¿Trump ha unificado a la mayoría del país contra él?
Las elecciones presidenciales de noviembre en Estados Unidos mantienen en vilo al mundo. Donald Trump busca su reelección en medio de la catástrofe sanitaria a la que empujó a su país.
Por Mirko C. Trudeau para CLAE
El ex vicepresidente demócrata Joe Biden se mantiene como favorito para ganar las elecciones de noviembre en Estados Unidos, al superar al actual inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump, por 15 puntos, según una encuesta publicada este domingo por The Washington Post y ABC News.
La distancia de Biden se fue ampliando desde los dos puntos de marzo hasta los 10 en mayo y los actuales 15, coincidiendo con el avance de la pandemia del coronavirus, que ha causado 140.377 muertes y 3.752.257 contagios. Trump se negó a prometer en público que respetará los resultados de las elecciones de noviembre y desestimó las encuestas, según las cuales su rival demócrata cuenta con mayor apoyo. “Tendré que ver…”, respondió Trump al presentador Chris Wallace en una entrevista para Fox News Sunday. “No voy a decir sí o no, igual que me negué a hacerlo en las elecciones pasadas”, agregó el mandatario.
Asimismo, intentó tirar la pelota afuera: criticó la cobertura de los medios de comunicación sobre el coronavirus en Estados Unidos y los instó a fijarse más en la situación en México, pese a que su país triplica en casos por millón de habitantes la situación “en México y Brasil, y todavía de partes de Europa, donde (el virus) llegó antes”.
En un país donde casi 14 millones de niños no tienen suficiente para comer, donde unas 50 millones de personas están desempleados y millones de familias están por perder sus hogares, parece lógico que el índice de aprobación de Trump, que, en mayo, era de 45 por ciento, hoy, se ubique en 39 por ciento.
Estos temas han aparecido en las propuestas electorales de Biden, quien afirma que fortalecerá el compromiso de Estados Unidos con la justicia y reformará el sistema de justicia penal.
“Actualmente, muchas personas están encarceladas y muchas de ellas son personas de color. Para construir comunidades seguras y saludables, debemos repensar a quién enviamos a la cárcel, cómo tratamos a los que están en la cárcel y cómo les ayudamos a obtener la atención médica, la educación, los empleos y la vivienda que necesitan para reincorporarse con éxito a la sociedad después de cumplir sus sentencias”, señaló Biden.
Su comando de campaña indicó que, para crear verdaderamente la oportunidad y enfrentar uno de los impulsores subyacentes del delito, Biden se asegurará de que el futuro de ningún niño esté determinado por su código postal, el ingreso de los padres, la raza o la discapacidad.
Violencia
Mientras tanto, la violencia desatada contra la población continúa. El portal The Intercept denunció el escándalo de los Blue Leaks (Fugas Azules), filtraciones de archivos confidenciales de la policía, que incluyen datos del FBI y un cuerpo de casi 270 gigabytes sobre los últimos diez años de historia de los organismos de seguridad, filtrados el 19 de junio por la plataforma Distributed Denial of Secrets (DDoS).
Entre otras cosas, permitieron descubrir cómo las fuerzas federales ignoraron, de modo deliberado, la amenaza de los grupos extremistas blancos durante las protestas por el asesinato del joven negro George Floyd. En cambio, se volcaron a investigar solo a los grupos antifascistas, de una izquierda genérica y donde sobresalen los anarquistas.
Sólo en los últimos días, fuerzas federales en uniforme de camuflaje, circulando en camionetas no identificadas, de repente, aparecen en las calles de una ciudad y secuestran a manifestantes jóvenes; después de horas, los dejan salir sin presentar cargos. Las madres de algunos de ellos salen a protestar coreando: “Dejen en paz a nuestros hijos”; las fuerzas federales responden con gas lacrimógeno. Esto se repite durante días, a pesar de denuncias de la ilegalidad de tales operaciones.
Una líder del Partido Demócrata expresó su alarma: las “tropas de asalto no identificadas, vehículos no marcados, secuestros de manifestantes… Estas no son acciones de una república democrática”. Mientras tanto, manifestantes acampaban afuera del penthouse ejecutivo de Amazon para exigir, entre otras cosas, un impuesto a los multimillonarios.
En caída
El prestigioso economista Paul Krugman indicó que “algunos supimos desde el principio que Donald Trump no estaba preparado para ser presidente, que no sería capaz de lidiar con una crisis que no fue de su propia creación. Aun así, la magnitud del fracaso del coronavirus de Estados Unidos ha conmocionado incluso a los cínicos”.
Tal vez la perspectiva de una catástrofe concentrará las mentes republicanas, pero parece más probable que nos encaminemos por semanas, si no meses, de dificultades financieras extremas para millones de estadounidenses a dificultades que afectarán a la economía en general. “Este desastre no necesitaba suceder; pero puedes decir lo mismo sobre la mayoría de lo que ha salido mal en este país últimamente”, añadió Krugman.
Robert Reich, ex Secretario de Trabajo de Estados Unidos y profesor de Política Pública en la Universidad de California, en Berkeley, señaló en The Guardian que el asalto del presidente a la decencia ha creado una coalición emergente, verdaderamente multirracial, multiclasista y bipartidista a través de fronteras de raza, clase y política partidista, que puede realinear la política estadounidense en los años venideros.
Desafortunadamente para Trump, esa coalición ha surgido para evitar que tenga otro mandato en el cargo.
Los grandes unificadores de la coalición de facto han sido su racismo sistémico, que ha acercado a millones de estadounidenses blancos a los estadounidenses negros, y los ataques de Trump contra nuestro sistema de gobierno. A los estadounidenses no les gusta ni confían particularmente en el gobierno, pero casi todos sienten cierta lealtad hacia la Constitución y el principio de que ninguna persona está por encima de la ley.
La politización de Trump del Departamento de Justicia, los ataques al Estado de derecho, las solicitudes a otras naciones para ayudar a desenterrar a sus oponentes políticos, la desestabilización permanente de gobiernos populares no sólo en Latinoamérica y el Caribe, y el evidente amor por los dictadores han caído mal, incluso entre los conservadores acérrimos.
A 115 días de las elecciones del 3 de noviembre, pocas cartas le quedan para jugar al despótico Trump. Pero, ¿todo será distinto con Biden?
*Por Mirko C. Trudeau para CLAE