Bolivia y la memoria de tiempos más felices

Bolivia y la memoria de tiempos más felices
16 octubre, 2020 por Gonzalo Fiore Viani

Las elecciones presidenciales en Bolivia se realizan este domingo. La derecha intenta que el MAS no vuelva al gobierno, pese a las encuestas que dan como ganadores a los candidatos respaldados por Evo Morales.

Por Gonzalo Fiore Viani para La tinta

El Estado Plurinacional de Bolivia se encamina a celebrar elecciones presidenciales el próximo domingo. Serán los tan demorados comicios que se vienen anunciando luego del golpe de Estado del año pasado, que resultó en la renuncia del ex presidente Evo Morales en noviembre de 2019, y la formación del gobierno interino de facto de Jeanine Añez. Para triunfar en primera vuelta, un candidato necesita obtener, por lo menos, el 50 por ciento de los votos o más del 40 por ciento, con un margen de 10 puntos respecto del segundo. Si nadie logra alcanzar estos números, el 29 de noviembre se realizará el ballotage.

De acuerdo a todas las encuestas, el ex ministro de Economía de Evo Morales, Luis Arce, candidato del Movimiento Al Socialismo (MAS), es quien lidera la intención de votos con un 40,3 por ciento contra el 26,2 por ciento de Carlos Mesa, su competidor más cercano. Sin embargo, permanece la duda sobre si Arce podrá ganar en primera vuelta.

Añez se retiró de la contienda el 17 de septiembre, alegando que lo hizo por “el riesgo de que el voto se divida entre varios candidatos y que, como consecuencia de esa división, el MAS acabaría ganando”. Por ahora, es imposible predecir si Arce será capaz de ganar en la primera vuelta. Cabe la posibilidad de que, al igual que lo sucedido en 2019, el candidato presidencial del MAS tenga que competir con Mesa, quien ya perdió ante Evo Morales el año pasado. Al mismo tiempo, todavía no está claro si el gobierno de facto reconocerá los resultados en caso de perder en primera vuelta. No son pocos quienes alertan que podrían volver a enrarecer el escenario político, de la misma manera que lo hicieron en 2019 para evitar un regreso del MAS al poder. Dependerá del gobierno de Añez la posibilidad de una transición pacífica del mando, lo que, en este contexto, hace desconfiar a la oposición y a un sector de los observadores internacionales.

Bolivia Luis Arce candidato del MAS la-tinta


Evo Morales, desde su exilio en Buenos Aires, coordinó gran parte de las actividades de campaña. Su recuerdo en la gran mayoría de los bolivianos, especialmente en aquellos provenientes de los sectores rurales más postergados, será fundamental a la hora de arrastrar votos para el MAS. Pero también es el mismo Arce quien cuenta con un buen recuerdo de parte de los bolivianos. Al ex ministro de Economía se lo considera el padre del “milagro económico boliviano”, que le permitió al país tener el crecimiento sostenido más grande de su historia.


Bolivia creció de forma ininterrumpida en el período que va desde 2006 a 2017: el promedio anual fue del 5 por ciento, siendo el único país de Sudamérica que ha logrado mantener este nivel; en el mismo período, redujo la pobreza un tercio -de un 63 a 39 por ciento-, mantuvo la inflación más baja de la región y con un superávit comercial que era elogiado por el mismísimo Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM).

Uno de los factores fundamentales en la sostenibilidad del modelo económico boliviano fue la renegociación de los contratos hidrocarburíferos con las empresas que lo explotaban. Al momento de asumir Evo Morales la presidencia, en 2006, el sector privado se quedaba con el 82 por ciento de las ganancias, mientras que solo el 18 por ciento iba a las arcas del Estado. Una de las primeras medidas tomadas por el mandatario fue revisar todos los contratos con las empresas extranjeras que operaban en el país. Esto llevó a que una docena de multinacionales acordaran nuevos contratos con la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) y aceptaran el pago de un tributo sobre el valor de la producción que oscila entre el 50 y el 85 por ciento.

Es sobre esta base sólida que se sostiene el MAS. Puede demostrar con hechos y números, pero, sobre todo, en el recuerdo de los bolivianos, que, cuando gobernó el país, la economía estuvo a niveles infinitamente superiores que los actuales. En un contexto de crisis económica debido a la pandemia, pero también de ajustes contra las clases medias y los sectores populares por parte del gobierno de facto, la memoria de tiempos más felices puede inclinar la balanza para el lado de Arce en primera vuelta.

Bolivia MAS campaña presidencial la-tinta

*Por Gonzalo Fiore Viani para La tinta / Foto de portada: AP

Palabras claves: Bolivia, elecciones, Evo Morales

Compartir: