Córdoba y la cuenta pendiente del Cannabis Medicinal
Mientras el debate respecto al cannabis medicinal avanza en todo el país y se discute la regularización del autocultivo para la salud en varias provincias, Córdoba sigue siendo la única provincia sin adherir a la Ley Nacional de Cannabis Medicinal aprobada por unanimidad en 2017. Entrevistamos a la organización Feministas Cannábicas de Córdoba.
Por Redacción La tinta
El Ministerio de Salud de la Nación se reunió a mediados de julio con organizaciones, médicxs y científicxs que integran el Consejo Consultivo Honorario (CCH) de la Ley 27.350 de Investigación Médica y Científica del Cannabis y sus derivados, para discutir una nueva reglamentación de la norma que contemple el autocultivo medicinal, situación que había sido excluida de la reglamentación del año 2017.
La nueva propuesta contemplaría el autocultivo y el cultivo comunitario de marihuana para la salud, protegiendo la actividad de cultivadores solidaries, usuaries y de mujeres cuidadoras que hoy son obligadas a mantenerse en la clandestinidad. El Estado Nacional se propone, además, garantizar la provisión gratuita para quienes no tengan obra social o cobertura de salud privada, y a los inscriptos en programas específicos de organizaciones públicas.
A años luz de esa situación, se encuentra -una vez más- Córdoba, cuya Legislatura no adhirió a la ya deficiente ley nacional del macrismo ni tampoco impulsó una ley provincial propia, empujando a sus beneficiarixs a exponerse ante causas penales y derivados cannábicos caseros de dudosa procedencia que no son realizados en condiciones óptimas de higiene y seguridad.
Claramente, la falta de una ley en Córdoba lo único que hace es perjudicar a las personas que tienen que acceder a esa medicina para mejorar su calidad de vida. Esta es la posición de la organización Feministas Cannábicas de Córdoba (FCC), que, desde hace tres años, reclaman mejores condiciones para esta actividad: «Nuestra provincia posee todos los recursos humanos, médicos, científicos y agrícolas, tanto públicos como privados, para garantizar el acceso al derecho básico de salud», sostienen.
Foto: Luis Hidalgo/AP/CP
«Buscamos legalizar prácticas que ya existen. Darles un marco de seguridad, salud y protección, respetando por sobre todo la voluntad de la persona que elige en libertad qué hace con su cuerpo. Celebramos el avance a nivel nacional sobre la nueva reglamentación de la ley 27.350 y seguimos trabajando, esta vez junto a la legislatura, para que prontamente podamos gozar de este derecho que aún nos falta», expresaron en diálogo con La tinta.
La organización señaló que son conscientes de que sus objetivos políticos y educativos se contextualizan en las limitaciones mismas que impone la sociedad conservadora cordobesa, por eso, intentan accionar de diferentes maneras para colectivizar saberes y generar redes.
«En FCC, funcionamos como espacio abierto y no nos agrupamos como cuidadoras, nos encontramos como feministas cannábicas. A diferencia de otras orgas, nosotras no salimos del clóset de la cannabis por una enfermedad, lo hicimos porque estamos convencidas de que el uso de la cannabis es un derecho de salud, de y para todes».
«Somos conscientes de que vivimos en una provincia conservadora y punitivista, donde tampoco existió iniciativa política sobre el tema. A esto, se suma que los medios de comunicación hegemónicos nunca ayudaron y creemos que, por eso, no se generó un encuentro entre les usuaries y activistas de todo tipo de cannabis. Todavía existe una estigmatización respecto a la planta y sus diferentes derivados como si fuera un camino a otras drogas. Como sociedad, aún no se reconoce que todo uso del cannabis es cannabis para la salud«, agregaron.
—¿Por qué Feministas Cannábicas? ¿Cuál es el vínculo entre feminismo y cannabis?
—Dentro del movimiento feminista, comenzaron a agruparse les compañeres en base a diferentes necesidades, creando espacios. Primero, en lo virtual, reconociéndonos como pares. De esto, en poco tiempo, surgió la necesidad de vernos, así fue cómo comenzamos a encontrarnos. Urgía la necesidad de compartir información y saberes, sobre todo, de la planta y las diferentes formas de cultivo.
También teníamos en claro que no éramos las mujeres, lesbianas, travestis, trans, bisexuales y n/b quienes debíamos adaptarnos a una cultura cannábica machista, sino que ésta es la que se va a tener que adaptar a que las feministas existimos y cultivamos. Nuestros feminismos abarcan las luchas por derechos negados históricamente, por este motivo es que feminismo y cannabis convergen dentro de dos ejes principales, la clandestinidad dada por una falta de derechos y la necesidad de visibilizar esta falta para convertirla en lucha, poniendo en agenda política feminista y social al cannabis. Por eso, decimos, soberanía sobre nuestros cuerpos, sobre nuestra salud y nuestros placeres.
Desde Feministas Cannábicas, remarcan que, en este mundo patriarcal y de prohibición, de opresión contra nuestros cuerpos y nuestros territorios, la clásica asociación entre delito y drogas está atravesada también por cuestiones de género.
«A nosotres, desde tiempos inmemorables, se nos ha posicionado en las tareas de cuidados. Y con este tema, una vez más, nos sentimos en esta situación cuando las luchas vuelven a ser impulsadas por y para nosotras, o para las personas a cargo que tengamos, por ejemplo, nuestras gran compañeras de Mamá Cultiva», expresaron.
Salud por sobre criminalización
Este miércoles, se conoció que la Justicia Federal dictó el sobreseimiento de ocho personas que habían sido imputadas por los delitos de comercialización de estupefacientes y confabulación por trabajar en una clínica de cannabis medicinal de Córdoba.
El fallo del juez Ricardo Bustos Fierro prioriza -por primera vez- la ley de cannabis medicinal por sobre la de estupefacientes, argumentando que la primera «autoriza algunas conductas para beneficio de la salud», lo que «implica que no pueden ser castigadas penalmente, ya que no vulneran el bien que protege la Ley 23.737 -la salud-, sino, por el contrario, contribuyen a mejorarla», ya que «el aceite de cannabis y otros derivados de esta planta poseen propiedades curativas».
La decisión del magistrado contempló, además, la posición del nuevo gobierno en la materia: «Otro dato a tener en cuenta es que el Ministerio de Salud presentó un borrador a organizaciones, médicos y científicos, que permite el autocultivo de cannabis medicinal, ya que este punto no ha sido reglamentado».
* Por Redacción La tinta / Imagen de tapa: A/d.