vecines y también por parte de productores –se encadenaron por su derecho a intoxicar-, modificaciones de ordenanzas y denuncias y apelaciones ante la Justicia.
En estos días, de cara a una nueva temporada de soja, vuelven a ocupar la agenda los intentos de fumigar y las denuncias de contaminación.
«Son las 7 y cuarto de la mañana, viento en calma, salimos afuera para arrancar con el trabajo diario y el olor a veneno en el aire lo hace irrespirable. Hace días, los dueños de los campos están presentando, en la comuna local, recetas fitosanitarias para fumigar. Arranca la temporada de soja, cada año peor que el anterior«, expresaron Vecinxs autoconvocadxs y fumigadxs de Dique Chico en un comunicado.
Según precisaron desde la asamblea vecinal, los productores de la zona presentaron recetas para fumigar, a partir del 16 de octubre, más de 600 hectáreas en total, ubicadas a menos de 500 metros del pueblo, «incluso algunas (la Unión – Dalmasso) lindantes a las casas de la entrada».
«Inmediatamente, le hacemos saber a las autoridades comunales, por si todavía no lo sintieron, acerca del veneno en el aire, a lo que nos responden que no se van a aguantar nuestros insultos. La misma gestión comunal que el año pasado ganó las elecciones levantando la bandera de la lucha contra los agrotóxicos, hoy le da la espalda al asunto y se nota una total falta de compromiso con esa lucha», lamentaron.
«Hace años que venimos viviendo lo mismo. No es sólo Dique Chico, es todo el Valle, el viento sopla y el veneno vuela, llueve y el veneno se filtra en las napas del agua que tomamos y en el río en que nos bañamos… hacemos el esfuerzo de cultivar nuestras verduras y el veneno se posa en sus hojas. Cuál es la salida a todo esto. La justicia no se ha pronunciado aún, pero no tenemos esperanzas de que su sentencia vaya en contra del poder que la sostiene».
En noviembre de 2017, la comuna de Dique Chico creó una zona de resguardo ambiental a través de la Resolución 242. Allí, quedaban prohibidas las fumigaciones aéreas con agrotóxicos a 2.000 metros del ejido urbano (y 1.000 metros si son terrestres). Sin embargo, un grupo de productores presentó un amparo contra la resolución considerándola “inconstitucional”, ya que la norma “excedía su competencia material y territorial”. La Justicia hizo lugar y dictó una medida cautelar suspendiendo la norma de resguardo ambiental hasta tanto se resuelva el asunto de fondo, cuestión que aún no sucedió.
«Creemos que la única alternativa es la lucha de los que no tenemos ningún otro interés más que el cuidado de nuestro hogar, la pacha, y la salud de los que amamos. Es por eso que creemos que pasó el tiempo de esperar para empezar a presionar a los que de verdad pueden cambiar algo», concluyeron desde Vecinxs autoconvocadxs y fumigadxs de Dique Chico.
* Por Redacción La tinta
