Invocación subversiva de María Escudero: «Hasta acá y después»

Invocación subversiva de María Escudero: «Hasta acá y después»
14 agosto, 2020 por Gilda

¿Quién fue María Escudero? Los textos que siguen son menos la reconstrucción biográfica de una artista que la invocación de su corrosivo fantasma, una interrogación abierta y en tiempo vivo sobre la geografía poética y política de Córdoba desde la perspectiva de su memoria. Parte I.

Por Josefina Hibakusha para La tinta

1. Exordio para una muerta

«El verdadero cementerio es la memoria».
Rodolfo Walsh, «Carta a Vicki»

No tengo idea de por qué escribo a María Escudero, único caso de revolucionaria que se convirtió en árbol o, mejor dicho, bruja que devino paraíso: por mucho tiempo, para mí, la María Escudero fue un montón de bulucas pudriéndose en la puerta del Teatrino de la UNC. Cuenta la leyenda que la María Escudero un día se murió y que, entonces, la quemaron, y que una parte de sus cenizas fueron enterradas debajo del árbol que da sombra al edifico que lleva su nombre, allá en el campus universitario de una ciudad neo–fascista desprovista de mar. Me pregunto qué parte de María Escudero habrán enterrado entre las raíces de ese paraíso: para responderme que enterraron el culo y que María se caga en todos nosotros con soretitos vegetales. María Escudero, que todavía muerta se caga en la academia del mismo modo que la academia se caga en María Escudero muerta todavía, es una guerra incesante, que arrancó en el 69 (me río sola) y que ahora se la hacen pagar: sepultándola en olvido, momificándola en silencio. El Teatrino de la UNC, actualmente, se encuentra en remodelación: tumba egipcia abierta de panza, en medio de la peste. No hay sarcógafo, pero abundan los fantasmas. ¿Quién fue María Escudero?

1926: el 11 de septiembre (fecha terrorista), pega su primer alarido en Cruz del Eje. El 2 del 4 del 2005, muere en Quito, Ecuador. Que fundó las carreras de teatro y cine de la UNC (de donde la echaron), que dirigió al grupo LTL, que militó el PRT. Y más allá de eso, recuerdos confusos. Datos cruzados. Versiones contradictorias. Episodios novelescos, cronologías superpuestas, datos imprecisos. Ficciones.

Por ejemplo:

Que se acostaba con la Legrand, que tuvieron un amor fuerte con la Walsh en París; que era amiga íntima de Norma Aleandro; que cantaba con Violeta Parra; que se le reía a Santucho en la cara. Que trabajó de obrera textil, de claquera, de puta, que fue periodista, que estudió con Marceau. Que era actriz, que cantaba, que era amiga de Tosco.

Que nació en cuna ferroviaria y que, de ahí, le quedó el amor por el carbón incendiado y el andar atropellado. Dicen que era una descarrilada. Que sus abuelos hacheros bajaron del Chaco tumbando quebrachos y que en la sangre le latían aquellas noches eternas, aquellos calores insoportables, aquellos bombos, guitarras y fogones llenos de perros.

Dicen que estaba enojada, pero que, en vez de avinagrarse, sobreactuaba la risa y que, cuando se reía, temblaban los vidrios y explotaban los espejos. Dicen que se murió, pero no hay pruebas, solo árboles. Dicen que tenía Alzheimer. Dicen que estaba re loca.

Dicen que nació de la concha de una yegua overa que le había pertenecido a un cacique comechingón o mocoví (sobre este punto existen discrepancias).

Dicen que tenía los ojos saltones porque estaba cansada de ver lo que otros cegaban y que cantaba así de fuerte porque en la garganta, en vez de cuerdas, tenía sindicatos.

Dicen que, antes de palmarla, explotó en una última risotada virulenta.

Dicen que la recuerdan, pero nadie la mira a los ojos, porque tiene ojos que no garpan y pasó de moda. Dicen que la niegan. Dicen que sus tetas amamantan los fantasmas de los hijos que nunca tuvo, allá en el purgatorio de los que ya nadie busca.

Que tomaba ron barato, que escondía entre las cosas de limpieza. Que la pasaba bárbaro. Que a los 45 años dejó todo y se fue de viaje por amor (amor revolucionario) del otro lado de los Andes y más allá, rodeada de pendejos y pendejas revolucionarias que la seguían a las villas, a los patios de las fábricas, a las escuelas rurales, a la casa de los campesinos. Que, de ahí, nació el LTL.

Dicen que hacía teatro, que cantaba, que, cuando cantaba, se paraba el mundo y, cuando dejaba de cantar, el mundo arrancaba mucho mejor. Que conquistó los mejores escenarios. Dicen que era bravísima. Que anduvo por París, Suecia, Perú, Estados Unidos, por todas partes. Que sus últimos años los pasó trabajando con las indias en los Andes.

Dicen que vino a morir a Argentina, presintiéndolo como una elefanta vieja; que vagó sin encontrar a sus muertos; que, huérfana de cementerio, fue rescatada por sus indias y repatriada a su exilio. Dicen que hizo la revolución: y de eso hay pruebas, abundantes testimonios. Dicen que fracasó: y de eso queda su espectro inconforme. Su tumba expuesta. Su carcajada furiosa, como una mina antipersona todavía peligrosamente activa en un campo de batalla congelado, en una frontera en disputa.

Queda su voz grabada, para cantarse sola.

¿Quién fue María Escudero? Y ya que no sus huesos, su espectro: ¿qué tiene para decir?

*Por Josefina Hibakusha para La tinta. Imagen de portada: Ananke Asseff.

Palabras claves: cordoba, María Escudero, Música popular argentina, PRT, Teatro

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