“En Córdoba: ¿la democracia está en pausa?”: informe sobre la gestión Llaryora
A partir de un informe actual, la Red Nuestra Córdoba junto a numerosas organizaciones de la ciudad, señalaron que la gestión del intendente Llaryora -con la excusa de la COVID-19- viene haciendo una aplicación selectiva y discrecional del receso administrativo, poniendo en pausa e incumpliendo un sinnúmero de mecanismos democráticos.
Por Redacción La tinta
Hace unos días, se presentó el informe En Córdoba: ¿la democracia está en pausa? que surgió como resultado del proceso de seguimiento que hacen desde Red Nuestra Córdoba a las instituciones y políticas públicas de la ciudad desde hace 11 años.
Pamela Cáceres, politóloga e integrante de la Red, contó a La tinta que este informe en particular fue construido a partir de la participación de las organizaciones del espacio Seamos Partícipes, creado en 2019 con el fin de identificar de manera participativa -y con el involucramiento de organizaciones de la sociedad civil- el estado de situación de la ciudad en distintas áreas y proponer una agenda para el plan de Metas de Gobierno 2020-2023. El documento, que se encuentra disponible de manera digital, plantea tres ejes de análisis: el sistema de representación, los mecanismos e instancias de participación, y los procesos de decisión y gestión en el nivel local.
“Desde Nuestra Córdoba, creemos -y este es un principio fundacional de este espacio- que el único modo de cambiar la ciudad para que sea más inclusiva, menos desigual, más democrática y más sostenible es haciendo que los procesos de decisión sobre las políticas sean más públicos, transparentes, participativos, más descentralizados. Por eso, en 2010-2011, promovimos junto a otras organizaciones sociales la sanción de la ordenanza del Plan de Metas de Gobierno, que obliga a los ejecutivos municipales, una vez que asumen, a presentar su programa de gobierno expresado en objetivos y metas a lograr en cuatro años, y en audiencia pública, anualmente, rendir cuentas de los avances de ese programa con participación de la ciudadanía”, explica Cáceres.
El Plan de metas, que fue implementado por las dos gestiones pasadas, aún está ausente en la actual gestión. El 10 de abril, la Municipalidad de Córdoba debía presentar su plan de metas, argumentan que el receso administrativo no les permite avanzar.
Para la Red, es fundamental una nueva gobernanza de la ciudad, que promueva la articulación de las organizaciones sociales en un diálogo y trabajo colectivo, y desde los gobiernos, la apertura al diálogo público e inclusivo con la sociedad civil, especialmente los sectores históricamente postergados. “El diálogo gobierno-ciudadanía en torno al Plan de Metas posibilitaría sortear el corporativismo, la fragmentación y el clientelismo al permitir un proceso con una mirada integral y pública de la ciudad”, aseguran.
“Desde hace tiempo, venimos señalando que la representación en el Concejo Deliberante basada en la mayoría automática es insostenible, anula el debate democrático y toda posibilidad de control horizontal entre poderes. El ejecutivo de turno no tiene incentivos para debatir sus decisiones políticas y el legislativo no tiene, en los hechos, ningún poder de control del ejecutivo. Esto refuerza la centralización y concentración del poder político en quién está a cargo del municipio”, explica la entrevistada.
En relación a los mecanismos de participación ciudadana, a pesar de que existen numerosas instancias creadas por normativas de distintos rango, el informe plantea que, en los hechos, la ciudadanía y la sociedad civil no encuentran canales reales para involucrarse e incidir en las decisiones. “La debilidad de los mecanismos de representación y participación tienen como consecuencia que la gestión de la ciudad y el poder de decisión estén exclusivamente centralizados en el ejecutivo, con amplio margen de discrecionalidad y prácticamente nula necesidad de justificar y rendir cuentas. Se habla mucho de «gobierno abierto», «transparencia», «participación», pero, en la realidad, eso no es más que retórica porque no existen condiciones institucionales fácticas para que así sea”, afirma Cáceres. El informe permite describir una realidad indiscutible y sustentada en datos, hechos que son poco problematizados en Córdoba.
El contexto de crisis sanitaria: excusa para omitir e incumplir
Desde que asumió Llaryora y sus funcionarixs, la declaración de la emergencia económica y la emergencia sanitaria en marzo han servido de argumento para avanzar en normativas y decisiones que, en conjunto, van construyendo una arquitectura institucional que refuerzan la discrecionalidad del ejecutivo para tomar decisiones.
Pamela nos explica que la emergencia económica, aprobada los primeros días de asumido el actual gobierno y reforzada recientemente con un nuevo proyecto de ordenanza, posibilita al municipio a adoptar medidas de “racionalización” que legalizan la discrecionalidad respecto de la asignación presupuestaria, la implementación de recortes y modificaciones a la estructura municipal, contrataciones orientadas a la modernización, etc. Esto significó, por ejemplo, la contratación directa de consultorías, de personal, la reestructuración de funciones del ex Ente de Obras y Servicios Públicos, etc. y, en esta misma línea, la aprobación de la emergencia del transporte.
“Con la emergencia sanitaria, se resolvió el receso administrativo con el que, además de la suspensión de actividades no esenciales, se pusieron en pausa todos los plazos y vencimientos administrativos. Esto sería razonable en el marco del COVID-19 si no fuera que su aplicación es evidente y flagrantemente selectiva».
«Hoy, no es posible conocer los criterios de aplicación de esta resolución, es decir, cuáles son los plazos y actividades afectados por el receso y cuáles no”, agregó la entrevistada.
A pesar del receso administrativo, se tomaron numerosas decisiones importantes para la ciudad, como la creación del Ente BioCórdoba, acuerdos con sectores corporativos, refuncionalización de áreas urbanas, etc. Recientemente, se llevó a cabo una audiencia pública virtual para la aprobación en segunda lectura del Ente BioCórdoba, lo que se vuelve contradictorio si tomamos en cuenta que no se ha presentado el Plan de Metas de Gobierno y se ha puesto en suspenso el funcionamiento de las Juntas de Participación Vecinal en los CPC. Casos en los que se argumenta que el receso administrativo impide cumplir con estas instancias obligatorias para el ejecutivo y fundamentales para la participación ciudadana.
Frente a qué panorama local nos deja el informe
Hay ciertos temas de la agenda local que parecen pasar desapercibidos para la ciudadanía en general, ya sea porque resultan abstractos y alejados de la vida personal y las necesidades cotidianas de la población. Sin embargo, allí, se juegan las reglas del juego que definirán las políticas centrales de la ciudad en el corto y mediano plazo.
“Pre-pandemia, pensábamos que no podríamos hacer frente a los desafíos de la desigualdad, la insostenibilidad urbana y ambiental de la ciudad si no generábamos procesos más democráticos e inclusivos para pensar las políticas públicas de la ciudad. Si no rompíamos el círculo vicioso que reproduce y profundiza esa realidad”, sostienen desde Nuestra Córdoba.
Ahora, en el contexto de pandemia, advierten con preocupación que el círculo vicioso de centralización, discrecionalidad y corporativismo se reproduce y profundiza, y cercena toda posibilidad de “otra ciudad posible”. Desde la Red, creen que el actual contexto, más que nunca, requiere de un proceso público y participativo para definir el Plan de Metas de la ciudad para los próximos años y la activación de las instancias de participación desde y con los territorios.
“Córdoba es una ciudad extensa, diversa y desigual, así como una ciudad con un enorme capital social, de conocimiento e innovación. Democratizarlo es el medio para la transformación. Por eso, es importante una sociedad civil y una ciudadanía crítica, consciente, que reclame el derecho a la ciudad y al Plan de Metas como una conquista política que debe ser cumplida”, concluye Cáceres.
*Por Redacción La tinta.